Esa
cifra casi alcanza la acumulada durante todo el 2002, cuando se
detuvo y expulsó a 130.000 personas en similares circunstancias.
"Estos
datos confirman que la inmigración irregular de Centroamérica
a Estados Unidos a través de México está
aumentando de una forma alarmante, a pesar de que durante el viaje
muchas personas sufren robos y asaltos, resultan heridas y, en
algunos casos, hasta pierden la vida", explicó en
Ginebra el portavoz de la OIM, Jean Philippe Chauzy.
De
hecho, un gran número de los emigrantes irregulares que
tratan de cruzar México "salta de los trenes en marcha
o son víctimas de extorsión, asaltos y todo tipo
de abusos, incluidas las violaciones o extorsiones sexuales en
el caso de las mujeres", detalló el portavoz en una
rueda de prensa.
El
mayor riesgo al que tienen que hacer frente esos emigrantes, según
Chauzy, lo constituyen las "maras" o pandillas armadas
de jóvenes, "muchos de ellos deportados de Estados
Unidos y que usan la misma ruta migratoria para cometer asaltos,
violaciones o asesinatos".
El
portavoz de la OIM apuntó que "si los emigrantes se
niegan a darles lo que les piden, éstos son apuñalados,
golpeados, arrojados fuera del tren y, en ocasiones, asesinados".
Por
ello, no es extraño encontrar a hombres, mujeres y niños
con muletas, en sillas de ruedas o con amputaciones en los asentamientos
que se han ido creando en la frontera con Guatemala.
Un
fondo administrado por la OIM ha asistido en los últimos
cuatro meses a unos 60 de esos emigrantes, entre ellos menores,
mujeres embarazadas, heridos, incapacitados y ancianos.
A
la financiación del fondo contribuyen los países
miembros de la Conferencia Regional de la Migración (CRM):
Canadá, Estados Unidos, México, Belice, Guatemala,
Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y
la República Dominicana.
Hasta
el momento, la ayuda se ha destinado a asistir a once menores
de edad que viajaban solos, para ayudarles a volver a sus casas,
de las que huyeron debido a la "situación desesperada
de sus familias", explicó Chauzy, quien añadió
que otros viajaban a Estados Unidos para buscar a familiares que
habían hecho ese mismo trayecto.
Además,
se ha ayudado a mujeres embarazadas, víctimas de violaciones
o con traumas físicos o psicológicos, así
como a heridos, discapacitados o personas mayores.
El
fondo es fruto de un acuerdo firmado entre el CRM y la OIM en
septiembre del 2004, por el que se estableció la creación
de este proyecto piloto de ayuda a los emigrantes más vulnerables,
que, según Chauzy, "merece ser ampliado".
El
objetivo es ayudar para que ese colectivo regrese a su hogar en
condiciones "dignas y seguras", con la colaboración
de los organismos de migración de sus países de
origen, tránsito y destino, así como con los recursos
y la asistencia de la Cruz Roja.