Una vez más, el escenario de las manifestaciones fue el centro
de la ciudad de La Paz, donde se hallan los Palacios Ejecutivo y
Legislativo, y algunas zonas de la localidad aledaña de El
Alto, mientras el resto del territorio nacional permanece en calma
y en muchos casos ajeno al conflicto.
La urbe paceña mostró un panorama muy distinto al
de ayer, jueves, cuando la celebración de la festividad religiosa
del Corpus Christi forzó a los sectores en conflicto a interrumpir
sus protestas, lo que propició una inusual atmósfera
de tranquilidad.
Los manifestantes exigen que se convoque una Asamblea Constituyente
y que se nacionalicen el gas natural y el petróleo, controlados
por empresas multinacionales.
La actividad frenética de los ciudadanos precedió
a la llegada de una marcha campesina de un millar de personas, que
se concentraron en la histórica Plaza San Francisco, donde
celebraron su particular Día de la Madre, fiesta conmemorada
hoy en el país.
Se rebelan
Sin embargo, no todo fue color de rosa. El miércoles la ciudadanía
despertó con un pronunciamiento rebelde de dos
oficiales del Ejército, censurado por las Fuerzas Armadas,
hoy lo hizo con el susto que causó la acción vandálica
de unos manifestantes contra efectivos policiales.
Al amanecer, un grupo de maestros rurales atacó el peaje
de la autopista de 12 kilómetros que une La Paz y El Alto,
y agredió a tres uniformados, uno de los cuales tuvo que
ser ingresado en un centro hospitalario con un traumatismo cráneo
encefálico, informó el comandante general de la Policía,
David Aramayo.
Aparte de los destrozos en el puesto de control vial, los manifestantes
colocaron piedras en el pavimento, lo que interrumpió durante
horas el paso de vehículos.
Por precaución, los conductores optaron por rutas alternativas
para desplazarse entre las dos urbes, donde el clima de protestas
fue inferior al registrado entre el lunes y el miércoles.
Además, en las calles que desembocan en la plaza donde se
erigen los edificios del Gobierno y el Congreso volvieron a producirse
enfrentamientos entre manifestantes y efectivos antidisturbios,
aunque sin heridos ni detenidos, según el comandante departamental
de la Policía, Hernán Jaimes.
El ministro de Interior, Saúl Lara, denunció la presencia
de elementos subversivos entre los manifestantes e insinuó
que organizaciones políticas, que no identificó, financian
las movilizaciones.
La necesidad de iniciar un diálogo entre las partes para
solucionar la actual crisis, algo en lo que dijo estar trabajando
el Ejecutivo el jueves, se convirtió en el primer tema de
preocupación de la opinión pública ante la
inminente llegada del fin de semana y la falta de avances en ese
área.
El alcalde de La Paz, Juan Del Granado, fue uno de los partidarios
en intensificar los contactos para llamar a un "encuentro nacional"
en las próximas horas.
El dirigente de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores
Campesinos de Bolivia, Román Loayza, explicó a EFE
que parte de sus bases regresaron al altiplano andino "por
alimentos y para traer a más gente", con lo que el fin
de semana la actividad de este grupo será menor.
Advirtió de que a partir del lunes habrá una "masificación"
de las protestas y que, si el martes no hay avances significativos
en el pedido de que el Congreso convoque a una Asamblea Constituyente,
el miércoles comenzarán a bloquear las carreteras
del país.
Desde Santa Cruz, la región del oriente boliviano que encabeza
un movimiento autonomista, la Cámara de Industria y Comercio
(Cainco) le exigió al presidente que gobierne y ponga orden
en la sede de Gobierno o que decida si se queda o se va.
La forma de compaginar la convocatoria a un referéndum sobre
autonomías y a una Asamblea Constituyente será la
prueba de fuego para los parlamentarios la semana próxima,
con la presión añadida de los manifestantes en las
calles.
|