Según
señaló el portavoz de Agricultura del Ejecutivo comunitario,
Michael Mann, no conviene aún «especular» sobre
la acción que tomará la Comisión Europea ante
este nuevo fracaso e insistió en que Bruselas debe «examinar
el informe del arbitraje antes de decidir cómo proceder».
El
segundo y último laudo de la OMC considera que este nivel
arancelario «no mantiene el acceso total al mercado»
de los «proveedores de plátano de las Naciones Más
Favorecidas» (NMF), particularmente, de Iberoamérica.
Este
fue ya uno de los argumentos a los que aludió para rechazar,
en su primer dictamen, publicado el 1 de agosto, la proposición
inicial de la Comisión Europea de establecer el arancel único
en 230 euros por tonelada.
Apoyo
a los iberoamericanos
El
dictamen de la OMC apoya nuevamente la postura de los países
iberoamericanos con derecho a negociar (Brasil, Colombia, Costa
Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y Venezuela)
que siempre han defendido un arancel lo más bajo posible
y de un máximo de 75 euros por tonelada.
Esta
posición es la contraria a la de los productores europeos
-liderados por Canarias, con una producción anual de 420.000
toneladas-, que solicitaban una tarifa única más elevada.
El
Ejecutivo comunitario propuso la cifra de 187 euros por tonelada
tras revisar sus cálculos en base a las peticiones realizadas
por la OMC en su primer dictamen. La Comisión aseguró
haber tenido en cuenta todas las recomendaciones del organismo internacional.
Las
esperanzas de los productores comunitarios de plátano se
cifran ahora en la obtención de una ayuda complementaria
por parte de la Unión Europea, según la petición
que suponía el «Memorando de Madeira», que comprendía
subvenciones para el sector.
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