Del centenar de ocupantes del aparato siniestrado que viajaba
a la turística localidad de Iquitos, 57 salieron con vida,
según confirmó a EFE el portavoz oficial de la aerolínea
Tans, Jorge Beleván.
Las inclemencias
del tiempo fueron la causa del siniestro en la ciudad de Pucallpa,
donde una tormenta de lluvia y fuertes vientos hizo zozobrar el
aparato hasta estrellarse en un bosque tropical de aguas movedizas
a sólo seis kilómetros del aeropuerto, tras intentar
un aterrizaje forzoso.
El siniestro
ocurrido el martes en Pucallpa ha puesto a flor de piel la angustia
en las localidades peruanas de donde procedían las víctimas.
En la madrugada
del miércoles el portavoz oficial de la aerolínea
Tans explicó que el número de sobrevivientes había
ascendido a 57 al haber sido localizadas otras cinco personas
que habían sido previamente dadas por desaparecidas, entre
ellas dos mujeres auxiliares de vuelo.
Hasta el momento
han sido recuperados 41 cadáveres.
En el avión
viajaban 93 pasajeros, entre ellos varios niños y 16 turistas
extranjeros, además de siete miembros de la tripulación,
integrada por tres pilotos y cuatro azafatas.
Once estadounidenses,
dos italianas, una colombiana, un australiano y la española
Eva María Gonzalo Torrellas constituyen la lista de turistas
extranjeros que viajaban en el vuelo 204 de Tans que cubría
la ruta Lima-Pucallpa-Iquitos.
Al parecer,
y según fuentes de la compañía aérea,
la española, de 27 años, viajaba acompañada
del australiano Tomas Kirralee.
El portavoz
de Tans, Jorge Belevan, confirmó que seis de los estadounidenses
lograron sobrevivir, así como las dos mujeres italianas,
pero dijo no tener noticias de los demás turistas extranjeros.
En las listas
que maneja el Hospital Regional de Pucallpa, que está centralizando
la información recabada por los distintos centros sanitarios,
no aparecen los nombres de la española, quien llegó
a Perú el pasado 3 de agosto, ni de su compañero
australiano, ni de la colombiana Liliana Narváez.
Al caer la
noche, y debido al mal tiempo, se suspendieron las operaciones
de rescate hasta la mañana del miércoles.
Los que sí
continuaron trabajando durante la noche fueron los médicos
forenses de la Fiscalía de Perú, encargados de identificar
los cadáveres y quienes esperan disponer a primera hora
de la mañana de una lista con los nombres de los fallecidos.
No obstante,
el portavoz de Tans reconoció que el estado de algunos
de los cuerpos, calcinados y mutilados, impedirá que todos
los cuerpos sean identificados durante la noche.
Mientras tanto,
la conmoción y el dolor se han adueñado de los aeropuertos
de Lima, Pucallpa e Iquitos, donde los familiares de las víctimas
y desaparecidos se agolpan ansiosos por escuchar que sus allegados
se encuentran entre los que se salvaron.
El superviviente
Yuri Salas describió a EFE que "el cielo se oscureció
y el avión se movía como papel por la turbulencia,
luego vino el impacto, junto a llamas de fuego, que fue seguido
de un silencio sepulcral".
"Alguien
abrió un hueco entre los escombros por donde salieron dos
italianas llenas de quemaduras, luego fui yo; juntos pudimos pasar
las aguas movedizas y los árboles espinosos (...), sabemos
que hemos vuelto a nacer", subrayó Salas en su relato.
Hoy llegará
a Pucallpa una misión de funcionarios para investigar la
caja negra encontrada, así como varios aviones militares
con ayuda para los sobrevivientes, en los que además viajarán
familiares de las víctimas de esta tragedia aérea,
la decimoséptima en Perú desde 1976.
Los accidentes
más graves ocurridos en estos años tuvieron lugar
en 1996, cuando se estrelló un avión de Faucett
en Arequipa con el resultado de 123 muertos y meses después
otro aparato cayó al mar con 70 personas.
El desastre
de Pucallpa también trajo a la memoria el ocurrido en 1998,
que causó 74 muertes en Iquitos, la misma ciudad a la que
se dirigía el Boeing de la aerolínea Tans el martes
y que no llegó a su destino. EFE