"He
instruido al secretario de Energía, Samuel Bodman, para
que se reúna con las empresas para determinar la forma
en que se realizará la operación", dijo Bush
en un discurso desde la Casa Blanca, sin precisar más detalles
al respecto.
Fuentes de la industria dijeron que la aportación
del Gobierno al abastecimiento petrolífero puede estar
disponible mañana mismo.
Antes de que el presidente oficializara el anuncio,
Bodman indicó que el Gobierno actuó "ante la
percepción" de que la escasez de crudo del golfo de
México acelere aún más el aumento de los
precios del crudo y de los productos refinados.
Sin embargo, el secretario de Energía desechó
la posibilidad de que el Gobierno imponga algún límite
al precio de la gasolina.
El asesor económico de la Casa Blanca Ben
Bernanke dijo que "es probable que el impacto económico
del huracán 'Katrina' sea modesto, ya que los daños
a la infraestructura de energía son pasajeros".
"Creo que (los efectos económicos)
se absorberán con relativa facilidad, como ocurrió
con anteriores desastres naturales", agregó.
La percepción de una escasez mundial de
crudo y el aumento de los precios tanto del petróleo como
de los combustibles han sido constantes durante más de
un año, pero esta vez el gobierno de Bush necesitó
sólo dos días desde el impacto de un huracán
para abrir la reserva estratégica.
Mientras las ganancias de las empresas petroleras
han crecido firmemente a lo largo de más de un año,
la administración Bush se ha resistido a usar la reserva
estratégica, y el vicepresidente Dick Cheney dijo en agosto
pasado que sólo debería recurrirse a ella "en
una emergencia grave".
Según Cheney, tal emergencia ocurriría
si faltaran de 5 a 6 millones de barriles diarios en el suministro
mundial.
"Katrina" interrumpió la extracción
del 92 por ciento del crudo procedente del golfo de México,
que habitualmente asciende a 1,4 millones de barriles diarios.
"La resistencia ideológica ha dejado
paso al reconocimiento de que el Gobierno erró cuando no
dio un alivio a las refinerías de EEUU, cuando hay disminuciones
reales del suministro", opinó David Goldwyn, presidente
de la firma Goldwyn International Strategies, con sede en Washington.
Las reservas estratégicas las empezaron
a constituir los países de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
después de la crisis del petróleo de 1973, para
hacer frente a situaciones excepcionales de falta de crudo con
el fin de responder a la demanda.
Representan unos 4.000 millones de barriles, de
los cuales 1.500 millones bajo control directo de los gobiernos
respectivos. En teoría esas reservas equivalen a 90 días
de consumo.
Las refinerías de Estados Unidos tienen,
fuera de la reserva, un inventario que es un 11 por ciento superior
al que tenían hace un año, según las cifras
del Departamento de Energía. Las existencias de combustible
para vehículos cubren de 8 a 9 días.
En septiembre del año pasado transcurrieron
once días desde que "Iván" se abatió
sobre el sur de EEUU y hasta que el gobierno de Bush autorizó
entregas de crudo de la reserva estratégica.
Antes de la elección de 2000, Bush, entonces
candidato presidencial, denunció como una maniobra electoral
la decisión del presidente Bill Clinton de hacer entregas
de crudo de esa reserva para compensar la disminución de
suministro debido a huracanes.
La reserva estratégica, compuesta por depósitos
de crudo en cavernas de sal en Texas y Luisiana, cuenta actualmente
con unos 700 millones de barriles de crudo.
Del golfo de México procede casi el 27
por ciento del crudo extraído en Estados Unidos, y las
refinerías de esa costa producen el 10 por ciento de los
combustibles y otros derivados. Entre esas refinerías se
cuentan las que procesan el crudo importado desde Venezuela. EFE