Pero
la situación se vuelve más preocupante, ya que los
pacientes están siendo atendidos por médicos generales
e internistas y no por especialistas en la materia.
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En
el mundo se estima que existen entre 300 a 400 millones de
personas que adolecen de la enfermedad, y para el 2010 se
estima que esa cifra se incrementará a mil 200 millones
de casos. |
Las
cifras anteriores no son lo alarmante, sino que hay muchas más
personas que no están dentro de las estadísticas,
porque desconocen que presentan el mal y son tratadas por otras
causas cuando ya la enfermedad se ha complicado.
De
acuerdo al reconocido médico endocrinólogo Marco Antonio
Sarmiento, en el Honduras los diabéticos no están
recibiendo la debida atención, a pesar de ser una enfermedad
que si no se sabe tratar puede llevar a la muerte.
El
galeno señaló que en Honduras sólo hay tres
endocrinólogos graduados, pues los demás que trabajan
tanto en clínicas privadas y en los hospitales públicos
son médicos generales e internistas, que en muchos casos
desconocen a profundidad cómo se trata correctamente esa
patología.
“En
los hospitales públicos quienes atienden a los pacientes
son médicos internistas, pero éstos solo tienen una
noción vaga de todas las enfermedades”, expresó.
Pacientes
asintomáticos
A
criterio de Sarmiento la diabetes es un problema no sólo
porque es una enfermedad, sino porque muchas veces las personas
la padecen y ni siquiera se dan cuenta debido a que no presentan
ningún síntoma.
Refirió
que estos pacientes terminan siendo tratados por otros males que
se derivan de la enfermedad como ceguera, desarrollo de gangrenas
y por ende amputaciones de los miembros inferiores
Ante
esa situación el médico recomienda a las personas
que cuando presenten algún síntoma, como los anteriormente
señalados, acudan al médico para examinarse y así
descartar la enfermedad o en su defecto iniciar el debido tratamiento.
De
acuerdo Al facultativo, las personas con un nivel de glucosa de
90 miligramos a 110 miligramos se encuentran en estado normal, pero
si pasan de ese nivel ya se sospecha que son diabéticas.
A
la vez aclaró que por ciertas emociones en los humanos provoca
que los niveles de la glucosa en la sangre se eleven con facilidad,
pero eso no indica que la persona está enferma, sino que
una reacción de adrenalina que “tenemos todas las personas”.
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Existen
diversas causas que pueden conllevar para que una persona
padezca de diabetes, como son los factores hereditarios, pues
se dice que los hijos de pacientes diabéticos corren
mayor riesgo de padecer de la enfermedad.
Otro
de los detonadores del mal es el estrés y la mala alimentación
a la que están acostumbrados los hondureños. |
Sarmiento
explicó que la enfermedad se puede presentar a cualquier
edad y no después de los 40 años, como piensan muchas
personas.
Se
calcula que la incidencia de la enfermedad en niños en Honduras
es de un dos a tres por ciento, una cifra considerable que debe
llamar la atención de las autoridades.
Desinterés
El
endocrinólogo lamentó que en Honduras aún no
exista conciencia en las autoridades a pesar de que se estima de
que el 20 por ciento de la población padece de la enfermedad.
Desgraciadamente
en Honduras como la gente no está asegurada como en otros
países desarrollados, donde al gobierno le conviene tener
a sus ciudadanos sanos, por eso hacen campañas de concientización,
pero aquí la situación es diferente, cuestionó.
Refirió
que en 1976 delineó y presentó a las autoridades del
Instituto Hondureño de Seguridad Social, IHSS, una estrategia
para la concientización de la población sobre las
repercusiones de la diabetes, sin embargo, a la fecha el “documento
debe de estar en una gaveta”, lamentó.
Marco
Antonio Sarmiento se especializó en endocrinología,
metabolismo y nutrición en el Instituto Mexicano de Seguridad
Social (IHSS), hace treinta años. Desde ese tiempo ha venido
atendiendo a miles de hondureños que padecen de ese mal.
El galeno ha librado una lucha en pro del diabético a través
de la edición de tres libros y la publicación de dos
artículos semanales en un diario capitalino mediante los
que instruye a los pacientes para que sepan convivir con su enfermedad.
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