Descubren buzón de armas
en Santa Bárbara
   
  • En el sitio se escondía un poderoso arsenal bélico compuesto por fusiles AK-47, M-16 y lanzagranadas, pero no se pudo capturar a nadie
27 de febrero de 2006
Redacción Proceso Digital 

Tegucigalpa - Un buzón en el que traficantes de armas escondían un poderoso arsenal militar, descubrieron este fin de semana Fiscales y policías de investigación en una vivienda en la comunidad de Ilama, Santa Bárbara, en el nor-occidente del país, informó hoy el titular de la Dirección General de Investigación Criminal (DGIC) Napoleón Názar.

Honduras se ha convertido en un corredor para el tráfico de armas.


Názar detalló que el descubrimiento se dio luego de una intensa investigación y el posterior allanamiento de un taller de carros en el municipio de Ilama, en el que participaron agentes de la Policía Nacional y personal de la Fiscalía de Lucha Contra el Crimen Organizado.

En el allanamiento, que se extendió por cuatro horas, los agentes localizaron un sótano en el que supuestamente se escondían los artefactos de guerra, pero desafortunadamente sólo encontraron algunas mini uzis y carabinas, así como otras evidencias como plástico para embalar las armas y grasa para darles mantenimiento.

El inmueble es propiedad del señor Mario Carranza, quien está siendo investigado por las autoridades por su presunta vinculación al tráfico de armas.

Según el jefe policial, el sótano era utilizado por los traficantes para esconder fuertes cantidades de armamento y posiblemente antes que se diera el allanamiento en el lugar se escondían más de 600 artefactos, entre fusiles M-16 y AK-47, lanzagranadas, ametralladoras uzis, escopetas y carabinas.

Las autoridades consideran que posiblemente los traficantes fueron alertados antes de que se diera el allanamiento de la vivienda, por lo que no fue posible atrapar a ningún sospechoso. Sin embargo, la policía está tras la pista de los integrantes de la banda criminal que se dedica a esta ilícita actividad.


Localización del hallazgo.
En los últimos años, Honduras se ha convertido en corredor idóneo para el tráfico de armas que quedaron tras el cese de los conflictos bélicos en Nicaragua y El Salvador, aunque las autoridades han asestado fuerte golpes a los traficantes que operan, principalmente en la zona sur del país.

La mayoría de estas armas son compradas por los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) quienes pagan fuertes sumas de dinero por las mismas, según han señalado las autoridades de la policía hondureña.

El año pasado la policía confiscó un poderoso arsenal bélico, compuesto de varias lanzagranadas que supuestamente serían utilizados por el crimen organizado para atentar en contra del entonces presidente Ricardo Maduro y su secretario de Seguridad, Óscar Álvarez.

 
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