EEUU se juega política comercial
   

26 de julio de 2005

Washington - El presidente de EEUU, George W. Bush, se juega el futuro de su política comercial a partir de mañana, miércoles, cuando la Cámara Baja abre el debate sobre la aprobación del acuerdo firmado con América Central y la República Dominicana.


Para enfatizar la importancia simbólica de este tratado de libre comercio (TLC), la propia Casa Blanca ha dicho que su rechazo pondrá en peligro las conversaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Chris Padilla, el encargado en la Oficina de Comercio Exterior de EEUU de promocionar el acuerdo en el Congreso, lo ha descrito como un "acuerdo puerta".

Si no se aprueba este TLC, "se enviará una señal muy mala sobre la capacidad de Estados Unidos de liderar negociaciones internacionales", dijo Padilla la semana pasada.

Es una evaluación con la que coinciden la mayoría de los analistas consultados por EFE, sin importar su ideología.

Un no "provocaría gran confusión en la OMC y probablemente mataría de verdad al ALCA", dijo Sarah Anderson, una experta en comercio del Instituto de Estudios de Política, de izquierda.

El impacto más directo lo sufrirían probablemente las negociaciones comerciales que EEUU mantiene con Colombia, Perú y Ecuador, así como las conversaciones con Panamá.

Ambos procesos están en vilo, pendientes del futuro del TLC con Centroamérica y la República Dominicana, que se conocerá esta semana cuando la Cámara de Representantes vote el proyecto de ley sobre la aplicación del acuerdo en territorio estadounidense.

A juicio de Clayton Yeutter, quien fue representante de Comercio Exterior de EEUU durante la presidencia de Ronald Reagan, un rechazo del acuerdo "haría perder entusiasmo" por esos otros acuerdos, lo que alargaría y dificultaría las conversaciones.

El Producto Interno Bruto (PIB) conjunto de Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y la República Dominicana es menor que el de la República Checa, por lo que es paradójico que rechazar un pacto con ellos pueda tener las consecuencias ominosas que se predicen para las relaciones comerciales de EEUU.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la gran mayoría de los expertos, el acuerdo tendría un efecto muy limitado en la economía estadounidense, pero lo más importante es su simbolismo.

Si la Casa Blanca es incapaz de doblegar los intereses proteccionistas del sector azucarero y algunos productores textiles, que se oponen al tratado, y cerrar un capítulo laboral que satisfaga a los demócratas, ¿por qué negociar acuerdos difíciles con Washington?, se pueden preguntar otros países.

"Sería muy desalentador para el resto del mundo", afirmó Yeutter.

Además, supondría una derrota personal para Bush, que ha señalado que este TLC es su prioridad comercial para este año.

Tras el fracaso de las conversaciones de la OMC en Cancún en 2003 y el estancamiento de las del ALCA tras la reunión de Miami de ese mismo año, la Casa Blanca se concentró en negociar acuerdos bilaterales.

Al negociar con América Central, los países andinos (excepto Venezuela y, por ahora, Bolivia) y Chile, Washington está aislando al Mercosur y, en especial, a Brasil, como una medida de presión para que el Cono Sur entre en el redil y vea el ALCA como la única forma de no dejar de lado su comercio con Estados Unidos.

Un no al acuerdo daría al traste con esta estrategia, según Anderson.

Sin embargo, no todos los analistas comparten una visión tan pesimista de los efectos en la política comercial de EEUU.

Kimberly Elliott, del Instituto de Economía Internacional, reconoció que rechazarlo enviaría una señal que "no ayuda" a los otros procesos, pero dijo no ver una razón por la que pudiera perjudicar mucho las negociaciones de la OMC.

Elliott destacó que en los últimos años el Congreso sí ha ratificado tratados bilaterales con Chile, Singapur, Australia y Marruecos, lo que demuestra que no se opone al comercio.

El ALCA es otra historia. "No estoy convencida de que el ALCA vaya a ningún sitio", con o sin el TLC con los países centroamericanos y la República Dominicana, dijo Elliott. EFE