Eduardo
Bedoya, consultor de la OIT, dijo en Brasil -durante una conferencia
auspiciada por Naciones Unidas- que el problema del trabajo forzoso
es peor en las zonas rurales de los andes.
Un gran núm0ero de indígenas, señaló Bedoya,
son forzados a trabajar en la industria maderera en Perú, o como
cortadores de caña en Bolivia, y en grandes ranchos de Paraguay.
Los indígenas bolivianos, dijo el experto, son obligados a trabajar
en haciendas de caña de azúcar en jornadas de hasta 12
horas diarias y sujetos a castigos físicos si fallan en su labor.
Durante el mismo evento, se dio a conocer que en Brasil, desde enero
de 2003, fueron liberadas casi 13.000 personas que se hallaban en régimen
de esclavitud, según cifras oficiales.
El ministro brasileño de Desarrollo Agrario, Miguel Rosseto,
aprovechó el foro para pedir al Congreso de su país que
apruebe una ley que permita confiscar haciendas donde se detecte trabajo
forzoso.
De acuerdo con la OIT, hay en todo el mundo 12.3 millones de personas
sujetas a esclavitud contemporánea.