Tegucigalpa
- El temor y el nerviosismo por la supuesta presencia de los mareros
en los desfiles patrios ensombrecieron hoy la celebración
de los 184 años de emancipación política de
la corona española.
Los
desfiles del 15 de Septiembre tuvieron una concurrida presencia
de hondureños, que se olvidaron por un momento de la crisis
económica y la inseguridad que prima en el país, y
se volcaron a las calles para presenciar y aplaudir a las bandas
de guerra y los movimientos de sus bellas palillonas.
Los
actos iniciaron a muy tempranas horas de la mañana en la
sede del Banco Centroamericano de Integración Económica
(BCIE) en donde se erige la estatua del prócer centroamericano,
Francisco Morazán.
Allí
el presidente Ricardo Maduro, en presencia del gabinete de gobierno,
miembros de del poder legislativo y judicial y el cuerpo diplomático,
hizo el tradicional grito a la independencia.
Casi
al mismo tiempo, efectivos de las Fuerzas Armadas de Honduras, presididos
por el jefe del Ejército, general Romero Vásquez Velásquez,
izaron el pabellón nacional en el cerro Juana Laínez
y dispararon las siete salvas conmemorativas a la independencia.
En
la ceremonia que daba por inaugurados los desfiles patrios, el alcalde
capitalino Miguel Rodrigo Pastor, dio lectura al acta de independencia
firmada en el palacio de gobierno en Guatemala el 15 de septiembre
de 1821.
El
acta de independencia marcó la ruta de la liberación
de la corona española y el futuro de las cinco provincias
de Centroamérica.
El
acto tuvo su punto culminante con la entonación de los himnos
nacionales de los cinco países de Centroamérica y
el himno a la Patria Grande, la Granadera.
En
su discurso el alcalde capitalino elevó votos para que las
aspiraciones de unidad de los centroamericanos encuentren su cauce
adecuado y en iguales términos se pronunció el presidente
Maduro.
Desfile
paralelo

Los
cadetes arrancaron los aplusos de los espectadores.
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La
Coordinadora de Resistencia Popular distribuyó un comunicado
en el que condenó el Tratado de Libre Comercio y denunció
que los partidos políticos tradicionales se preparaban
para gestar un gran fraude en las elecciones venideras. |
“Al
votar damos un cheque en blanco a las argollas empresariales para
que sigan vendiendo el país, venta que pretenden consolidar
con el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos”,
señalaron.
En
el volante la Coordinadora de Resistencia Popular exhortó
a los hondureños a no poner la esperanza en estas elecciones
“porque en ellas se expresan los intereses de los grupos de
poder y utilizan a la población para legitimar una democracia
de cúpulas”.
Vale
decir que muchos políticos no desaprovecharon la oportunidad
y se dedicaron a regalar agua y repartir afiches entre la población.
Vistosos
desfiles
Durante toda la mañana, los desfiles se desenvolvieron con
toda normalidad y los que acudieron a presenciarlos aplaudieron
las presentaciones de las bandas de guerra, especialmente de los
institutos Dionisio de Herrera y San Juan Bosco que hicieron levantarse
de sus asientos a la gente por su ritmo candente.
Llamó
también la atención las bellas y graciosas palillonas
de los institutos Modelo, Moderno, Instituto Central, San Juan Bosco,
Jean Piaget y otros más que se lucieron en el 184 cumpleaños
de la patria.
Pero
el punto del desfile que más llamó la atención
de los capitalinos fue la marcha de los cadetes de la Escuela Nacional
de Policía (Anapo), los policías antimotines y la
policía motorizada, quienes arrancaron los aplausos de los
presentes, por su disciplina y orden.
Durante
el desfile el secretario de Seguridad. Óscar Álvarez,
hizo un recorrido por la ruta de los desfiles para supervisar en
persona las marchas y evitar que malvivientes se colaran entre la
población, por supuesto, custodiado de un amplio dispositivo
de seguridad.
La
mayoría de la población prefirió presenciar
los desfiles en el Estadio Nacional “Tiburcio Carías
Andino”, en donde también se instaló la carpa
presidencial, desde donde el titular del Ejecutivo, su esposa Aguas
Ocaña de Maduro y su gabinete de gobierno presenciaron los
actos.
Estampida
A eso de las 11:00 de la mañana, el orden de los desfiles
se rompió repentinamente y en cuestión de minutos
reinó el desorden y nerviosismo entre los estudiantes y la
misma población, ya que alguien corrió el rumor de
la supuesta presencia de los mareros.
Eso
dio lugar que a la altura del hospital Escuela y el BCIE,
la gente corriera en desbandada en busca de un lugar seguro.
En la estampida muchos niños se soltaron de las manos
de sus padres y quedaron perdidos entre el barullo de gente. |

Los
soldados ayudaron a restablecer el orden. |
La
policía y los medios de comunicación reportaron la
pérdida de, al menos, una veintena de menores de edad. Además,
las fuerzas del orden detuvieron a varios delincuentes que quisieron
aprovecharse de la aglomeración de gente para cometer sus
fechorías.
La
situación se normalizó luego que la policía
aclarará a través de las radioemisoras que transmitían
el evento cívico, de que de todo se trataba de falsa alarma.
A raíz del nerviosismo los desfiles se paralizaron por espacio
de media hora, pero luego se reanudaron.
Los
actos concluyeron pasadas la una de la tarde y luego que la mayoría
de la gente retornara a sus hogares tras el tremendo susto.
La
policía capturó a varios estudiantes del Instituto
Central que llevaban en sus mochilas bombas de fabricación
cacera, supuestamente para hacerlas estallar cuando pasaran frente
al estrado presidencal. Los jóvenes fueron trasladados a
las celdas policiales.
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