El
fantasma de los militares que rondó en los despachos de los
primeros cuatro presidentes que tuvo el país desde 1982,
ha desaparecido y la democracia hondureña camina hacia la
consolidación, según diversas fuentes.
El
nuevo embajador de EEUU, Charles Ford, quien asumió el cargo
hace dos semanas, elogió el pasado miércoles el afianzamiento
de la democracia en este país centroamericano y expresó
su confianza en que las elecciones generales del próximo
domingo sean limpias.
Ford,
quien se ha reunido esta semana con los candidatos a la presidencia
de los cinco partidos políticos que participan en el proceso
electoral, recalcó que el ambiente que se vive en el país
es de una fiesta democrática.
Países
como Alemania, España, Japón, Suecia y Taiwán,
entre otros, también respaldan el proceso de los comicios
de este año, que serán los séptimos consecutivos
desde 1981.
Antes,
en 1980, fue electa una Asamblea Nacional Constituyente que redactó
la actual Constitución del país y convocó a
elecciones generales en noviembre de 1981.
En
esta contienda participan cinco partidos: Nacional, en el poder;
Liberal, primera fuerza de oposición; Unificación
Democrática (de izquierda), Democracia Cristiana e Innovación
y Unidad-Social Demócrata.
Según
el Tribunal Supremo Electoral (TSE), unos 3,9 millones de hondureños,
de los siete que tiene el país, podrán votar el domingo.
De
los cinco partidos, solamente el Nacional y Liberal tienen opciones
de triunfo, por el bipartidismo tradicional que impera en Honduras.
Ambos
partidos son conservadores y tienen más de un siglo de historia.
Tras
unos 18 años de regímenes alternos, salpicados por
escándalos de corrupción y pleitos de barracas, los
militares entregaron el poder a los civiles en 1982 a Roberto Suazo,
quien ganó las elecciones generales de 1981 al frente del
Partido Liberal.
Suazo
fue sucedido en el cargo en enero de 1986 por otro liberal, José
Azcona, quien falleció el 24 de octubre pasado en Tegucigalpa.
Las
elecciones de 1989 las ganó Rafael Callejas, del Partido
Nacional, mientras que en noviembre de 1993 el voto volvió
a favorecer al Partido Liberal, que se alzó con la victoria
al frente de Carlos Roberto Reina, quien murió el 19 de agosto
de 2004.
Suazo,
Azcona, Callejas y Reina gobernaron con el fantasma de los militares,
que se resistían a la sumisión al poder civil, como
manda la Constitución.
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Azcona
y Reina incluso admitieron que en varias ocasiones sus gobiernos
se vieron amenazados por los militares, quienes gradualmente
fueron cediendo a una serie de reformas en las Fuerzas Armadas
que incluyeron la desaparición del cargo de comandante
en jefe de la institución. |
Esas
reformas fueron impulsadas en la administración de Reina,
a quien en al menos en una ocasión se le pretendieron sublevar
algunos oficiales.
En
enero de 1998 asumió la presidencia Carlos Flores, también
del Partido Liberal, en cuya administración asumió
como ministro de Defensa, por primera vez, un civil, y se ratificó
que el comandante general de las Fuerzas Armadas es el presidente
de la República.
El
último comandante en jefe de las Fuerzas Armadas fue el general
Mario Hung Pacheco, uno de los que intentó sublevarse contra
el ex presidente Carlos Roberto Reina.
Ahora,
los militares hondureños son garantes de la democracia y
una de sus principales misiones cada cuatro años es repartir
el material electoral en todo el país a través de
unidades terrestres, aéreas y marítimas.
Desde
1824, tras su independencia de la Corona española en 1821,
Honduras ha tenido 71 presidentes, incluido el actual, Ricardo Maduro,
del Partido Nacional, quien cesará en el cargo el 27 de enero
de 2006. EFE
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