Además
de esa joya, la casa de subastas británica pondrá
también a la venta una fabulosa colección de piedras
preciosas y otras joyas creadas por artistas de ese sector como
Harry Winston, Van Cleef and Arpels, Cartier y Tiffany, entre otros.
La
joya, que es una de las más prestigiosas puestas en el mercado
en los últimos años, según la casa de subastas,
es también una de las pocas del siglo XVIII que se ha conservado
en su estado original.
Se
trata de un collar de diamantes con un cierre que se puede desmontar
y que es un lazo, también realizado en esa gema, que tiene
forma de nudo.
Un
portavoz de la empresa explicó que la joya pertenecía
a la colección de la familia imperial rusa que la guardaba
en la "Sala de los Diamantes" del palacio de San Peterburgo
hasta que en 1927 fue adquirida por un joyero londinense.
Al
valor histórico de la pieza se suma la riqueza de su diseño
en el que su creador alineó 27 diamantes redondeados y circundados
de piedras similares, montados sobre una estructura de plata, a
la que añadió un cierre en forma de nudo.
La
emperatriz rusa, a quien pudo pertenecer tan fabulosa joya, llamó
a su corte a los mejores joyeros franceses y suizos del momento,
como Posier y Duval, que le confeccionaron nuevos diseños
que luego administraba el Fondo Nacional Ruso de Diamantes creado,
en 1719, por su padre, Pedro I.
El
collar, que se ha expuesto durante una semana al público,
es la pieza más esperada de la subasta de mañana,
en la que también se pondrán a la venta otras joyas
y piedras preciosas.
Entre
ellas destacan un anillo con un diamante rosa denominado "Fancy
Vivid Pink", cuyo valor estimado está entre 3 y 4,5
millones de dólares, así como otro anillo con un diamante
blanco diseñado por Van Cleef y Arpels que podría
alcanzar un precio entre 550.000 y 800.000 dólares.
También
se pondrá a la venta joyas que pertenecieron a la millonaria
estadounidense Daisy Fellowes, heredera de la fortuna generada por
las máquinas de coser Singer a principios del siglo XX, y
de quien una parte de su colección de joyas ya se vendió
en 1991 en Ginebra. EFE
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