Tegucigalpa
- Cada mañana su voz llega a través de las ondas
hertzianas de la radio a los rincones más recónditos
de Honduras con noticias y consejos de Salud. Su programa radial
“El Médico y su Salud” es uno de los más
gustados y escuchados de la radiodifusión hondureña.
Mario
Rivera Vásquez, es un profesional de la medicina y un comunicador
social nato, que gracias a sus amplios conocimientos médicos,
su bien timbrada voz y su arraigada conciencia social, ha sabido
ganarse un merecido lugar en el difícil mundo de la comunicación
social del país y ahora en la política vernácula.
Su
jornada empieza a tempranas horas y termina a altas horas de la
noche, ya que su nueva posición como regidor de la alcaldía
municipal, sumada a la de médico, comunicador y docente,
le quita una buena parte de su tiempo. “ahora le doy menos
tiempo a la familia”, confiesa al equipo periodístico
de Proceso Digital
En
esta entrevista para Proceso Digital, Rivera habla sobre sus pininos
en la radio, sus anécdotas, las tomadas de pelo, sus aspiraciones
políticas y su nueva faceta como regidor municipal.
¿Cuales
son sus orígenes?
Yo
soy nacido en Sabanagrande, Francisco Morazán. Mi mamá
era enfermera y en aquellos tiempos las estudiantes de enfermería,
una vez graduadas, andaban por varios hospitales del país
y allá hice mi infancia hasta quinto grado. Después
nos venimos a vivir a Tegucigalpa, vine a estudiar a la escuela
Álvaro Contreras, y en la colonia 21 de Octubre fue donde
transcurrió toda mi infancia y adolescencia. Luego entré
al Instituto Central, donde me gradué de bachiller y pasé
a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras a estudiar
Medicina. Hice estudios de postgrado en Argentina en medicina
del trabajo y de salud pública en la Escuela de Salud Pública
de Honduras y desde 1984 me desempeño como profesor del
Departamento de Medicina Preventiva, ahora de Salud Pública
de la facultad de Ciencias Médica y desde 1991 tengo mi
programa en Radio
América que este año cumple 15 años.
¿Cómo entra en la radiodifusión?
Hice
mis primeros pininos por el 68 y 69 y pensé que eso me
iban permitir estudiar Medicina, pagaban cincuenta centavos la
hora y no me daba, entonces decidí retirarme. En la Facultad
de Medicina volví estar como comunicador en una unidad
que se llama Unidad de Tecnología Educacional en Salud
en la que se hacían vídeos y filminas y ayuda audiovisual
para los estudiantes de Medicina y ahí volví a grabar.
Entramos juntos a la Universidad con Rodrigo Wong Arévalo,
Ángel Valentín Aguilar y eso me permitió
un acercamiento con Radio América y después con
Ricardo Antonio Redondo Licona con quien fuimos compañeros
en la carrera de Medicina.
¿Estos
personajes ejercieron influencia para que usted se inclinara por
la comunicación?
Si,
creo que si, aunque desde pequeño me gustaba y llamaba
la atención porque desde primer grado intentaba pronunciar
bien las palabras, degustaba rebuscar una palabra y pronunciarla
bien.
¿Su
buen timbre de voz le ayudó en esta profesión?
Pues
creo que si, lo que pasa es que creo que en radio la gente se
acostumbra a la voz, una vez hice una prueba para radio y me dijeron
que no servía, ja ja ja ja ja ja.
Pero
sí, ahora la gente se ha acostumbrado a la voz, pareciera
que tener una voz muy cálida y muy dulce, entonces como
que la gente me asocia con esto.
Mi
familia, la familia Rivera ha sido una familia de radio. Unos
tíos fueron los fundadores de la primera emisora del país,
HRN,
trabajaban en los transmisores: Miguel Rivera, Tomás Rivera,
ahora Miguelito y Agustín Rivera.
Yo
venía a pasar vacaciones a los trasmisores y conocer la
radio. Probablemente eso me motivo mucho y luego que me dí
cuenta que en la carrera de Medicina los médicos utilizamos
un lenguaje técnico muy difícil y mucho más
aún cuando en mis primeros años de médico,
los doctores le daban el diagnóstico a sus pacientes en
términos médicos: usted tiene un tumor en la zona
medial del tercio posterior del fémur y la gente no entendía
nada, o le decíamos: señora le vamos a hacer una
histrectomía abdominal total. Entonces, me llamaba la atención:
cómo es posible que si le estamos dando un diagnóstico
a una persona la podíamos confundir tanto, y ese es el
origen del programa (El Médico y su Salud) para hacer una
traducción del lenguaje técnico al lenguaje que
la gente entendiera, lo que ahora es la tendencia en la medicina,
en donde quien debe saber sobre la enfermedad es el enfermo y
no necesariamente el médico.
Entre
la medicina, el periodismo y la docencia, ¿por cuál
se inclina?
Pues
yo creo que las tres, porque lo sigo haciendo y me gusta y siento
que amo lo que hago, me gusta el programa, me gusta comunicar,
pero además me gusta atender a la gente en mi clínica;
me gusta, lo disfruto y creo que es parte de mi vida, es como
respirar y comer.
Yo pienso que donde se puede tener mayor influencia es en la comunicación
social, pero un buen médico-comunicador debe estar ligado
a la práctica médica, por lo que son dos cosas que
no se pueden separar. Es como si fuese entrenador de fútbol,
tendría que haber sido jugador, necesariamente, para poder
entender algunas cosas.
¿Quién
lo trae a Radio América?
Empecé
a llegar a la radio a veces invitado por Rodrigo Wong Arévalo
o a veces invitado por Ricardo a su programa “Platicando
con mi Barbero” y mi incursión estuvo ligada a personajes
ahora de la televisión y la radio. Entramos juntos a narrar
un campeonato de fútbol femenino con gente como Jimmy Arturo
Rodríguez, Ángel Valentín Aguilar, con Pepe
González que ahora está en Estados Unidos y con
Carlos Thuman, quien es más conocido como Carlos Gris;
con ellos narrábamos fútbol en unos campos de la
colonia Los Ángeles.
Ellos siguieron, yo me retire por la carrera y luego una vez que
falleció Ricardo Licona y Luis Villafranca hubo una reunión
(en Radio América) en la que estuvieron involucrados tres
o cuatro personajes: Carlos Tellez, Luis Maradiaga y otros compañeros.
Ellos discutieron y decidieron hacerme una propuesta. Carlos Tellez
llegó a mi clínica ye me propuso hacer el programa.
A
mi parecía que una hora en radio me parecía mucho
tiempo y además la propuesta era un programa de consulta,
y la ética médica recomienda no dar consultas por
radio ni por teléfono porque es necesario cumplir con los
tres parámetros de la consulta médica que son: la
historia clínica, el examen físico y la auscultación.
Me intereso y no le puse mayor pensamiento. Un mes después
llegó y me dijo que la hiciera una propuesta, la elaboré,
le pareció y venimos un día a Radio América,
nos pusimos de acuerdo con el nombre y empezamos un 7 de octubre
de 1991. La persona que más contribuyó a mi acercamiento
a la radio fue Carlos Tellez, que en paz descanse.
¿Qué
le ha dejado esta experiencia?
Mucho, creo que mi vida está ligada a este programa, soy
más conocido por “El Médico y su Salud”
que por otra cosa y sin duda eso representa un estigma positivo
en mi vida y eso me ha permitido hacer otras cosas: incursionar
en la política, premios homenajes, ser reconocido, casi
voy a cualquier parte del país y me oyen hablar y me dicen:
usted se parece al doctor de Radio América. Yo amo a radio
América, creo que hemos contribuido a cambiarle la imagen
a la radio y mantenerla como la emisora más importante
del país.
¿Esto le ha ayudado a ser más sensible a
las necesidades de las personas?
Sin duda alguna, sobre todo porque mi campo ha sido de manera
de integral, con una formación en las áreas de la
medicina preventiva, como también hago y doy consulta,
yo creo que integro las dos cosas. Pienso que eso ha sido el éxito
de esta figura de comunicador y de médico.
¿Una
anécdota que lo haya hecho llorar o reír en esta
profesión?
Realmente
innumerables, pero hay un hecho que me marcó en eso de
ayudar. Fue una persona que tenía una insuficiencia renal
y había que hacerle un trasplante de riñón,
conseguimos una cantidad increíble de dinero, cerca de
300 mil lempiras. Esta persona se fue para Cuba, donde le cobraron
casi nada. Era una persona pobre y al ver tanta cantidad de dinero
lo malgastaron y para rematar el trasplante falló.
Se
acercaron a mi para volver a ver si conseguíamos la cantidad
de dinero para hacer el trasplante. La muchacha murió y
el padre al darse cuenta que habían malgastado el dinero,
empezó a beber alcohol y terminó suicidándose.
Eso marca muchas de las cosas y eso hizo modificó mi actitud
para dar, es decir, ahora no doy dinero aunque eso me implica
mayor consumo de tiempo; prefiero dar la medicina, los tratamientos,
los aparatos y no dinero, porque la gente tiene mucha necesidad
y orienta hacia situaciones no adecuadas el dinero.
Y experiencias de satisfacciones, hay muchas, sobre todo el reconocimiento
de la gente y sobre todo lo que más me hace sentir que
ando por buen camino es que la gente me ha donado, yo no le querido
contar, pero sospecho que es una cantidad inmensa de dinero. Creo
que dos o tres millones, de los cuales el 90 y 95 por ciento es
de gente que ni sé yo quien es y me lo donan de manera
anónima confiando que yo lo voy administrar de manera honesta.
Eso, dada las crisis de valores en el país y la corrupción,
indica mucho de una persona, que la gente confíe en una
persona para darle su dinero y que no lo va malgastar o utilizar
mal; esa es una satisfacción.
¿Hay
mucha gente que se ha aprovechado de usted?
Muchas,
estafadores sobre todo. Todos los días viene la gente por
un pasaje y cosas raras.
¿Que
es lo más insólito que le han pedido en su programa?
Una
vez una gente me decía. Fíjese que tengo los ladrillos
y las laminas para hacer una casa, pero quiero ver si usted me
consigue el terrenito.
Otra
persona me dijo: fíjese que tengo un tumor y quiero ir
a Estados Unidos y quiero que usted me dé para el pasaje,
pero no sabía a dónde iba ni cómo.
También una viejita de ochenta años que me estafó.
Vino con un niño con malformaciones y me dijo que lo había
traído una ambulancia desde Ocotepeque y que ya la habían
atendido y no tenía para regresar. Yo pedí dinero
para ello y en un ratito habíamos recaudado siete mil lempiras.
Lo conté y le dije: ahora lo que venga va ser para ayudar
a otras personas, pero ella me dijo: no, ese dinero es mío
y el niño deforme en un hablar medio raro empezó
también a decir: no mamá ese pisto es mío.
Eso me dio mucha cólera, la corrí de la cabina y
después quedé con un sentimiento de pesar.
Tres
días después fui a Ditel a pedir mi guía
telefónica y ahí andaba la señora haciendo
lo mismo. Les dije no dejen salir esta señora porque es
una estafadora y ella se ha tirado, con todo y el niño,
por una ventanita en la que cabía solo una persona y ha
salido corriendo. Jamás pensé que una mujer de ochenta
años tuviera esa agilidad y además fuera una estafadora.
¿Cree
que su experiencia en la radio contribuyó para salir electo
como regidor?
Si,
sin duda, eso fue lo que más contribuyó
¿Por
qué decidió incursionar en política?
Mire,
yo creo que llega un momento que cuando uno es comunicador social,
periodista o está en los medios se da cuenta que uno critica
mucho y la gente dice: bueno y si criticas tanto por qué
no incursionas.
Además,
cuando estuve en la Universidad fue presidente de la Asociación
de Estudiantes del CUEG, de la Asociación de Estudiantes
de Medicina y de la Federación de Estudiantes Universitario
de Honduras y todavía hay mucha gente que recordaba eso.
Yo conseguí el 6 por ciento para la Universidad y me dijeron:
bueno tírate hombre, me parece que podes ser un buen alcalde,
sobre todo por como yo concibo Tegucigalpa.
Hubo dos o tres personas, el doctor Carlos Sosa Coello y el ingeniero
Jorge Aguilar que me convencieron del proyecto y decidimos incursionar
en eso.
¿Que
siente ser el primer regidor en no ser miembro de los partidos
tradicionales?
Yo
creo que eso marca que la gente anda buscando personas con un
perfil de honestidad, que no tenga colas por atrás, que
no puedan ser demandadas. Yo creo que lo que muestra es eso, una
persona sin trayectoria política en los partidos tradicionales
ni pequeños que intenta aspirar a un puesto y que tiene
un perfil de comunicador social, de ayuda y de mucha conciencia
social y probablemente marcan el entorno para poder sacar esa
cantidad de votos para llegar a ser regidor.
¿Buscará
de nuevo la alcaldía o en un futuro la candidatura presidencial
por su partido?
No,
no, no pienso en eso, pienso que por lo menos voy a darme uno
o dos años de respiro para ver que es que se puede hacer.
Sentirme satisfecho de lo que estoy haciendo y poder pensar en
eso. Un error de los políticos es empezar a saturar a la
gente con las aspiraciones. Hombre yo quisiera ser presidente
de la República, quisiera ser presidente del Congreso y
quisiera ser alcalde de Tegucigalpa, pero en este momento hay
que ubicarse y el actual alcalde es Ricardo Álvarez y formó
parte de la Corporación y en eso es en lo que hay que trabajar.
¿Qué opinión tiene del gobierno de
Manuel Zelaya?
Yo
creo que las propuestas son interesantes y si se llega a consolidar
lo de la transparencia, la auditoría social y lo de Poder
Ciudadano, bajo el concepto que ha dado, se pueden esperar muchas
cosas.
Pienso
que el bipartidismo de no producir un cambio sustancial en la
forma de hacer política tiene los días o los años
contados.
¿Qué
piensa del alcalde Ricardo Álvarez?
Creo
que es un líder que ha logrado concentrar dentro de su
partido, es más, es el único que aparece como gran
triunfador del Partido Nacional, de tal forma que entenderé
que habrá un respaldo institucional del Partido Nacional.
Veremos si logra el respaldo del gobierno opositor, en este caso
del Partido Liberal, en su gestión municipal.
La presencia de líderes del Partido Liberal como Eliseo
Castro, Luis Ortez, Quique Ortez y Faiz Sikaffi, pueden servir
como el puente con el gobierno. Si se logra una buena concertación
con el gobierno, será mucho más favorable que hagamos
un buen gobierno para la capital.
UNA
CITA
“Un
error de los políticos es empezar a saturar a la
gente con sus aspiraciones. Hombre yo quisiera ser presidente
de la República, quisiera ser presidente del Congreso
y quisiera ser alcalde de Tegucigalpa, pero en este momento
hay que ubicarse”. |