INUNDACIONES VRS ELECCIONES | |||
Políticos
se olvidan de tragedia humana |
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24 de noviembre de 2005 | |||
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Las inundaciones, carreteras, calles y puentes destruidos, la falta de agua potable, alimentos, medicinas y electricidad en varias comunidades; centenares de casas destruidas total o parcialmente y las pérdidas de los cultivos, son parte del desolador panorama que a tres días de las elecciones generales se vive en el Caribe hondureño. Pero en medio de esta realidad, los políticos no se han detenido un segundo en sus afanes proselitistas y han dejado de lado la calamidad que sacude a gran parte de los hondureños. Poblados como Jocomico, literalmente arrasado por el fenómeno natural; los daños en San Esteban, Olancho y los efectos ocasionados por Gamma en el ramal del Tigre, en la desembocadura del rió Ulúa en la línea divisoria entre Cortés y Atlántida son solo los símbolos de la destrucción en la región noroeste de este país centroamericano. Mas allá de eso poblados indígenas como las tribus Pech que habitan en Santa María del Carbón, en el departamento de Olancho, han quedado a la mano de Dios, allí la ayuda estatal no ha llegado y los reportes de prensa local señalan que el hambre y la calamidad son los acompañantes de al menos 1,500 indígenas de la zona. Las
tribus Pech de Santa María del Carbón son las más
numerosas de esa etnia. Habitan en unas 300 viviendas que con el paso
de Gamma han quedado inservibles. Los desastres ocasionados por las últimas tormentas tropicales han tenido alguna cobertura mediática, pero el tema ha competido noticiosamente con las informaciones electorales que abundan en los detalles sobre la guerra de insultos y la campaña sucia que han sostenido los principales institutos políticos del país, los nacionalistas en el poder y los liberales, principal fuerza en la oposición. También,
los partidos menos fuertes electoralmente como el Partido de Innovación
y Unidad, la Democracia Cristiana y el benjamín Unificación
Democrática han tenido sus espacios en los medios de prensa, pero
ni estos ni los tradicionales han dispuesto de una tregua para atender
la situación de calamidad en la región caribeña del
país. Miembros
de la orden Jesuita de la región centro-norte de Honduras han cuestionado
abiertamente la falta de sensibilidad humana de los políticos e
incluso han señalado la poca denuncia periodística sobre
la problemática de crisis ocasionada por Gamma. En tanto el presidente Ricardo Maduro, alejado del ruido político y un tanto al margen de la dirigencia de su partido, ha intensificado sus operativos de ayuda y rescate de los damnificados. Maduro ha llegado a una gran cantidad de poblados y ha dispuesto de recursos adicionales para atender la emergencia. Asimismo, el Presidente ha contado con la cooperación internacional para hacer frente a la emergencia. El ministro asesor del presidente, Elías Lizardo, dijo que la administración Maduro intenta cubrir la mayoría de los poblados afectados, pero indicó que “no es fácil hacerlo todo, especialmente porque la cooperación externa no es tan fluida y requiere de tramites que impiden la agilidad que las personas afectadas demandan para salir de sus precarias situaciones”. Prioridad: Salvar identidades En medio de ese ambiente, los políticos nacionales y los de la región caribeña mantienen su efervescencia proselitista en un ambiente donde la tragedia de los damnificados se mezcla con sus paradójicas ofertas electorales. No ha faltado el cinismo de algunos personajes de la vida pública que han utilizado las cadenas radiales para advertir a los damnificados la necesidad de que cuiden su cedulas electorales, que traten de salvarlas en medio de las inundaciones a fin de que sus votos no se pierdan y puedan ejercer el sufragio. Así, en medio de una campaña confrontativa y maquiavélica cerca de cuatro millones de hondureños se aprestan para acudir a las urnas y elegir en menos de 72 horas a su próximo presidente, 128 diputados y 298 alcaldes municipales. |
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