El
presidente estadounidense llegará mañana a Washington
después de partir esta noche de Islamabad, donde hoy se
reunió con su colega paquistaní, Pervez Musharraf,
en una ciudad prácticamente vacía debido a las extremas
medidas de seguridad.
Bush
quería recibir el compromiso inequívoco de este
país, otrora sustento del movimiento talibán afgano,
en la guerra contra el terrorismo y, a juzgar por sus declaraciones,
lo obtuvo.
"Parte
de mi misión hoy era determinar si el presidente sigue
tan comprometido como antes a llevar a los terroristas ante la
justicia, y lo está", declaró en una rueda
de prensa conjunta con Musharraf.
Pero,
junto a los elogios, Bush también presentó una lista
de peticiones, entre ellas, una mejor comunicación de los
datos de los servicios de inteligencia, que deben ser fiables,
útiles y transmitidos en tiempo real, explicó.
El
presidente norteamericano aprovechó también para
dar un ligero toque de atención a Musharraf en lo que respecta
a la democracia en su país. Las elecciones presidenciales
previstas para el año próximo deben ser "abiertas
y honestas", dijo.
Por
su parte, Musharraf consideró que la reunión había
servido para reactivar "y quizás fortalecer"
la relación entre ambos.
Si
en Islamabad Bush consiguió un renovado compromiso de Pakistán
en la lucha contra el terrorismo, en Nueva Delhi, donde permaneció
entre el miércoles y el viernes, logró un resultado
aún más positivo, al cerrar un acuerdo de cooperación
nuclear que se negoció durante ocho meses.
Ese
acuerdo permitirá que la India, fuera del sistema nuclear
internacional al no haber firmado el Tratado de No Proliferación
(TNP), acceda a tecnología nuclear extranjera por primera
vez en treinta años.
A
cambio, ese país ha prometido desligar sus programas militares
y civiles y poner estos últimos bajo garantía internacional.
Bush
encara ahora una dura batalla en el Congreso de EEUU para hacer
aprobar ese acuerdo. La oposición demócrata, e incluso
algunos republicanos, consideran que es un premio a la India pese
a que no haya firmado el TNP y temen que pueda dar pie a casos
de proliferación nuclear.
El
presidente replica que el acuerdo era "necesario" para
que India pueda satisfacer sus crecientes demandas energéticas
y que no sólo contribuirá a incluir sus programas
nucleares civiles dentro del paraguas del Organismo Internacional
de Energía Atómica (OIEA) sino que hará ceder
la presión sobre los precios del petróleo.
De
la India, el presidente se lleva también una serie de acuerdos
económicos, incluido el compromiso de doblar el flujo comercial
en tres años y la confirmación de unas excelentes
relaciones con uno de los países de mayor importancia estratégica
en el mundo.
Antes
de la India, Bush visitó brevemente -apenas cuatro horas-
Afganistán, en un viaje que se mantuvo en secreto prácticamente
hasta el momento del aterrizaje por razones de seguridad.
Era
la primera vez que el presidente estadounidense visitaba el país,
aunque el año pasado ya se había desplazado su esposa,
Laura.
En
esta breve visita, Bush expresó su apoyo al presidente
afgano, Hamid Karzai, y a la incipiente democracia en este país,
y aseguró que el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden
-del que se cree que se oculta en la zona de la frontera entre
Afganistán y Pakistán- acabará siendo capturado.
El
único revés visible para Bush ha sido la oleada
de manifestaciones que, tanto en India como en Pakistán,
se han convocado en contra de su presencia.
Ayer,
una marcha musulmana de protesta en Lucknow (norte de la India)
dejó cuatro muertos y veinte heridos cuando el acto degeneró
en un enfrentamiento entre islámicos e hindúes.
EFE