Así
se afirma en el documento aprobado por el papa Benedicto XVI el
31 de agosto de 2005 y preparado por la Congregación para
la Educación Católica, del que se viene hablando en
los últimos meses y se asegura será presentado el
próximo 29 de noviembre y que fue desvelado hoy por la agencia
católica Adista.
Se trata de una "Instrucción",
titulada "Sobre los criterios de discernimiento vocacional
de las personas con tendencias homosexuales en vista a su admisión
al seminario y a las Ordenes Sagradas", de cinco páginas,
divididas en tres capítulos, firmada por el prefecto de la
congregación, el cardenal Zenon Grocholennwski, el pasado
4 de noviembre, una vez dado el Papa el visto bueno.
El primer capítulo se denomina
"Madurez afectiva y paternidad espiritual" y tras recordar
que el sacerdote representa sacramentalmente a Cristo y que debe
entregarse al servicio de la iglesia y de la caridad pastoral añade
que por ello el candidato a sacerdote "debe alcanzar la madurez
afectiva, que le haga mantener una correcta relación con
hombres y mujeres".
El segundo trata sobre la "homosexualidad
y el ministerio ordenado" y precisa la distinción que
hace el Catecismo entre el los actos homosexuales y las tendencias
homosexuales.
Respecto a los actos, señala
que las Sagradas Escrituras los presentan como pecados graves y
la tradición los considera intrínsecamente inmorales
y contrarios a la ley natural. "Por ello no pueden ser aprobados
en caso alguno".
Sobre las tendencias homosexuales
"profundamente radicadas que se manifiestan en un cierto número
de hombres y mujeres", el texto recuerda que son considerados
"desordenadas" y que esas personas tienen que ser acogidas
con respeto y delicadeza y no ser objeto de "injusta discriminación".
"A la luz de esas enseñanzas,
se retiene necesario afirmar que la Iglesia, en el más profundo
respeto de esas personas, no puede admitir al seminario y a las
Ordenes Sagradas a aquellos que practican la homosexualidad, presentan
tendencias homosexuales profundamente radicadas y apoyan la llamada
cultura gay", afirma el documento.
La instrucción añade
que "esas personas se encuentran en una situación que
obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres
y mujeres".
Si se tratase por el contrario de
tendencias homosexuales que sólo son la expresión
de un problema transitorio, como por ejemplo una adolescencia inacabada,
esas tendencias deben haber sido superados "por lo menos tres
años antes de la ordenación diaconal", agrega
el texto.
El último punto es el "discernimiento
de la idoneidad de los candidatos" y a este respecto precisa
que la vocación es un don de la gracia divina y que el solo
deseo de ser sacerdote "no es suficiente" y que "no
existe un derecho a recibir la Ordenación".
Compete a la Iglesia, señala
el documento, discernir la idoneidad de los que quieren entrar en
el seminario y de llamar a las ordenes sagradas a los que crea en
posesión de las cualidades pedidas.
Para admitir a un candidato al seminario,
la Iglesia -precisa la Instrucción- debe verificar la madurez
efectiva y tener un juicio moralmente cierto sobre sus cualidades.
En caso de duda -resalta el texto-
no se debe admitir a la Ordenación al aspirante.
En los coloquios con el candidato,
el director espiritual debe recordarles la exigencia de la castidad
sacerdotal y también tener en cuenta, entre otras, que no
presente "problemas sexuales incompatibles con el sacerdocio".
"Si fuera así, el director
espiritual y el confesor tienen el deber de disuadirle de proceder
a la Ordenación. Sería gravemente deshonesto que el
candidato ocultase su propia homosexualidad para acceder a pesar
de todo a la Ordenación", resalta el documento.
Este documento se espera desde hace
tiempo y antes de conocerse ya ha suscitado malestar entre algunos
católicos de EEUU, país afectado por casos de curas
pederastas, que temen que pueda llevar a sacerdote con tendencias
homosexuales a abandonar el Orden a pesar de observar escrupulosamente
el celibato.
Otros grupos sin embargo aseguran
que era necesario, ya que impedirá a que homosexuales esconder
"bajo la sotana" sus tendencias y dar rienda suelta a
las mismas. EFE
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