Demócratas acusan a Bush de convertir a inmigrantes en "chivos expiatorios"
   

15 de abril de 2006

Washington - El Partido Demócrata opositor culpó hoy al presidente de EEUU, George W. Bush, y a los republicanos de bloquear la reforma migratoria mediante una campaña para convertir a los inmigrantes en "chivos expiatorios".

La congresista por California Hilda Solis afirmó durante el discurso radiofónico semanal de su partido que Bush, y el líder de la mayoría republicana en el Senado, Bill Frist, "carecen de un liderazgo real" para impedir a los extremistas de su partido el descarrilar la reforma migratoria.

La incapacidad de Frist y el líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, de llegar a un acuerdo impidió que el Senado aprobara este mes un proyecto de ley de reforma migratoria.

Los líderes políticos no se pusieron de acuerdo sobre el procedimiento a seguir para proceder a la votación de varias enmiendas a una legislación que reforzaría la seguridad en las fronteras, crearía un programa de empleados huéspedes y ofrecería un camino para la ciudadanía a muchos de los indocumentados.

"Lo que EEUU ha visto durante las últimas semanas no ocurrió de la noche a la mañana", dijo Solis, hija de inmigrantes latinoamericanos.

Solis aseguró que el Partido Republicano empezó hace tiempo una estrategia destinada a convertir a los inmigrantes en "chivos expiatorios" con el fin de dividir a los votantes y ganar las elecciones.

La legisladora señala que esa táctica es similar a la que utilizó el partido en el poder con los matrimonios gay.

Los republicanos hicieron de su rechazo a la unión entre parejas del mismo sexo uno de los caballos de batalla de las últimas elecciones y no falta quien señala que fue uno de los factores cruciales en la reelección de Bush.

Solis también criticó la legislación aprobada por la Cámara de Representantes en diciembre, que criminaliza a los indocumentados, al describirla como "un asalto" a los inmigrantes.

Esa medida tendrá que armonizarse con la que apruebe el Senado antes de convertirse en ley.

La legislación de la Cámara de Representantes, del republicano por Wisconsin, James Sensenbrenner, ha puesto a la comunidad hispana en pie de guerra y fue uno de los principales desencadenantes de las manifestaciones multitudinarias que tuvieron lugar el pasado lunes en todo el país.

"El pueblo estadounidense quiere cambio, no más de las mismas propuestas migratorias ineficaces para convertir a los inmigrantes en cabezas de turco", dijo Solis.

El discurso de los demócratas de esta semana responde al pronunciado el sábado pasado por Bush, quien culpó a Reid de bloquear la votación de un proyecto de ley de reforma migratoria, y pidió al político de la oposición que pusiese fin a sus "tácticas".

Reid respondió el sábado pasado, después de que el inquilino de la Casa Blanca pronunciase sus palabras, que los demócratas están "comprometidos con una reforma migratoria amplia y bipartidista".

"Fueron el presidente Bush y los republicanos en el Congreso los que carecieron de la fortaleza para plantar cara al ala de extrema derecha de su partido, los que bloquearon la reforma en dos días y los que pusieron la política partidista por delante", insistió Reid.
La inmigración centró también hoy el mensaje hispano demócrata.

El encargado de pronunciarlo fue Howard Dean, el presidente del Partido Demócrata, quien, al igual que Solis, culpó a Bush y Frist de no haber plantado cara a "la extrema derecha" de su partido.

"Al rendirse ante la extrema derecha, los republicanos no sólo están alejando a los latinos, también están alejando a estadounidenses de todos los orígenes que saben que usar a cualquier grupo de personas como chivo expiatorio está mal", dijo Dean. EFE