Refinerías de Nueva Orleans vuelven a la vida
   

09 de septiembre de 2005  

Nueva Orleans (EEUU) - La planta de St. Charles, de la compañía Valero, la mayor refinería de petróleo en América del Norte, alcanzó hoy su producción plena de 260.000 barriles diarios de derivados, doce días después del paso del huracán Katrina.


"Estamos en producción plena", dijo a EFE el vicepresidente regional de la empresa estadounidense Valero Energy, Jonathan Stuart, mientras observaba desde la ventana de su oficina que ha empezado a brotar humo de las chimeneas de la vecina refinería de Shell, indicio de que también se reanuda la producción.

Mientras arden altas las llamas de las tres chimeneas de St. Charles que queman el exceso de gas, en Nueva Orleans, 35 kilómetros al este de Norco, donde se ubican las refinerías, continúa la lúgubre recuperación de cadáveres y la engorrosa evacuación de miles de residentes que no quieren abandonar su ciudad.

Según cifras oficiales, son sólo 294 los cadáveres recogidos en la zona afectada hasta el momento, pero las autoridades están preparadas con 25.000 bolsas de plástico para recoger muertos, lo que hace prever que la cifra actual se va a quedar muy lejana a la real.

Habitualmente, St. Charles vende su exceso de gas a Shell, pero como el vecino ha estado apagado desde el huracán, las llamaradas en las chimeneas de Valero se ven desde kilómetros bajo el cielo azul, despejado, en una jornada en la que el termómetro marca 30 grados centígrados.

St. Charles es la única de las nueve refinerías en el sur de Luisiana -donde se procesa casi el diez por ciento de los productos derivados del petróleo que consume Estados Unidos- que ha reanudado sus operaciones habituales.

Ron Guillory, director de recursos humanos y relaciones públicas de Valero en esta refinería, explicó que se suspendió la operación de la planta el 28 de agosto, un día antes de que el huracán llegara con vientos de 240 kilómetros por hora al delta del Misisipi.

La planta emplea habitualmente a unos 575 empleados y 200 contratistas, pero cuando Katrina avanzó hacia tierra, Valero dijo a sus trabajadores que se fueran.

"Estábamos listos para abandonar el lugar, pero había gente que no tenía adónde ir, así que alojamos a unas 50 personas aquí, y pasamos la tormenta (huracán) en la planta", dijo Guillory, quien todavía tiene en su despacho las almohadas y mantas con las que ha dormido varias noches.

Stuart explicó que la empresa no tuvo problemas de abastecimiento de crudo porque cuando ocurrió el huracán tenía en sus tanques un inventario de casi un millón de barriles de petróleo, y tenía en el río Misisipi un barco con 500.000 barriles de crudo.

Los buques que remontan el Misisipi -un río cuyo caudal representa el 70 por ciento del agua dulce de EEUU- navegan 160 kilómetros desde la desembocadura hasta la terminal de St. Charles, que tiene cinco muelles.

La compañía Valero, con base en San Antonio (Texas), es dueña de 18 refinerías en Estados Unidos y Canadá, tiene 22.000 empleados y una producción de 3,3 millones de barriles diarios de productos derivados del petróleo.

Del 25 al 30 por ciento de esos productos, Valero los vende por su propia red de estaciones de servicios.

Guillory dijo que la distribución de los productos tampoco ha sido un problema: la planta despacha sus derivados por barco, o por medio de los oleoductos "Explore" que van Chicago, y "Colonial" que llega a Nueva York.

El corte del servicio eléctrico causado por "Katrina" interrumpió las operaciones de esta refinería hasta el martes pasado, y los técnicos de la empresa dedicaron la mayor parte de la energía de los generadores de la planta a las bombas para el desagüe de algunas instalaciones anegadas.

Las otras refinerías de la región han enfrentado problemas similares, y lentamente se han recuperado del devastador huracán, pero varias de ellas tienen el problema adicional del suministro de crudo, ya que trabajan con el petróleo extraído desde el golfo de México.

La región estadounidense del golfo proporciona casi el 27 por ciento del crudo consumido por EEUU, y en su trayectoria desde el sur de Florida hasta las costas de Luisiana y Misisipi, Katrina paralizó el 92 por ciento de la extracción de crudo y el 83 por ciento de la de gas natural.

Estados Unidos, que consume un promedio de 18,5 millones de barriles diarios de petróleo crudo, importa más de trece millones de barriles al día.

La refinería de St. Charles es una de las que está construida para el procesamiento del crudo venezolano -un hidrocarburo pesado con un alto contenido de sulfuro-.

La extracción del sulfuro hace de este crudo un hidrocarburo apto para refinar otros derivados, y da a Valero un producto adicional para la venta a la industria. EFE