06 de marzo de 2006
Por Dagoberto Rodríguez
drodriguez@proceso.hn
  • Ricardo Álvarez es un gran líder y es el único gran triunfador del Partido Nacional

  • Su escuchado programa “El Médico y su Salud” de Radio América cumple en octubre 15 años en el aire

Tegucigalpa - Cada mañana su voz llega a través de las ondas hertzianas de la radio a los rincones más recónditos de Honduras con noticias y consejos de Salud. Su programa radial “El Médico y su Salud” es uno de los más gustados y escuchados de la radiodifusión hondureña.

Mario Rivera Vásquez, es un profesional de la medicina y un comunicador social nato, que gracias a sus amplios conocimientos médicos, su bien timbrada voz y su arraigada conciencia social, ha sabido ganarse un merecido lugar en el difícil mundo de la comunicación social del país y ahora en la política vernácula.

Su jornada empieza a tempranas horas y termina a altas horas de la noche, ya que su nueva posición como regidor de la alcaldía municipal, sumada a la de médico, comunicador y docente, le quita una buena parte de su tiempo. “ahora le doy menos tiempo a la familia”, confiesa al equipo periodístico de Proceso Digital

En esta entrevista para Proceso Digital, Rivera habla sobre sus pininos en la radio, sus anécdotas, las tomadas de pelo, sus aspiraciones políticas y su nueva faceta como regidor municipal.

¿Cuales son sus orígenes?

Yo soy nacido en Sabanagrande, Francisco Morazán. Mi mamá era enfermera y en aquellos tiempos las estudiantes de enfermería, una vez graduadas, andaban por varios hospitales del país y allá hice mi infancia hasta quinto grado. Después nos venimos a vivir a Tegucigalpa, vine a estudiar a la escuela Álvaro Contreras, y en la colonia 21 de Octubre fue donde transcurrió toda mi infancia y adolescencia. Luego entré al Instituto Central, donde me gradué de bachiller y pasé a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras a estudiar Medicina. Hice estudios de postgrado en Argentina en medicina del trabajo y de salud pública en la Escuela de Salud Pública de Honduras y desde 1984 me desempeño como profesor del Departamento de Medicina Preventiva, ahora de Salud Pública de la facultad de Ciencias Médica y desde 1991 tengo mi programa en Radio América que este año cumple 15 años.

¿Cómo entra en la radiodifusión?

Hice mis primeros pininos por el 68 y 69 y pensé que eso me iban permitir estudiar Medicina, pagaban cincuenta centavos la hora y no me daba, entonces decidí retirarme. En la Facultad de Medicina volví estar como comunicador en una unidad que se llama Unidad de Tecnología Educacional en Salud en la que se hacían vídeos y filminas y ayuda audiovisual para los estudiantes de Medicina y ahí volví a grabar.

Entramos juntos a la Universidad con Rodrigo Wong Arévalo, Ángel Valentín Aguilar y eso me permitió un acercamiento con Radio América y después con Ricardo Antonio Redondo Licona con quien fuimos compañeros en la carrera de Medicina.

¿Estos personajes ejercieron influencia para que usted se inclinara por la comunicación?

Si, creo que si, aunque desde pequeño me gustaba y llamaba la atención porque desde primer grado intentaba pronunciar bien las palabras, degustaba rebuscar una palabra y pronunciarla bien.

¿Su buen timbre de voz le ayudó en esta profesión?

Pues creo que si, lo que pasa es que creo que en radio la gente se acostumbra a la voz, una vez hice una prueba para radio y me dijeron que no servía, ja ja ja ja ja ja.

Pero sí, ahora la gente se ha acostumbrado a la voz, pareciera que tener una voz muy cálida y muy dulce, entonces como que la gente me asocia con esto.

¿Cómo nace su pasión por la radiodifusión?

Mi familia, la familia Rivera ha sido una familia de radio. Unos tíos fueron los fundadores de la primera emisora del país, HRN, trabajaban en los transmisores: Miguel Rivera, Tomás Rivera, ahora Miguelito y Agustín Rivera.

Yo venía a pasar vacaciones a los trasmisores y conocer la radio. Probablemente eso me motivo mucho y luego que me dí cuenta que en la carrera de Medicina los médicos utilizamos un lenguaje técnico muy difícil y mucho más aún cuando en mis primeros años de médico, los doctores le daban el diagnóstico a sus pacientes en términos médicos: usted tiene un tumor en la zona medial del tercio posterior del fémur y la gente no entendía nada, o le decíamos: señora le vamos a hacer una histrectomía abdominal total. Entonces, me llamaba la atención: cómo es posible que si le estamos dando un diagnóstico a una persona la podíamos confundir tanto, y ese es el origen del programa (El Médico y su Salud) para hacer una traducción del lenguaje técnico al lenguaje que la gente entendiera, lo que ahora es la tendencia en la medicina, en donde quien debe saber sobre la enfermedad es el enfermo y no necesariamente el médico.

Entre la medicina, el periodismo y la docencia, ¿por cuál se inclina?

Pues yo creo que las tres, porque lo sigo haciendo y me gusta y siento que amo lo que hago, me gusta el programa, me gusta comunicar, pero además me gusta atender a la gente en mi clínica; me gusta, lo disfruto y creo que es parte de mi vida, es como respirar y comer.
Yo pienso que donde se puede tener mayor influencia es en la comunicación social, pero un buen médico-comunicador debe estar ligado a la práctica médica, por lo que son dos cosas que no se pueden separar. Es como si fuese entrenador de fútbol, tendría que haber sido jugador, necesariamente, para poder entender algunas cosas.

¿Quién lo trae a Radio América?

Empecé a llegar a la radio a veces invitado por Rodrigo Wong Arévalo o a veces invitado por Ricardo a su programa “Platicando con mi Barbero” y mi incursión estuvo ligada a personajes ahora de la televisión y la radio. Entramos juntos a narrar un campeonato de fútbol femenino con gente como Jimmy Arturo Rodríguez, Ángel Valentín Aguilar, con Pepe González que ahora está en Estados Unidos y con Carlos Thuman, quien es más conocido como Carlos Gris; con ellos narrábamos fútbol en unos campos de la colonia Los Ángeles.

Ellos siguieron, yo me retire por la carrera y luego una vez que falleció Ricardo Licona y Luis Villafranca hubo una reunión (en Radio América) en la que estuvieron involucrados tres o cuatro personajes: Carlos Tellez, Luis Maradiaga y otros compañeros. Ellos discutieron y decidieron hacerme una propuesta. Carlos Tellez llegó a mi clínica ye me propuso hacer el programa.

A mi parecía que una hora en radio me parecía mucho tiempo y además la propuesta era un programa de consulta, y la ética médica recomienda no dar consultas por radio ni por teléfono porque es necesario cumplir con los tres parámetros de la consulta médica que son: la historia clínica, el examen físico y la auscultación. Me intereso y no le puse mayor pensamiento. Un mes después llegó y me dijo que la hiciera una propuesta, la elaboré, le pareció y venimos un día a Radio América, nos pusimos de acuerdo con el nombre y empezamos un 7 de octubre de 1991. La persona que más contribuyó a mi acercamiento a la radio fue Carlos Tellez, que en paz descanse.

 

¿Qué le ha dejado esta experiencia?

Mucho, creo que mi vida está ligada a este programa, soy más conocido por “El Médico y su Salud” que por otra cosa y sin duda eso representa un estigma positivo en mi vida y eso me ha permitido hacer otras cosas: incursionar en la política, premios homenajes, ser reconocido, casi voy a cualquier parte del país y me oyen hablar y me dicen: usted se parece al doctor de Radio América. Yo amo a radio América, creo que hemos contribuido a cambiarle la imagen a la radio y mantenerla como la emisora más importante del país.


¿Esto le ha ayudado a ser más sensible a las necesidades de las personas?

Sin duda alguna, sobre todo porque mi campo ha sido de manera de integral, con una formación en las áreas de la medicina preventiva, como también hago y doy consulta, yo creo que integro las dos cosas. Pienso que eso ha sido el éxito de esta figura de comunicador y de médico.

¿Una anécdota que lo haya hecho llorar o reír en esta profesión?

Realmente innumerables, pero hay un hecho que me marcó en eso de ayudar. Fue una persona que tenía una insuficiencia renal y había que hacerle un trasplante de riñón, conseguimos una cantidad increíble de dinero, cerca de 300 mil lempiras. Esta persona se fue para Cuba, donde le cobraron casi nada. Era una persona pobre y al ver tanta cantidad de dinero lo malgastaron y para rematar el trasplante falló.

Se acercaron a mi para volver a ver si conseguíamos la cantidad de dinero para hacer el trasplante. La muchacha murió y el padre al darse cuenta que habían malgastado el dinero, empezó a beber alcohol y terminó suicidándose. Eso marca muchas de las cosas y eso hizo modificó mi actitud para dar, es decir, ahora no doy dinero aunque eso me implica mayor consumo de tiempo; prefiero dar la medicina, los tratamientos, los aparatos y no dinero, porque la gente tiene mucha necesidad y orienta hacia situaciones no adecuadas el dinero.

Y experiencias de satisfacciones, hay muchas, sobre todo el reconocimiento de la gente y sobre todo lo que más me hace sentir que ando por buen camino es que la gente me ha donado, yo no le querido contar, pero sospecho que es una cantidad inmensa de dinero. Creo que dos o tres millones, de los cuales el 90 y 95 por ciento es de gente que ni sé yo quien es y me lo donan de manera anónima confiando que yo lo voy administrar de manera honesta. Eso, dada las crisis de valores en el país y la corrupción, indica mucho de una persona, que la gente confíe en una persona para darle su dinero y que no lo va malgastar o utilizar mal; esa es una satisfacción.

¿Hay mucha gente que se ha aprovechado de usted?

Muchas, estafadores sobre todo. Todos los días viene la gente por un pasaje y cosas raras.

¿Que es lo más insólito que le han pedido en su programa?

Una vez una gente me decía. Fíjese que tengo los ladrillos y las laminas para hacer una casa, pero quiero ver si usted me consigue el terrenito.

Otra persona me dijo: fíjese que tengo un tumor y quiero ir a Estados Unidos y quiero que usted me dé para el pasaje, pero no sabía a dónde iba ni cómo.

También una viejita de ochenta años que me estafó. Vino con un niño con malformaciones y me dijo que lo había traído una ambulancia desde Ocotepeque y que ya la habían atendido y no tenía para regresar. Yo pedí dinero para ello y en un ratito habíamos recaudado siete mil lempiras. Lo conté y le dije: ahora lo que venga va ser para ayudar a otras personas, pero ella me dijo: no, ese dinero es mío y el niño deforme en un hablar medio raro empezó también a decir: no mamá ese pisto es mío. Eso me dio mucha cólera, la corrí de la cabina y después quedé con un sentimiento de pesar.

Tres días después fui a Ditel a pedir mi guía telefónica y ahí andaba la señora haciendo lo mismo. Les dije no dejen salir esta señora porque es una estafadora y ella se ha tirado, con todo y el niño, por una ventanita en la que cabía solo una persona y ha salido corriendo. Jamás pensé que una mujer de ochenta años tuviera esa agilidad y además fuera una estafadora.

¿Cree que su experiencia en la radio contribuyó para salir electo como regidor?

Si, sin duda, eso fue lo que más contribuyó

¿Por qué decidió incursionar en política?

Mire, yo creo que llega un momento que cuando uno es comunicador social, periodista o está en los medios se da cuenta que uno critica mucho y la gente dice: bueno y si criticas tanto por qué no incursionas.

Además, cuando estuve en la Universidad fue presidente de la Asociación de Estudiantes del CUEG, de la Asociación de Estudiantes de Medicina y de la Federación de Estudiantes Universitario de Honduras y todavía hay mucha gente que recordaba eso. Yo conseguí el 6 por ciento para la Universidad y me dijeron: bueno tírate hombre, me parece que podes ser un buen alcalde, sobre todo por como yo concibo Tegucigalpa.

Hubo dos o tres personas, el doctor Carlos Sosa Coello y el ingeniero Jorge Aguilar que me convencieron del proyecto y decidimos incursionar en eso.

¿Que siente ser el primer regidor en no ser miembro de los partidos tradicionales?

Yo creo que eso marca que la gente anda buscando personas con un perfil de honestidad, que no tenga colas por atrás, que no puedan ser demandadas. Yo creo que lo que muestra es eso, una persona sin trayectoria política en los partidos tradicionales ni pequeños que intenta aspirar a un puesto y que tiene un perfil de comunicador social, de ayuda y de mucha conciencia social y probablemente marcan el entorno para poder sacar esa cantidad de votos para llegar a ser regidor.

¿Buscará de nuevo la alcaldía o en un futuro la candidatura presidencial por su partido?

No, no, no pienso en eso, pienso que por lo menos voy a darme uno o dos años de respiro para ver que es que se puede hacer. Sentirme satisfecho de lo que estoy haciendo y poder pensar en eso. Un error de los políticos es empezar a saturar a la gente con las aspiraciones. Hombre yo quisiera ser presidente de la República, quisiera ser presidente del Congreso y quisiera ser alcalde de Tegucigalpa, pero en este momento hay que ubicarse y el actual alcalde es Ricardo Álvarez y formó parte de la Corporación y en eso es en lo que hay que trabajar.

¿Qué opinión tiene del gobierno de Manuel Zelaya?

Yo creo que las propuestas son interesantes y si se llega a consolidar lo de la transparencia, la auditoría social y lo de Poder Ciudadano, bajo el concepto que ha dado, se pueden esperar muchas cosas.

Pienso que el bipartidismo de no producir un cambio sustancial en la forma de hacer política tiene los días o los años contados.

¿Qué piensa del alcalde Ricardo Álvarez?

Creo que es un líder que ha logrado concentrar dentro de su partido, es más, es el único que aparece como gran triunfador del Partido Nacional, de tal forma que entenderé que habrá un respaldo institucional del Partido Nacional. Veremos si logra el respaldo del gobierno opositor, en este caso del Partido Liberal, en su gestión municipal.

La presencia de líderes del Partido Liberal como Eliseo Castro, Luis Ortez, Quique Ortez y Faiz Sikaffi, pueden servir como el puente con el gobierno. Si se logra una buena concertación con el gobierno, será mucho más favorable que hagamos un buen gobierno para la capital.

UNA CITA

“Un error de los políticos es empezar a saturar a la gente con sus aspiraciones. Hombre yo quisiera ser presidente de la República, quisiera ser presidente del Congreso y quisiera ser alcalde de Tegucigalpa, pero en este momento hay que ubicarse”.
 
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