01 de septiembre de 2005

Por Marlen Perdomo
Proceso Digital

Los corridos en Honduras
Como pan caliente
El poder de los zares de la droga
Los narcotraficantes, figuras cotidianas
Los preferidos en tierra adentro
  • “Los narcocorridos intentan volver normal la narcoactividad y hacen verdaderas apologías de las hazañas de sus protagonistas”
  • En Honduras los narcocorridos tienen una significativa demanda
 

Tegucigalpa - “Patrón de patrones”, “La reina del sur”, “las monjitas” o el “Corrido del Padre Amaro”, son entre muchos los temas musicales que hacen del narcotráfico y especialmente de los capos de la droga, una especie de “héroes” populares cuyas historias son contadas al mejor estilo de la narrativa tradicional mexicana, de tal forma que han despertado, incluso, el interés de grandes figuras literarias como Gabriel García Márquez.

La fiebre de los narcocorridos ha traspasado fronteras y si bien tienen su origen en México han invadido el mercado latinoamericano, han llegado a Europa y por supuesto que tienen un nicho pletórico en el sur de los Estados Unidos.

Honduras especialmente es un mercado creciente de este sub género musical según relatos de proveedores callejeros de discos “piratas” y vendedores de casas dedicadas a la comercialización regular de música que operan en Tegucigalpa.

Los nacocorridos, que han sustituido en gran medida las historias épicas de los héroes revolucionarios, de los valientes y vencedores de las guerras, de las historias de amores, desamores y traiciones pasionales y en fin de esas vivencias cotidianas cantadas y de sobra conocidas y relacionadas con la vida del común ciudadano.

 

 

 
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