La campaña
avizora que mantendrá el tono áspero y hasta grosero
que la ha caracterizado en las últimas semanas, luego de los
ataque personales y subidos de tono entre los presidenciales Manuel
Zelaya Rosales y Porfirio Lobo Sosa, quienes llegaron a ligar a parientes
cercanos de uno y otro con asesinatos en masa, excomulgaciones y narcotráfico,
entre otras sarta de acusaciones graves y mutuas.
Pese
a que ambos líderes hablan de propuestas y una campaña
de ética la polarización y la agonía
de los escasos meses que quedan, antes de definir la elección
presidencial, los mantiene tensos y sus equipos estratégicos
poco o nada hacen para bajar las aguas. |
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En
medio de las agresiones verbales, un nuevo tema ha surgido a la
luz de los medios de comunicación, que si bien es una herramienta
de mercadeo ampliamente utilizada internacionalmente, en Honduras
ha logrado despertar discusiones que ponen en duda su legalidad
y validez ética.
Se
trata de los centros de llamadas o como les llaman los políticos
criollos en una graciosa pronunciación del inglés
los “call center”.
La
nueva cúpula liberal, encabezada por su presidenta Patricia
Rodas, denunció la existencia de uno o varios “call
center” que son utilizados, según dijo, para denigrar
al candidato Manuel Zelaya y que son pagados con dineros del erario
público.
La
posición de Rodas es reforzada por las opiniones de Enrique
Flores y Milton Jiménez, dos abogados que junto al ex fiscal
general, Osmundo Orellana, han salido en las últimas horas
a los medios de comunicación para sustentar y reforzar esa
tesis.
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El
tema llegó al punto más álgido cuando
el propio candidato Manuel Zelaya llegó a las instalaciones
físicas de un “call center”, que, según
reconoció el candidato nacionalista Porfirio Lobo,
pertenece a su campaña política y “se
usa para hacer consultas de opinión pública
y mediciones” relacionadas con su candidatura. |
También
el Ministerio Público a través de un fiscal especial
en temas electorales se hizo presente en la escena para conocer
detalles que por ahora no se han revelado a los medios de prensa.
Pugilato
verbal
Pero
por varias horas, los principales noticieros y la prensa en general
se han centrado en un “dime que te diré” que
nuevamente han protagonizado los presidenciables y sus equipos más
altos.
Las
acusaciones y contra acusaciones entre las principales figuras de
azules y rojos
hacen que las apreciaciones del candidato presidencial del Partido
de Innovación y Unidad (PINU), Carlos Sosa, recobren vigencia,
cuando atribuye el nivel del discursos de ambos aspirantes a la
“ruralización” de la política criolla.
Según
el aspirante pinuista, a la primera magistratura del país,
tanto Manuel Zelaya como Porfirio Lobo, dos hondureños originarios
del departamento de Olancho, solo materializan las repercusiones
propias de más migraciones del campo a la urbanidad.
Las
discusiones sobre los “call center” han dejado nuevamente
un sabor amargo en el paladar de los electores que aún no
escuchan propuestas concretas en temas actuales y de primer orden.
Los
presidenciables y sus cercanos colaboradores preocupados por el
tema de los “call center” han olvidado el alto déficit
habitacional, que supera el medio millón de viviendas; la
crisis sanitaria, que desata un recrudecimiento del dengue en gran
parte del país; la seguridad ciudadana, que cada día
cobra víctimas inocentes o el desempleo que mantiene en aprietos
a millares de hogares, entre otros temas no menos urgentes e importantes
para los hondureños.
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