"Ya
giré instrucciones precisas a la policía, la ministra
del Ambiente (Patricia Panting) y la Corporación de Desarrollo
Forestal para que encuentren a los culpables de esa tragedia",
dijo el gobernante en rueda de prensa, añadiendo que el Gobierno
en estos momentos "evalúa los daños a fin de
poner en marcha un plan que mejore de manera rápida la vegetación
en Guanaja".
Más
de 300 bomberos, soldados, policías y voluntarios ayudaron
a apagar las llamas que se extendieron durante seis días,
del 11 al 16 de julio pasados, en la isla. En la labor participaron
cinco helicópteros militares, uno de Honduras y cuatro de
Estados Unidos.
El
fuego arrasó casi las 700 hectáreas de pinos en las
montañas de Sandy Bay, donde están las tres principales
fuentes de agua del lugar. "Los daños son inmensos",
añadió Maduro, quien precisó que lo lamentable
del caso "es que no hemos capturado a nadie hasta ahora".
Las
autoridades sospechan que el desastre fue causado de forma intencional
por cazadores furtivos de especies en peligro de extinción,
entre ellas loras nuca amarilla, guatusas (roedor mamífero
de carne muy apreciada) e iguanas verdes, .
La
iguana verde, cuya carne y huevos son comestibles, ha sido detectada
en grandes cantidades en Guanaja, pero ha sido llevada clandestinamente
y vendida hasta por 1.000 dólares cada una en Estados Unidos.
Guanaja
pertenece a la provincia y archipiélago de Islas de la Bahía,
de 230 kilómetros cuadrados. Su foresta fue arrasada por
el huracán Mitch en noviembre de 1998.
En
la isla viven unos 12.000 habitantes y la descubrió en julio
de 1502 el navegante Cristóbal Colón, que la llamó
Isla de los Pinos por la abundancia de ese árbol en el lugar.
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