Berlusconi rechaza una Italia "pluricultural" por la inmigración
   
27 de marzo de 2006

Roma - El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se mostró hoy en contra de "una Italia pluricultural y pluriétnica" creada por la inmigración y subrayó que los extranjeros "deben adecuarse" al modo de vida italiano, lo que le ha valido duras críticas por parte de la oposición.


El jefe del Ejecutivo hizo estas declaraciones en medio de una caldeada campaña electoral para las legislativas del 9 y 10 de abril, caracterizada por las frecuentes salidas de tono y ataques cruzados entre la coalición conservadora que lidera Berlusconi y la alianza progresista de Romano Prodi.

"No queremos una Italia pluricultural ni pluriétnica. Estamos orgullosos de nuestra cultura y nuestras tradiciones", dijo el jefe del Gobierno en una intervención en "Radio Anch'io", en la que matizó que Italia sí acoge a aquellos extranjeros "que huyen de países en los que su libertad está amenazada".

"Pero decimos no a aquellos extranjeros que quieren venir a Italia a hacer daño a los italianos", subrayó.

El primer ministro aseguró además que sintió "un escalofrío" cuando el líder comunista Oliviero Diliberto indicó que en 50 años la mitad de los estudiantes del país serán musulmanes.

Reconoció, eso sí, que Italia "necesita trabajadores extranjeros" e insistió en que el centroderecha quiere mantener operativos los centros de acogida temporal existentes en el sur de Italia, donde cada año recalan millares de inmigrantes indocumentados procedentes del norte de Africa.

Las palabras de Berlusconi fueron aplaudidas por el representante de la Liga Norte Roberto Calderoli, que dimitió de su cargo el pasado febrero tras provocar una oleada de críticas por mostrar en televisión una camiseta estampada con una de las polémicas caricaturas del profeta Mahoma.

"Nuestros valores, nuestra identidad, nuestra historia y nuestro patrimonio debe ser defendido, porque es el bien más importante que tenemos", dijo el representante de la Liga Norte, cuyo principal dirigente, Umberto Bossi, propuso en una ocasión recibir "a cañonazos" a los inmigrantes clandestinos.

La oposición de centroizquierda, por su parte, rechazó las declaraciones de Berlusconi y denunció que "atentan contra la convivencia".

Así lo aseguró la representante de Demócratas de Izquierda (DS) Livia Turco, que insistió en que, de ganar las elecciones, la alianza progresista abolirá la actual ley sobre inmigración, considerada de las más restrictivas de Europa, para garantizar "la convivencia y la comprensión recíproca".

También el líder del minoritario partido democristiano Udeur, Clemente Mastella, calificó de "gravísima" la postura de Berlusconi y recordó la "riqueza" que proviene de la mezcla de culturas. EFE