Al grito de si se puede
migrantes exigen sus derechos
   
 

Washington - Las calles de más de un centenar de ciudades de EEUU se convirtieron hoy en un hervidero de activismo pro-inmigrante, para exigir una reforma migratoria integral y denunciar la "criminalización" de los extranjeros indocumentados.

De costa a costa, los inmigrantes hispanos -que conforman la mayor minoría del país- participan en grandes manifestaciones en ciudades como Dallas (Texas), Atlanta (Georgia), Los Ángeles (California) y Washington para pedir un trato justo y digno.

Las marchas comenzaron a formarse por la mañana, pero alcanzaron su punto álgido a primeras horas de la tarde, cuando se sumaron a ellas miles de trabajadores al concluir sus jornadas laborales.

En Washington, la multitud colmó la parte central del llamado "Mall", un parque de casi cuatro kilómetros de longitud.

Desde una tarima, el senador demócrata Edward Kennedy se dirigió al mar de pancartas y banderas, principalmente de Estados Unidos:

"Gracias por demandar justicia para todos los inmigrantes", dijo Kennedy, a lo que los manifestantes, algunos de los cuales portaban imágenes de la Virgen de Guadalupe, respondieron coreando "USA, USA" y "Sí se puede".

Con el Capitolio a un lado y el monumento a Washington al otro, Kennedy recordó que ese mismo lugar hace más de cuatro décadas fue testigo del llamamiento de Martin Luther King al respeto de la libertad y los derechos civiles.

Al legislador le escuchaban miles de inmigrantes, sus familiares y personas que respaldan sus derechos, como el padre Pat Rilley, que vino a la manifestación desde la archidiócesis de Omaha, en el estado de Nebraska.

"La iglesia apoya a los inmigrantes. Nuestra misión es ayudar a los necesitados", dijo Rilley.

Por su parte, el presidente George W. Bush pidió hoy en un discurso en la Universidad Johns Hopkins que el debate sobre inmigración se realice con "compasión" y que el Congreso apruebe una reforma que incluya un programa de trabajadores temporales.

Activistas consultados coincidieron en que la meta de hoy es demostrar que "el gigante ha despertado" y que no cesarán hasta lograr la legalización de los inmigrantes clandestinos, a lo que se opone principalmente el ala conservadora del Partido Republicano.

"Más allá de la politiquería, los legisladores tienen la obligación de arreglar el sistema de inmigración y la reforma tiene que incluir la regularización de los indocumentados", dijo Juan José Gutiérrez, coordinador de la "megamarcha" de hoy en La Placita Olvera, en Los Ángeles.

Por su parte, Lydia Hernández, de la coalición "Somos América", en Phoenix (Arizona), resumió: "No vamos a parar hasta que aprueben una reforma viable, que reconozca nuestras contribuciones".

Con consignas como "Hoy marchamos, mañana votamos" y "No somos criminales", los activistas piden la legalización de cerca de doce millones de inmigrantes indocumentados, la reunificación de las familias y la protección de sus derechos laborales.

En Atlanta, capital del estado de Georgia, al menos 40.000 personas marcharon hoy ondeando la bandera de EEUU y vestidos con camisetas blancas, como símbolo de paz.

En este estado, los manifestantes también se oponen a una medida que, de promulgarla el gobernador Sonny Perdue, negaría beneficios a los adultos indocumentados.

Como parte de una ola de protestas en diez estados, el domingo más de 350.000 personas lo hicieron por las calles de Dallas, donde además se ha convocado a un boicot.

Ese mismo llamamiento se ha recogido en Charlotte (Carolina del Norte), donde los activistas quieren demostrar el impacto económico de los inmigrantes en este país.

Los inmigrantes conforman, por ejemplo, la espina dorsal del sector agrícola de California, y son el rostro más visible en los hoteles, restaurantes y las obras de construcción en todo Estados Unidos.

Pese a que las estadísticas demuestran lo contrario, grupos opuestos a los inmigrantes, entre ellos el "Proyecto Minutemen", argumentan que son una carga pública, desplazan a los trabajadores estadounidenses y no desean integrarse a la sociedad.

Con las manifestaciones de hoy, los inmigrantes quieren refutar esa imagen. EFE

 
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