"Hemos
decidido echar del país a un agregado militar de la embajada
de EEUU por espionaje (...) al señor capitán de Fragata
de la Marina de EEUU John Correa, debe salir del país inmediatamente",
afirmó Chávez durante un mensaje a la nación
por el séptimo aniversario de su Gobierno.
El presidente izquierdista reiteró
que su Gobierno tiene "pruebas del espionaje", que también
involucra al menos a una veintena de oficiales de bajo rango de
la Armada venezolana que están siendo enjuiciados por la
Corte Militar.
"Advertimos al Gobierno imperialista
de Estados Unidos que si sus militares agregados en Venezuela continúan
haciendo lo que este capitán (Correa) ha estado haciendo
serán detenidos (en flagrancia) y puestos a la orden de su
Embajada, y el próximo paso sería retirar toda la
misión militar de Estados Unidos en Venezuela", agregó.
El jefe de Estado sostuvo que como
su Gobierno "ha sido y será respetuoso de los tratados
internacionales" no encarcelará a ningún militar
agregado diplomático que incurra en "espionaje",
al insistir que quienes lleven acabo esa actividad serán
"expulsados" del país.
Chávez calificó, además,
de "grupo de traidores" a los oficiales venezolanos involucrados
en el caso de "espionaje", cuyo número no ha sido
precisado oficialmente aunque la prensa local insiste en que superan
la veintena.
"Son un grupo de traidores
que están sometidos a juicio y seremos inflexibles con esos
traidores", aseveró el presidente, que pidió
para ellos "la máxima pena", que es de 30 años
de prisión, según el código militar vigente.
El gobernante opinó que el
caso de "espionaje" demuestra que "no hemos terminado
la labor de limpieza" en la Fuerza Armada Nacional (FAN).
El ministro venezolano de Defensa,
almirante Orlando Maniglia, se ha negado a dar detalles del caso
para "no entorpecer" las investigaciones, que se "realizan
exhaustivamente", Según las versiones de la prensa local,
la Fiscalía Militar ha dictado régimen de presentación
a algunos de los oficiales venezolanos investigados y ha ordenado
la detención de los que no se presentaron a las citaciones.
El vicepresidente venezolano, José
Vicente Rangel, ha dicho por su parte que no le sorprendería
que algunos de los presuntos espías hayan huido hacia Estados
Unidos, así como tampoco la participación estadounidense
en el caso.
"No me sorprende porque la
misión militar norteamericana estuvo totalmente involucrada
en el golpe de Estado (abril 2002). Y eso me consta porque yo era
ministro de la Defensa y los estadounidenses estuvieron en el quinto
piso del Ministerio de la Defensa durante todo el operativo",
dijo el vicepresidente el pasado 27 de enero.
Ese mismo día, el embajador
de EEUU en Venezuela, William Brownfield, dijo que no había
sido informado por Caracas del presunto "espionaje" que
involucraría al agregado naval Correa, y desde entonces no
se ha pronunciado públicamente sobre el caso.
Por otra parte, el embajador de
Venezuela en Lima, Cruz Manuel Martínez, denunció
el martes el presunto acoso de funcionarios militares de EEUU están
ejerciendo sobre sus agregados castrenses para sostener reuniones
privadas en Perú.
Martínez pidió al
embajador de EEUU en Perú, James Curtis Struble, que "mantenga
a sus funcionarios militares en el estricto orden diplomático
de mutuas relaciones entre ambos gobiernos".
Caracas
y Washington mantienen agrias relaciones diplomáticas con
insistentes acusaciones mutuas referidas al corte "imperialista
e intervencionista" del Gobierno del presidente estadounidense,
George W. Bush, y a las "intenciones totalitarias" de
Chávez. EFE
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