El Merendón
Tétrico hallazgo
 
San Pedro Sula. Las autoridades hondureñas hicieron este domingo un macabro hallazgo en las faldas de la cordillera de Merendón, a unos 250 kilómetros de Tegucigalpa, en donde descubrieron los cuerpos de tres albañiles enterrados entre la maleza.
Los restos de los tres humildes hombres fueron encontrados a escasos 300 metros de donde el sábado fueron localizados los cadáveres de dos supuestos mareros asesinados, con lo cual la cifra se eleva a cinco los ejecutados en el área.

Los tres hombres, que fueron identificados como Selvin Arnaldo Paz, 28; Manuel de Jesús Moreno, 24; y Geovany Antonio Romero, de 30 años, desaparecieron desde el jueves anterior, por lo que sus parientes iniciaron una tenaz búsqueda por la zona.

Los cadáveres fueron descubiertos enterrados a flor de tierra, luego que uno de los parientes notó que una nube de moscas rodeaba un bulto de la tierra recién removida, y que del lugar emanaban fétidos olores.

Nilda Marisol Osorto, esposa de Romero, dijo que éste salió de su casa el viernes después de almorzar y le dijo que regresaría pronto porque sólo iba a hacer un mandado a la colonia Suazo Córdova, pero no volvió.

Centro de operaciones
La compungida mujer manifestó que su esposo no tenía enemistades ni había tenido ningún problema y por eso no sabe porque lo mataron.

De acuerdo a vecinos de la colonia Suazo Córdova, el lugar es centro de operaciones de la Mara Salvatrucha, una de las más peligrosas y despiadadas del país, en donde se cometen asaltos a diario.

Los denunciantes señalaron que los pandilleros operan libremente ante la falta de vigilancia policial, al punto que todos los días asaltan los carros repartidores y los vendedores que atreven a aventurarse al lugar.

El subdirector regional de investigación Mario Mejia Vargas dijo que harán las indagaciones del caso para dar con los autores de los espeluznantes asesinatos de los albañiles y los mareros.

Los cuerpos de los tres infortunados presentaban heridas de arma blanca y de fuego y señales de haber sido torturados. Además, tenían las manos amarradas hacia atrás con unas cabuyas y tenían su vestimenta completa y los zapatos puestos.