25 de noviembre de 2005
Redacción Proceso Digital 
  • Una docena de naciones renovarán a sus gobernantes, en medio del descontento de las grandes mayorías y la profundización de las desigualdades

  • Los tratados de libre comercio van más allá de lo meramente económico y agudizan las diferencias sociales

Tegucigalpa - En menos de 24 horas los hondureños concurrirán a las urnas a elegir su séptimo presidente luego de que este país centroamericano retornó a la democracia y con sus elecciones arranca el cambio de 12 gobiernos en igual número de naciones de América Latina.

El proceso electoral hondureño, seguido de las elecciones en Chile, Bolivia y Haití en diciembre próximo, marca la ruta de los cambios de gobierno en el continente que caminarán en noviembre de 2006 con los comicios venezolanos.

A inicios del año entrante las consultas electorales arrancan con las elecciones costarricenses en febrero, seguidas de Perú y Colombia en abril; México en julio; Brasil, Nicaragua y Ecuador en octubre; para concluir con la convocatoria en Venezuela un mes después.

La ruta que arranca en Honduras no refleja expectativas de cambios profundos y a juicio del analista Manuel Torres, los indicadores muestran las expectativas y la posibilidad de algunos cambios dentro de la continuidad.

De acuerdo los criterios brindados por Torres, un analista y periodista independiente, Honduras es el primer laboratorio de la región frente a la necesidad de profundizar la democracia y la creciente sombra del autoritarismo que la acompaña.

Torres reflexionó sobre los resultados que arroja Latinobarómetro en su último sondeo, en el que un significativo porcentaje de los ciudadanos de América Latina se muestran partidarios de los regímenes autoritarios si estos les garantizan mejorar sus condiciones de vida.

Agregó que las elecciones hondureñas anticipan la disyuntiva que afronta el electorado de votar a favor de la continuidad o de buscar alguna renovación en la gestión política social y económica del país.


Manuel Torres, periodista y analista hondureño.

Las desigualdades
Asimismo, dijo que la inconformidad creciente marcada por los enfrentamientos y tensiones en diferentes países de América Latina refleja la amenaza de inestabilidad e ingobernabilidad que ronda en varias naciones.

En el caso especifico de Honduras, Manuel Torres expresó que se percibe una inconformidad creciente de la sociedad que, además, no cuenta con el respaldo de una oposición política estructurada que manifieste su pensamiento y proteste o presente propuestas vinculadas con su realidad.


Manuel Zelaya.
Un ejemplo local del tema ocurrió en septiembre pasado cuando un grupo de taxistas, sin bandera política, paralizaron las principales ciudades del país durante más de 48 horas y recibieron el apoyo de la población que se unió a la manifestación para protestar por los altos precios de los combustibles.

Honduras, junto a Brasil, son los países de América Latina donde existe la más alta desigualdad, según recientes informes de desarrollo humano de las Naciones Unidas.

Estas desigualdades, dice Manuel Torres, son el molde que da forma a la figura de las mismas insatisfacciones en la región, donde la exclusión de las mayorías y las pequeñas elites dominantes son el reflejo de las inequidades que ponen en riesgo a las democracias.

En otro aparte, el analista y periodista hondureño dijo que fenómenos económicos como el tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA por sus siglas en inglés) son parte de una realidad que en el caso de Honduras se materializará a partir de enero próximo cuando entre en vigencia el TLC con los Estados Unidos.

Estos tratados que, a su juicio, van mas allá de lo económico, surgen en ambientes divididos y marcados por tensiones que a la larga también agudizan las ya profundas diferencias sociales.

En Honduras el Partido Nacional es representado por su candidato presidencial Porfirio Lobo, actual presidente del Congreso hondureño y un hombre que basa su propuesta en un puño firme contra la delincuencia y en instituir nuevamente la pena de muerte abolida en este país en 1957 .

Porfirio Lobo.

En tanto, el partido Liberal lleva como presidenciable a Manuel Zelaya, un ex ministro del Fondo Hondureño de Inversión Social que ofrece un gobierno basado en el poder ciudadano pero no logra explicar como se concretará su propuesta.

Zelaya y Lobo, son originarios del departamento de Olancho y provienen de familias ligadas a la agroindustria y para los expertos ninguno de los dos supone cambios drásticos en el rumbo nacional.

La elecciones hondureñas se verificarán el 27 de noviembre cuando tres millones 900 mil ciudadanos tengan la oportunidad de acudir a las urnas a elegir al nuevo presidente y los 128 miembros del parlamento y 298 jefes de gobiernos locales.

Así, Honduras inicia una ruta de procesos eleccionarios en América Latina que dará nuevos gobiernos en medio de diferencias sociales y económicas matizadas con pocos signos de voluntad política por propugnar cambios profundos.

 
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