"Aquí
existe corrupción porque hay impunidad... y quienes fallan
son los jueces, fiscales y policías, que son cómplices
de muchos delitos", aseguró el político el miércoles
en una conferencia en el Club Rotario de San Pedro Sula, a 180 kilómetros
al norte de Tegucigalpa.
Indicó
asimismo que en las provincias de Gracias a Dios y Colón,
sobre el Atlántico hondureño, "la droga circula
libremente y la policía la cuida. Las barcazas llegan por
la noche y los aviones tirando la droga, que atraviesa la región
en carros y quienes la cuidan son policías'"'.
Pero
el secretario de Seguridad Oscar Alvarez dijo el jueves en rueda
de prensa que "Zelaya es irresponsable al hacer tales declaraciones"
Se
preguntó: "¿por qué a un mes de las elecciones
generales, Zelaya dice esas cosas?. Si él tiene pruebas que
las presente a la fiscalía o a cualquier otra autoridad".
Alvarez
sostuvo además que "los policías soportan hambre
y arriesgan sus vidas por proteger a la ciudadanía... y Zelaya
no debe denigrarlos porque ese tipo de comentarios sólo beneficia
a los delincuentes".
Los
dos partidos tradicionales de Honduras, el Nacional en el poder
y el Liberal en la oposición, están enfrascados en
una dura contienda para las elecciones generales del 27 de noviembre.
Los
liberales responsabilizan a sus contrincantes de utilizar fondos
estatales en su propaganda y actividad electoral, mientras que los
nacionalistas denuncian las simpatías de sus rivales con
posiciones izquierdistas.
En
la prensa local se habla directamente de una campaña sucia,
algo que los partidos rechazan.
A
32 días para los comicios, los partidos que gobiernan Honduras
hace un siglo no han explicado cómo resolverán los
problemas que agobian a los siete millones de habitantes: empleo,
educación, depresión económica, salud, seguridad
ciudadana y analfabetismo.
En
las elecciones se elegirá al presidente, vicepresidente,
128 diputados y sus suplentes, y 298 alcaldes y concejales municipales.
La
embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa ha indicado que por el
extenso territorio hondureño pasan cada año por lo
menos 100 toneladas de cocaína procedente de Colombia, mientras
que las autoridades decomisan apenas el 10% de la droga.
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