Rapalo,
preso desde el 2003, escapó de una celda de máxima
seguridad de la cárcel Turner Guilford Knight (TGK) la noche
del 20 de diciembre, cuando utilizó varias sábanas
atadas unas con otras como una cuerda para descender seis pisos
hasta el suelo.
Ahora el acusado se encuentra en
el Centro de Detención de Miami-Dade, luego de que un juez
le negase fianza, encarando una posible cadena perpetua.
La policía localizó
a Rapalo, de 34 años y natural de Honduras, gracias a una
pista anónima que lo ubicó en un centro comercial
en Bird Road y la avenida 67, donde fue detenido por dos agentes
de la policía de Miami-Dade cerca de las 10 p.m. del lunes.
''Nos dijo que era un nicaragüense
sin hogar que acababa de llegar a este país, pero nos dimos
cuenta que era el individuo que buscábamos'', relató
el detective Wayne Cox, de la unidad antinarcóticos de la
policía de Miami-Dade.
Cox, de 34 años, logró
atrapar al fugitivo junto a su compañero, el detective Alcides
Velez.
''Nos dio un nombre falso y no tenía
identificación'', explicó Velez. ``Nos preguntó
si éramos agentes de inmigración, y parecía
más preocupado de que lo íbamos a deportar''.
''Pero cuando le pedimos que se
sentase, se dio cuenta de que éramos policías y salió
corriendo'', agregó.
Tras una corta persecución
a pie, y con la ayuda de una unidad canina que se encontraba en
la zona, los detectives apresaron a Rapalo.
''Es un regalo tardío de
Navidad'', señaló Velez, de 28 años.
Los detectives agregaron que Rapalo
se sonrió cuando fue arrestado.
''Pareciera
que estuviese aliviado, o a lo mejor se reía de nosotros,
porque se nos pudo escapar por un tiempo'', acotó Velez.
Las autoridades están investigando
quién ayudó a Rapalo a escapar de la cárcel,
y a mantenerse fugitivo durante casi una semana, afirmó Katherine
Fernández Rundle, la fiscal estatal de Miami-Dade.
''Vamos a investigar cómo
logró tener tantas sábanas, quién lo ayudó
dentro de la cárcel, y quién le dio dinero y ropa
después de que se escapó'', señaló Fernández
Rundle, quien añadió que la fiscalía espera
mantener la fecha del 6 de febrero para el juicio contra Rapalo
por las violaciones. ``Todos son sospechosos a este punto''.
Según
la fiscalía, la investigación seguirá pistas
de llamadas que posiblemente hizo Rapalo al salir de la cárcel,
como una al padre de otro preso desde un teléfono público,
que alertó a las autoridades.
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Otras
llamadas hechas desde el mismo teléfono público
fueron rastreadas a un teléfono celular que continuó
recibiendo llamadas de teléfonos públicos durante
la semana. Las autoridades consideran que Rapalo puede haber
sido quien hizo las llamadas. |
La
fuga de Rapalo destapó una controversia dentro del Departamento
de Cárceles del condado. Una fuente familiarizada con las
investigaciones confirmó a El Nuevo Herald que en octubre
hubo dos intentos de fuga del Centro de Detención de Miami-Dade,
y aunque no tuvieron éxito, permitieron a las autoridades
descubrir que los detenidos estaban teniendo un acceso fácil
a las sábanas del establecimiento carcelario porque una de
las fugas iba a producirse a través de una ventana con una
cuerda hecha con sábanas.
La preocupación de que los
detenidos pudieran usar sábanas en intentos de escape fue
resaltada en una fecha tan temprana como el 14 de marzo de este
año, cuando tres funcionarios carcelarios sugirieron en un
correo electrónico que se implantara un sistema de conteo
de las sábanas similar al existente para controlar los colchones.
Sin embargo, como admitió
en un memorando el director del Departamento de Prisiones y Rehabilitación
del condado, Charles J. McRay, enviado el martes al administrador
condal George M. Burgess, la sugerencia cayó en las redes
de la burocracia y en menos de nueves meses fue recorriendo las
mesas de cuatro diferentes instancias sin que se tomara una decisión
firme y amplia al respecto.
De hecho, el 28 de julio se ordenó
que todos los presos deberían entregar sus sábanas
un determinado día de la semana, y el personal encargado
de custodia debería ayudar a los de lavandería a recuperarlas.
Pero aparentemente no funcionó,
porque después de los intentos de fuga en octubre, el 22
de noviembre pasado, el supervisor de la cárcel reforzó
las medidas de conteo y aplicó sanciones disciplinarias a
los reos que destruyeron sus sábanas y ordenó que
no se podía entregar ni una sábana extra sin un pedido
del médico de la cárcel.
El
memorando no explica cómo, pese al refuerzo de las medidas,
Rapalo pudo apropiarse de más de una sábana sin que
las autoridades se dieran cuenta. Según la portavoz el departamento
de prisiones, Genelle Hall: ``Estamos investigando eso''.
Tomado
de elnuevoherald.com
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