Los
incidentes de violencia sectaria que se repiten en Irak desde el
pasado miércoles, jornada en la que se perpetró un
atentado contra un templo chií, comenzaron a primera hora
de la mañana y continuaron durante todo el día.
Un
ataque con bomba contra una mezquita suní que acoge la tumba
del padre de Sadam Husein en Tikrit, a 170 kilómetros al
norte de Bagdad, destruyó por completo el templo, construido
en 2002 por orden del depuesto presidente.
Además,
cuatro explosiones en la capital, tres de ellas causadas por coches
bomba, mataron a al menos 56 personas e hirieron a 121.
El
incidente más grave ocurrió a las 20.00 horas locales
(17.00 GMT) cuando un coche bomba estalló en un mercado de
un barrio de mayoría chií del noroeste de Bagdad.
Al menos 25 personas murieron y otras 45 resultaron heridas en este
atentado, ocurrido pocos minutos antes de que un proyectil impactase
contra una mezquita chií de un barrio próximo sin
causar víctimas.
Además,
cuatro policías iraquíes murieron hoy en una emboscada
de un grupo armado en una carretera que conduce de Bagdad a Baquba,
al noreste de la capital.
La
violencia sectaria en Irak, desatada el pasado miércoles
tras el ataque contra un importante santuario chií al norte
de Bagdad, ha dejado ya 379 muertos y 458 heridos, informó
hoy el Consejo de Ministros de Irak.
Esa
cifra incluye las víctimas de la violencia registradas en
Bagdad y todas las provincias del país desde el miércoles
pasado hasta las 18.00 horas locales (15.00 GMT) de hoy, precisó
uno de los portavoces del consejo en un breve comunicado.
Entre
los fallecidos se incluyen los 241 cadáveres de personas
asesinadas a sangre fría aparecidos en Bagdad y sus alrededores
en los últimos días.
El
Gobierno iraquí levantó el lunes el toque de queda
y la prohibición del tráfico rodado, aunque intensificó
la presencia de los efectivos del Ejército y de la policía
en la capital y en otras provincias vecinas.
El
depuesto presidente iraquí Sadam Husein lanzó ayer
un llamamiento desde su cárcel, a través de uno de
sus abogados, en el que pedía, un día antes de la
reanudación de su juicio, la unión de chiíes
y suníes de Irak para evitar un conflicto sectario en el
país.
La
sesión de hoy contra Sadam y siete de sus colaboradores se
celebró hoy con la presencia de los abogados de la defensa,
aunque abandonaron la sala del tribunal minutos después del
inicio de la nueva sesión del proceso, que continuará
mañana.
Según fuentes judiciales, los letrados se retiraron después
de que el presidente del tribunal, el kurdo Rauf Abderrahman, rechazara
una petición de la defensa para aplazar el juicio y darles
así tiempo para preparar la defensa.
Tras
la salida de los abogados, el hermanastro de Sadam y antiguo jefe
de los servicios secretos, Barzan al Tikriti, protagonizó
un enfrentamiento verbal con el juez y rechazó a los letrados
nombrados por el tribunal para defender a los acusados.
"No
queremos a esos abogados, queremos a los nuestros", dijo Barzan,
e insistió en que los acusados pueden defenderse ellos mismos
sin la presencia de los letrados elegidos por la corte.
Los
abogados de la acusación presentaron, por su parte, varios
documentos que aseguran que prueban la implicación de los
acusados en la matanza de decenas de chiíes tras un supuesto
intento de asesinato del ex dictador en 1982 en la aldea Al-Duyail,
al norte de Bagdad.
Además
la acusación aseguró tener documentos que prueban
la confiscación sin indemnización de tierras de cultivo
pertenecientes a 687 habitantes de Al-Duyail y de la vecina localidad
de Balad. EFE |