Lobo
dijo que "nos espera una larga noche" y debemos defender
los votos en las urnas hasta concluir con el levantamiento de las
actas, manifestó, en un claro llamado a los representantes
de su partido en las mesas electorales.
El opositor liberal Manuel Zelaya
se declaró ganador de los comicios celebrados el domingo
en Honduras a partir de un sondeo a pie de urna, mientras que su
rival Porfirio Lobo afirmó que hay que esperar al escrutinio.
La encuesta divulgada por la radio
HRN y la corporación Televicentro otorga el 50,61 por ciento
de los votos a Zelaya y el 44,31 por ciento a su principal rival,
el candidato del gobernante Partido Nacional, Porfirio Lobo.
El Tribunal Supremo Electoral aún
no ha difundido los primeros resultados de las elecciones, que transcurrieron
con normalidad.
Zelaya, de 53 años, afirmó
que el resultado de los comicios "lo recibimos como un mandato
del pueblo de Honduras, que ha confiado en nuestro mensaje, en nuestra
propuesta".
A partir de ahora, recalcó,
"habrá cambio para darle transparencia y justicia al
país".
Tras conocer la proclamación
de Zelaya, Lobo, de 57 años, dijo que "no podemos"
aceptar el resultado del sondeo porque las encuestas de nuestro
partido indican que "estamos el uno por ciento arriba".
Lobo afirmó que "va
a ser una noche larga" porque "todo indica que va a ser
una elección apretada".
Los primeros resultados extraoficiales
difundidos por radio América indican que de 31.049 votos
escrutados en todo el país, Lobo aventaja a Zelaya con el
48 por ciento frente al 47 por ciento.
Los hondureños votaron para
elegir al nuevo presidente de su país entre cinco candidatos,
en unos comicios que transcurrieron con normalidad.
Al término de las votaciones,
el jefe de la Misión de Observación Electoral de la
Organización de Estados Americanos (OEA), Moisés Benamor,
dijo que el proceso ha sido "una fiesta cívica"
y ha mantenido "una dinámica adecuada", pese a
algunos pequeños inconvenientes.
Después de votar, el presidente
hondureño, Ricardo Maduro, afirmó que el Partido Nacional,
en el poder, se impondrá en los comicios a su rival tradicional,
el Partido Liberal.
El mandatario también expresó
su satisfacción porque no se ha producido ningún incidente
lamentable, a pesar de que en la víspera surgieron rumores
de que las maras (pandillas) podrían llevar a cabo acciones
violentas para amedrentar a la población durante la jornada
electoral.
Lobo y Zelaya tuvieron como principal
tema de contienda electoral el combate a las pandillas, a las que
las autoridades atribuyen gran parte de la violencia que azota a
los hondureños.
El problema más grave en
estas elecciones ocurrió fuera de Honduras, en el consulado
hondureño en Nueva York, donde se suspendió la votación
por un conflicto en la junta electoral.
Problemas como retrasos en apertura
de centros electorales, falta de papeletas y materiales, anomalías
en listados o cédulas de identidad falsificadas se fueron
superando durante la jornada, dijeron autoridades electorales, candidatos
y dirigentes políticos.
Los comicios fueron vigilados por
más de 6.800 observadores, de los cuales un centenar integran
la Misión de la OEA y los demás son de organismos
locales de desarrollo y de derechos humanos.
Unos 3,9 millones de electores,
de los siete millones de habitantes que tiene Honduras, pudieron
ejercer el sufragio en 13.832 urnas distribuidas en 5.312 mesas
en todo el país.
El ganador de las elecciones, las
séptimas desde el retorno a la democracia, en 1980, sustituirá
en la Presidencia de Honduras a Ricardo Maduro, el 27 de enero de
2006.
Además del nuevo presidente
y un vicepresidente, los hondureños eligieron hoy a 128 diputados
y 298 gobiernos municipales
Combatir la pobreza, que sufren
el 80 por ciento de los hondureños, y la corrupción
son algunos de los principales retos que tendrá el nuevo
presidente de Honduras, además de reducir la violencia.
Los otros tres candidatos presidenciales
son Juan Ramón Martínez, de la Democracia Cristiana;
Carlos Sosa, del Innovación y Unidad-Social Demócrata,
y Juan Almendares, del Unificación Democrática (de
izquierda). EFE
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