La falta
de credibilidad "es uno de los asuntos que preocupan a los
estadounidenses cuando leen la prensa", aseguró McClellan
durante una rueda de prensa la semana pasada en la Casa Blanca.
"Creo que algunas veces los medios tienen dificultades para
mirar atrás y hacer autocrítica", señaló
en unas declaraciones recogidas por The New York Times.
Preocupados por la excesiva manga ancha concedida al uso de las
fuentes anónimas y tras los últimos escándalos
periodísticos, 'USA Today', 'The Washington Post', 'Los Ángeles
Times', 'NBC News' y 'The New York Times' están tratando
de volver a regular su uso, según relata el diario neoyorquino.
Algunos periodistas, sin embargo, se muestran preocupados por el
hecho de que tal vez esa regulación les ponga impedimentos
a la hora de realizar su trabajo ya que el ambiente ha provocado
una atmósfera de desconfianza desenfrenada. Los nuevos medios,
además, critican cada error de la prensa en la red y la Justicia
ha puesto en peligro la capacidad de los periodistas de mantener
el anonimado de sus fuentes, según 'The Times'.
El periódico estadounidense recuerda que el uso de fuentes
anónimas forma parte de la historia del periodismo, lo mismo
que el intento recurrente de restringir su uso. El diario se remonta
al Watergate, que salió a la luz gracias a que Woodward y
Bernstein contaron con la ayuda impagable de aquella 'Garganta Profunda'
cuya identidad jamás se supo. Desde entonces, el uso de las
fuentes sin identificar creció como la espuma.
Los escándalos periodísticos de los últimos
años, sin embargo, vaticinan un tiempo de cambio a este respecto.
El año pasado, 'The New York Times' -cuenta el propio diario-
adoptó medidas más estrictas en el tratamiento de
las fuentes confidenciales, que incluían la obligación
de revelar la identidad al menos a un editor del periódico.
Un comité interno recomendaba hace unos días a los
responsables de la cabecera que pusieran en marcha nuevos mecanismos
para asegurarse de que los sistemas de control funcionen.
'The Washington Post' obliga a sus reporteros a ser más duros
con sus fuentes para tratar de que admitan ser identificadas. Cuando
no lo consiguen, un editor tiene que conocer de quién se
trata y el periódico debe explicar a sus lectores por qué
protege el nombre del informador.
En la NBC han adoptado una fórmula que consiste en ofrecer
todos los datos que se pueda acerca de la fuente, aunque no la cite
y en la CBS, incluida en el escándalo después de que
su '60 minutos' no contrastara unos documentos acerca del pasado
militar de Bush, están revisando sus criterios al respecto.
En cualquier caso, todavía son muchos los que se muestran
contrarios a una prohibición total del uso de fuentes anónimas,
como pasó en 'USA Today' en 1982, donde el veto se mantuvo
durante siete años.
Varios editores y reporteros, cuenta 'The New York Times', sobre
todo aquellos que cubren temas de seguridad nacional y política,
se han mostrado muy preocupados por la posibilidad de que sus medios
limiten el uso de las fuentes confidenciales porque eso les colocaría
en una situación de desventaja respecto a sus competidores,
si ellos no siguen las mismas reglas.
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