Gamma
ha dejado, según las cifras oficiales, 42 muertos, una veintena
de desaparecidos y más de 30 mil damnificados en los departamentos
de Colón, Atlántida, Olancho, Gracias A Dios, Yoro
y Cortés.
Las
inundaciones, carreteras, calles y puentes destruidos, la falta
de agua potable, alimentos, medicinas y electricidad en varias comunidades;
centenares de casas destruidas total o parcialmente y las pérdidas
de los cultivos, son parte del desolador panorama que a tres días
de las elecciones generales se vive en el Caribe hondureño.
Pero
en medio de esta realidad, los políticos no se han detenido
un segundo en sus afanes proselitistas y han dejado de lado la calamidad
que sacude a gran parte de los hondureños.
Poblados
como Jocomico, literalmente arrasado por el fenómeno natural;
los daños en San Esteban, Olancho y los efectos ocasionados
por Gamma en el ramal del Tigre, en la desembocadura del rió
Ulúa en la línea divisoria entre Cortés y Atlántida
son solo los símbolos de la destrucción en la región
noroeste de este país centroamericano.
Mas
allá de eso poblados indígenas como las tribus Pech
que habitan en Santa
María del Carbón, en el departamento de Olancho,
han quedado a la mano de Dios, allí la ayuda estatal no ha
llegado y los reportes de prensa local señalan que el hambre
y la calamidad son los acompañantes de al menos 1,500 indígenas
de la zona.
Las
tribus Pech de Santa María del Carbón son las más
numerosas de esa etnia. Habitan en unas 300 viviendas que con el
paso de Gamma han quedado inservibles.
Los medios y sus coberturas
Los desastres ocasionados por las últimas tormentas tropicales
han tenido alguna cobertura mediática, pero el tema ha competido
noticiosamente con las informaciones electorales que abundan en
los detalles sobre la guerra de insultos y la campaña sucia
que han sostenido los principales institutos políticos del
país, los nacionalistas en el poder y los liberales, principal
fuerza en la oposición.
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También,
los partidos menos fuertes electoralmente como el Partido
de Innovación y Unidad, la Democracia Cristiana y el
benjamín Unificación Democrática han
tenido sus espacios en los medios de prensa, pero ni estos
ni los tradicionales han dispuesto de una tregua para atender
la situación de calamidad en la región caribeña
del país. |
La
falta de atención por parte de los líderes políticos
a los damnificados de Gamma pasa por las criticas de los pobladores
afectados que a través de las radios locales han expresado
su inconformidad por el desinterés en el tema. “Nos
mandan urnas cuando esperamos comida porque tenemos hambre”,
dijo una mujer entrevistada por un corresponsal local de radio América
en el poblado de Iriona.
Miembros
de la orden Jesuita de la región centro-norte de Honduras
han cuestionado abiertamente la falta de sensibilidad humana de
los políticos e incluso han señalado la poca denuncia
periodística sobre la problemática de crisis ocasionada
por Gamma.
Maduro cubre los flancos
En
tanto el presidente Ricardo Maduro,
alejado del ruido político y un tanto al margen de la dirigencia
de su partido, ha intensificado sus operativos de ayuda y rescate
de los damnificados.
Maduro
ha llegado a una gran cantidad de poblados y ha dispuesto de recursos
adicionales para atender la emergencia.
Asimismo,
el Presidente ha contado con la cooperación internacional
para hacer frente a la emergencia.
El
ministro asesor del presidente, Elías Lizardo, dijo que la
administración Maduro intenta cubrir la mayoría de
los poblados afectados, pero indicó que “no es fácil
hacerlo todo, especialmente porque la cooperación externa
no es tan fluida y requiere de tramites que impiden la agilidad
que las personas afectadas demandan para salir de sus precarias
situaciones”.
Prioridad:
Salvar identidades
En
medio de ese ambiente, los políticos nacionales y los de
la región caribeña mantienen su efervescencia proselitista
en un ambiente donde la tragedia de los damnificados se mezcla con
sus paradójicas ofertas electorales.
No
ha faltado el cinismo de algunos personajes de la vida pública
que han utilizado las cadenas radiales para advertir a los damnificados
la necesidad de que cuiden su cedulas electorales, que traten de
salvarlas en medio de las inundaciones a fin de que sus votos no
se pierdan y puedan ejercer el sufragio.
Así,
en medio de una campaña confrontativa y maquiavélica
cerca de cuatro millones de hondureños se aprestan para acudir
a las urnas y elegir en menos de 72 horas a su próximo presidente,
128 diputados y 298 alcaldes municipales. |