Éste
contaba con 40 votos en el tercer y penúltimo escrutinio,
lo que habrían sido suficientes para obstaculizar la elección
del cardenal alemán, por lo que habló con los purpurados
que apoyaban su candidatura para que no le votaran.
En
el diario se explica cómo en la primera votación que
se realizó el 18 de abril, tras el juramento de los cardenales,
el entonces presidente de la Congregación para la Doctrina
de la Fe conseguía 47 votos, Bergoglio 10, el cardenal Carlo
María Martini 9, el cardenal Camillo Ruini 6, y el Secretario
de Estado, Angelo Sodano 4, mientras que el resto se repartía
entre los demás purpurados. El quórum necesario para
la elección del Papa era de 77, por lo que a Ratzinger le
faltaban 30.
'Todavía
no es la hora de un Papa latinoamericano'
Las
cenas y reuniones que mantuvieron los purpurados en su retiro de
la Casa de Santa Marta hicieron que el día después,
Ratzinger alcanzase los 65 votos, mientras que Sodano mantenía
sus 4 votos, pero el resto se repartían entre Ratzinger y
Bergoglio, que sumaba 35.
En
la tercera votación, Ratzinger aumentó a 72 y le faltan
sólo 5 votos para ser elegido, mientras que el cardenal argentino
llegó a 40, por lo que desde la chimenea de la capilla Sixtina
se elevó de nuevo la 'fumata negra'.
Pero
fue durante el almuerzo del 19 de abril cuando Bergoglio hizo saber
'más con gestos que con palabras', dice el diario, su deseo
de no ser Papa, por lo que convenció de que no se le votara
para facilitar la elección de Ratzinger.
Los
electores de Bergoglio ante la negativa del jesuita se resignaron,
ya que no tenían otro nombre fuerte que proponer, y el decano
de los cardenales en la cuarta votación de la tarde llegó
a los necesarios 84 votos.
Por
ahora, la descripción de 'Limes' es la que más se
acerca a los rumores surgidos tras la elección de Benedicto
XVI y sobre todo justifican la frase del cardenal belga Godfried
Danneels que, a la salida del cónclave, comentó que
'la elección de Ratzinger demuestra que todavía no
es la hora de un Papa latinoamericano'.
Se
mueve por Roma en autobús
Esta
descripción del cónclave apunta que nunca existió
la candidatura del más moderado ex arzobispo de Milán,
Carlo Maria Martini, como señalaba la prensa de todo el mundo
y que sólo Bergoglio se acercó a Ratzinger.
El
cardenal argentino, de 68 años, conocido por su humildad
--vive en un apartamento en lugar de en su lujosa residencia oficial
y se mueve por Roma en autobús--, era considerado uno de
los papables, pero se sabía que jugaba en su contra el hecho
de que es de la orden de los jesuitas, de la que nunca surgió
ningún Papa porque sus miembros deben evitar los honores
de la Iglesia y servir al Papa.
La
agencia ASCA, sin embargo, comenta que, según sus informaciones,
en este relato existen algunos datos inexactos, ya que, según
otro cardenal que participó en el cónclave, Ratzinger
sumó casi 100 votos y desde el principio Bergoglio expresó
su deseo de no ser elegido, e incluso realizó el gesto de
cruzar dos dedos para hacer entender que no quería ser elegido
Pontífice.
ASCA
también añade que, según los rumores surgidos
tras el cónclave, el voto de Ratzinger fue siempre al arzobispo
de Bolonia, el cardenal Giacomo Biffi, ya que en todas las votaciones,
incluida la última, siempre obtuvo un voto.
Tomado
de periodistadigital.com
|