"Garganta Profunda" defiende su papel en escándalo Watergate
   

26 de abril de 2006

San Francisco (EEUU) - A sus 92 años y víctima de demencia senil, Mark Felt, el hombre detrás del seudónimo "Garganta Profunda", defendió en su primera entrevista el papel que desempeñó en la caída del presidente estadounidense Richard Nixon en el escándalo del "Watergate".

Mark Felt.

Felt, el que fuera número dos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en la década de los 70, dio un paso adelante y apareció el martes por la noche en el programa de Larry King, en la CNN, en una entrevista grabada en su casa de Santa Rosa, al norte de San Francisco.

Lo hizo para promocionar sus recién publicadas memorias, tituladas "A G-Man's Life" ("Vida de un agente") y escritas junto con el abogado John O'Connor, el autor del reportaje en la revista "Vanity Fair" que destapó, a principios del verano pasado, la
identidad de la fuente anónima más famosa del periodismo estadounidense.

En la entrevista, Felt echó por tierra una de las teorías más barajadas sobre los motivos que le llevaron a filtrar información a los reporteros del "Washington Post" Bob Woodward y Carl Bernstein, aquella de que accedió a hablar como represalia porque Nixon no le nombrase director del FBI.

Un Felt extremadamente parco en palabras y que se contradijo en varias ocasiones a lo largo de la entrevista dijo que no se siente un héroe, pero manifestó "estar orgulloso" de lo que hizo "Garganta Profunda".

En el programa de King también estuvieron los periodistas Woodward y Bernstein y Ben Bradlee, el entonces director del periódico, quien manifestó sentir "lástima" ante la actuación de un Felt que en sus tiempos fue un tipo duro y controlado.

El anciano se definió como un "lobo solitario", capaz de desatar por sus propios medios el escándalo que derrumbó el gobierno de Nixon.

Sin embargo, "Garganta Profunda" no fue capaz de recordar muchos detalles sobre su vida, como por ejemplo dónde se encontraba cuando Nixon anunció su cese.

Tampoco pudo entrar en detalles sobre las explicaciones que da en sus memorias de los motivos que le llevaron a hablar: su frustración ante la lentitud del Gobierno y la preocupación de que se criticaría al FBI por permitir que Nixon se fuera de rositas.

Casi tan jugosa como los detalles del escándalo es la revelación de que su mujer no murió de un ataque al corazón en 1984, tal y como él contó en su día, sino que se suicidó con el revolver reglamentario de Felt tras sufrir depresiones durante varios años en parte motivadas por el trabajo de su marido.

Las memorias compiten con "The Secret Man", el volumen que Woodward sacó a la luz en julio pasado y que, al igual que "A G-Man's Life", contiene piezas que ayudan a recomponer un puzzle que es, desde hace décadas, un pasatiempo nacional.

El escándalo "Watergate" comenzó en 1972 durante la campaña electoral, cuando la policía sorprendió a una supuesta banda de ladrones que había entrado en las oficinas del Partido Demócrata en el complejo de apartamentos de ese nombre en Washington.

A partir de entonces se produjo la intervención de "Garganta Profunda" en las investigaciones de Woodward y Bernstein, a quienes ayudó a relacionar a los que pagaron a los supuestos ladrones con la financiación del Partido Republicano.

Las pistas de Felt incluyeron revelaciones sobre las maniobras encubiertas del Gobierno de Nixon para espiar y tomar medidas de represalia contra sus enemigos políticos.

Finalmente, los periodistas pusieron al descubierto la intervención personal del presidente para encubrir la implicación de su Gobierno.

Curiosamente, una de las frases más celebradas de la película y que después se han repetido hasta la saciedad -el consejo que "Garganta Profunda" da a los periodistas de "seguir la pista del dinero"-, no se ajusta a la realidad. "Yo nunca dije eso", señaló Felt. EFE

 
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