Periodistas bajo fuego
   

22 de abril de 2006

Panamá - Fuego graneado, bombas lacrimógenas y bengalas sorprendieron a 17 periodistas que, en plena selva panameña, han participado en un novedoso curso para corresponsales en zonas de conflicto.


Los periodistas formaron parte del primer curso "Corresponsal en Zona de Conflicto", que la Policía Nacional (PN) de Panamá impartió esta semana en el Centro de Capacitación y Especialización Policial (CECAPOL) para compartir sus procedimientos en llamadas áreas "rojas".

Los profesionales de la información, ocho de ellos mujeres, armados sólo con sus cámaras, libretas y mochilas, soportaron el "ataque sorpresa" con la misma "sangre fría" y espíritu de cuerpo de las tropas elite que Panamá tiene preparadas para defender las fronteras, según sus instructores, encabezados por el teniente Eduardo Arauz.

La primera experiencia de formación y convivencia entre policías y periodistas era "impensable" hace 15 años, según reconoció el propio subdirector de la PN, comisionado Emanuel Landau, quien otorgó los certificados de aprobación el viernes.

Primeros auxilios básicos, saber desplazarse en la escena del crimen sin contaminar los indicios, ni interferir con la autoridad, fueron el "calentamiento" inicial del curso acelerado, no exento de preguntas inquisitivas de los informadores, que comparaban los datos con lo que a veces ven hacer en la calle a los agentes del orden.

Pero todos coincidieron en que la jornada más intensa fue la de operaciones rurales, encabezada por el teniente Arauz, instructor de la Dirección Nacional de Fronteras, quien tuvo la paciencia de compartir sus conocimientos sobre la confección de nudos para evacuaciones, descenso vertical y unir cabos sueltos.

Conocer las plantas comestibles y venenosas, cómo impermeabilizar la mochila, los tipos de arrastre en caso de evacuación, evacuar a un colega herido o subir y bajar de un camión porta-tropa, fueron otros de los ejercicios del curso.

La agotadora jornada del miércoles pasado fue coronada por la marcha nocturna a los terrenos de la selva junto a la antigua base aérea estadounidense de Howard, donde los informadores fueron "emboscados", lloraron por el gas lacrimógeno y después de una marcha recibieron el aprobado de sus instructores.

"La verdad es que cuando llegué yo sentía que los policías eran una m..., pero ahora he cambiado, porque he conocido todo lo que se sacrifican por cumplir su deber", comentó espontáneamente a ACAN-EFE una de las jóvenes participantes.

En la víspera, dos sargentos del Grupo de Acción Policial (GAP), Carlos Loo y Gabriel Murillo, instruyeron sobre los diversos tipos de armas que usa la policía para intervenir en operaciones urbanas anti-secuestro y exhibieron películas sobre casos reales.

Esta unidad, junto con el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), de operaciones rurales, forman la Unidad de Fuerzas Especiales, que ha recibido entrenamiento en Colombia, Chile, EEUU, España, Ecuador, Israel, Puerto Rico, Perú y Taiwán, entre otros países.

Esta tropa de comandos es la primera línea de fuego en caso de incidentes como las incursiones de guerrilleros o paramilitares en la frontera con Colombia, la defensa de puntos estratégicos en el Canal de Panamá o contra terrorismo.

Disparar una pistola Glock 17 y un fusil AK-47 fue otra experiencia impactante para la mayoría de los periodistas, quienes no dudaron en llevarse la silueta en la que impactaron sus tiros, o un par de casquillos como recuerdo.

El sargento de la Unidad de Reconocimiento Tomás Reyes, "Perro", se lució con su explicación sobre operaciones nocturnas y las anécdotas de las persecuciones contra guerrilleros y paramilitares en la selva de Darién.

El mayor Jorge Escobar, jefe del CECAPOL, explicó el fundamento doctrinal que está desarrollando en los últimos años la PN y el mando coordinado que se ha establecido entre todos los componentes de la Fuerza Pública para fortalecer su servicio en la sociedad, capacitando a todos sus efectivos.

Este cambio, iniciado en 2004, pasa por haber implantado 17 programas educativos universitarios con reconocimiento internacional, que tiene entre sus metas que en tres años todos los oficiales posean estudios de maestría y los subalternos al menos secundaria completa. EFE

 
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