"Buscamos
la manera de llamar la atención del gobierno para que resuelva
esos asesinatos", agregó.
Instó
asimismo al gobierno a impedir que los crímenes continúen
ocurriendo en Honduras.
"El
estado debe fortalecer los esfuerzos encaminados a resolver el problema
y adoptar un papel de liderazgo en la lucha contra este flagelo
que agobia a la juventud hondureña", subrayó.
Según
Capellín, los asesinatos de jóvenes siguen registrándose
porque las autoridades no investigan los crímenes.
Estadísticas
de Casa Alianza indican que por lo menos 2.756 adolescentes han
sido asesinados en Honduras en casi nueve años, de 1998 a
lo que va del 2005. La edad promedio de los muertos es menor a los
23 años.
De
enero a junio de este año han sido asesinados 236 adolescentes.
¿Escuadrones?
Una gran cantidad de los asesinatos es cometida por desconocidos
que disparan desde automóviles o motocicletas en marcha a
muchachos que están en las calles de los barrios pobres de
las principales ciudades del país.
Los
muertos son mayoritariamente pandilleros o "mareros".
Capellín
dijo que "seguimos pensando que hay grupos organizados para
matar a los mareros, pero ignoramos quienes los forman porque no
existe una investigación oficial a fondo".
Un
reciente informe del Departamento de Estado de Estados Unidos señaló
que en Honduras operan escuadrones de la muerte que estarían
matando a los mareros, lo que el gobierno descarta.
Para
Washington, policías y miembros de la seguridad privada estarían
involucrados en los crímenes.
Informes
oficiales indican que en Honduras hay unos 30.000 pandilleros agrupados
en las temidas, peligrosas y rivales Mara Salvatrucha y La 18, que
aterrorizan a la población.
Los
mareros operan principalmente en Tegucigalpa y San Pedro Sula, la
segunda ciudad del país a 180 kilómetros al norte
de la capital.
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