En
una conferencia de prensa ofrecida en el centro de operaciones del
Comando de Operaciones Especiales “Cobras”, Álvarez
dijo que su retiro de la Secretaría de Seguridad obedece
a su intención de “denunciar las falsedades del candidato
presidencial liberal”.
Expertos
políticos señalaron que la dimisión de Álvarez,
catalogado como uno de los mejores ministros del gobierno de Maduro,
obedece a una estrategia política del Partido Nacional, con
el fin de capitalizar su ascendente imagen a la del candidato presidencial
nacionalista Porfirio Lobo Sosa.
Lobo
Sosa promulga una política de “mano dura” contra
la delincuencia y las pandillas, uno de los principales flagelos
de esta nación centroamericana, y en ese esquema cuadra a
la perfección el ex ministro de Seguridad, bajo cuya gestión
se ha librado una lucha sin cuartel contra las maras que aterrorizaban
al país.
Además,
toda esta estrategia política surge a apenas 24 horas del
asesinato de tres activistas del Partido Nacional por supuestos
pandilleros, y a apenas 13 días para la celebración
de las elecciones generales en las que escogerá un nuevo
presidente, más 265 alcaldes y 180 diputados.
Según
algunas firmas encuestadoras, a esta altura de la campaña,
la brecha por alcanzar el solio presidencial entre los candidatos
“Pepe” Lobo y “Mel” Zelaya se ha acortado
y se mantiene casi parejo, por lo que sus estrategas deberán
quemar sus últimos cartuchos en lo que falta de las elecciones
para atraer el voto independiente o indecisos.
Es
precisamente ese cambio de estrategia que llevó a Álvarez
a interponer su renuncia y dedicar todos sus esfuerzos en lo que
resta de las elecciones para acompañar a “Pepe”
Lobo a todos los diferentes rincones del país para fortalecer
la imagen del presidenciable, así como la de su propuesta
de “mano dura” contra la delincuencia.
Álvarez, el segundo ministro de Seguridad durante la administración
de Ricardo Maduro, dejará sus funciones “para poder
hablar con el pueblo sin la investidura de ministro, misma que le
impide referirse a temas que podrían interpretarse como meramente
políticos”, confirmó a Proceso Digital
una fuente ligada al funcionario.
Respuesta
En sus últimas declaraciones como secretario de Seguridad,
Álvarez dijo hoy que dedicará parte de su tiempo a
decir la verdad, frente a las mentiras del presidenciable liberal,
ya que como ministro no podía hacerlo.
Cuestionó
el hecho que hasta ahora “Mel” Zelaya se ha opuesto
tenazmente a la Ley Antimaras, e incluso acompañó
una demanda contra el estado hondureño por la muerte de varios
pandilleros en el penal de San Pedro Sula y ahora sale con un discurso
diferente.
“Yo
necesito decir la verdad, como ministro de Seguridad no podía
decirlo antes”, apuntó, tras señalar que ahora
el candidato liberal pretende engañar al pueblo al prometer
suavizar la Ley Antimaras.
Dijo
que contrario a lo que promete el aspirante opositor, esta legislación
debe endurecerse y hacerse más fuerte para enfrentar a los
mareros que le quitan la tranquilidad a los hondureños.
Recordó
que en los últimos años han muerto 127 policías
en la lucha contra la delincuencia y las pandillas y ahora “yo
me estoy despojando de mi seguridad para darle seguridad al pueblo
hondureño”.
En
la última fase de la campaña la propuesta de seguridad
también viene siendo manejada por el candidato del partido
Liberal, Manuel Zelaya, quien ofrece combatir la delincuencia, pero
con propuestas ligadas a la seguridad social y a la posibilidad
de reinsertar a los que delinquen.
“Las
propuestas de los presidenciables es una de las principales razones
para que Oscar Álvarez deje sus funciones y decida hablar
del tema con el pueblo pero como un ciudadano entendido en la materia
y no como ministro”, dijo la fuente.
La
información sobre la renuncia de Oscar Álvarez fue
confirmada por Porfirio Lobo, candidato presidencial nacionalista,
quien además dijo que Álvarez “esta preocupado
por la posibilidad de que los mareros se fortalezcan dependiendo
del resultado electoral”.
Sobre
la renuncia del funcionario, la presidenta del Partido Liberal,
Patricia Rodas, dijo es simplemente se trata de un “trasiego
o cambio de escritorios”, al asumir la función que
siempre a desempeñado en el gobierno: la de un activista
político del Partido Nacional.
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