Desde aquí vemos, entonces, que hay algo raro, sospechoso.
No puede ser que una secta anticristiana sea quien responda por
el cristianismo, es como si pusiésemos a un furibundo olimpista
anti-Motagua a hablar bien del Motagua, o a un liberal hablar
“bellezadas de los nacionalistas. O viceversa.
Según nos relata Miguel Pastorino, el manuscrito formado
por 13 planchas de papiro fue encontrado en 1978 en Egipto, y
fue pasando por varias manos y compradores hasta el 6 de abril,
en que fue hecho publico.
Y
sospechosamente, el manuscrito fue sacado ilegalmente del país
africano y estuvo guardado en un banco de Nueva York, sin que
nadie advirtiera el hallazgo.
Los
cainistas gnósticos, quienes redactaron este supuesto evangelio,
rendían culto a Caín (el asesino de su hermano Abel)
y también a la serpiente Ofityas, según investigo
Pastorino. El documento es valioso para el gnosticismo y no para
el cristianismo.
Tomarlo
como verdad cristiana, es como que de aquí a 2,000 años
se diga que el Código Da Vinci, de Dan Brown es un texto
cristiano, solo porque habla de la supuesta descendencia de Jesús
y Maria Magdalena.
Para
la Iglesia no es algo novedoso que a cada rato aparezcan nuevos
evangelios. Ya pueden ser de Tomas, Pedro, Maria Magdalena, Santiago,
Felipe… todos fueron y serán rechazados por la comunidad
cristiana.
Los
gnósticos se caracterizan por buscar la salvación
a través del conocimiento reservado a unos pocos y por
un marcado dualismo cosmológico y astronómico. Para
ellos la salvación no es por obra de Dios, sino por la
adquisición de la propia conciencia de tener en si la chispa
divina.
El evangelio según Judas Iscariote, lo presenta de manera
positiva y obediente a la orden divina de entregar a Jesús
para que fuera condenado a muerte.
El
padre Thomas Williams de la Facultad de Teología de la
Universidad Regina Apostolorum de Roma, entrevistado al respecto,
según publico el Semanario FIDES, aduce que “una
de las mayores diferencias entre la creencia Gnosis y cristianas
se refiere a los orígenes del mal en el Universo.
Los cristianos creen que un Dios bueno creo un mundo bueno y que
por el abuso del libre albedrío, el pecado y la corrupción,
que entraron al mundo y produjeron desorden y sufrimiento.
Por
su parte los gnósticos atribuyen a Dios el mal del mundo
y afirman que lo creo de un modo desordenado.”
Uno
se pregunta: ¿Por qué una empresa como Nacional
Geographic se presta a divulgar con bombos y platillos este supuesto
evangelio?
Y
la respuesta es la misma por la que Judas traiciono a su Maestro:
por dinero. Si Judas lo vendió por 30 monedas de plata,
ellos lo hacen por millones de monedas. Porque nadie duda que
al final será una transacción económica rentable.
Y con mejores ganancias, porque no terminaran “ahorcados”
como Judas.
Vittorio
Messori del prestigiado “Corriere Della Será”,
puntualiza que “millones de dólares vendrán
del aumento de ventas del documental, aparte de la divulgación
que los medios hacen de este texto”.
Destruir
el Yahvé de las escrituras ha sido el objetivo final de
muchos, pero no lo lograran nunca, porque aunque el Señor
les advirtió que serian perseguidos por ser sus discípulos,
ahora esa persecución se da mediaticamente con libros y
textos fantasiosos.
La
respuesta de nuestra Iglesia –como nos indicó el
padre Juan Angel López en varios medios televisivos—es
elocuente: no hay que esconder nada.
Ni siquiera aconseja el no leer libros alusivos o ver el documental
de El evangelio de Judas. Es bueno—dice--, que la gente
se entere de estas cosas, pero es más importante que también
lean los cuatro Evangelios, porque nada es más poderoso
que la palabra de Dios.
Judas,
¿traidor o héroe? El Sumo Pontífice nos dio
la respuesta: La traición de Judas fue totalmente libre,
un rechazo neto al amor de Dios. El dinero para el era más
importante, que la unión con Jesús. Más importante
que Dios y que su amor.
“JUDAS
PERSONALIZA AL HOMBRE INMUNDO PARA QUIEN EL DINERO, EL PODER Y
EL ÉXITO SON MAS IMPORTANTES QUE EL AMOR Y NO DUDA EN VENDER
A JESUS.”
Ni
el supuesto evangelio de Judas, ni el Código Da Vinci o
cualquier otro texto fantasioso, calculador, oportunista y mercantilista
cambiaran jamás la doctrina cristiana.
La
imagen de Judas es de traidor por siempre, Amen.