Felt,
el que fuera número dos de la Oficina Federal de Investigaciones
(FBI) en la década de los 70, dio un paso adelante y apareció
el martes por la noche en el programa de Larry King, en la CNN,
en una entrevista grabada en su casa de Santa Rosa, al norte de
San Francisco.
Lo hizo para promocionar sus recién publicadas memorias,
tituladas "A G-Man's Life" ("Vida de un agente")
y escritas junto con el abogado John O'Connor, el autor del reportaje
en la revista "Vanity Fair" que destapó, a principios
del verano pasado, la
identidad de la fuente anónima más famosa del periodismo
estadounidense.
En la entrevista, Felt echó por tierra una de las teorías
más barajadas sobre los motivos que le llevaron a filtrar
información a los reporteros del "Washington Post"
Bob Woodward y Carl Bernstein, aquella de que accedió a
hablar como represalia porque Nixon no le nombrase director del
FBI.
Un Felt extremadamente parco en palabras y que se contradijo en
varias ocasiones a lo largo de la entrevista dijo que no se siente
un héroe, pero manifestó "estar orgulloso"
de lo que hizo "Garganta Profunda".
En el programa de King también estuvieron los periodistas
Woodward y Bernstein y Ben Bradlee, el entonces director del periódico,
quien manifestó sentir "lástima" ante
la actuación de un Felt que en sus tiempos fue un tipo
duro y controlado.
El anciano se definió como un "lobo solitario",
capaz de desatar por sus propios medios el escándalo que
derrumbó el gobierno de Nixon.
Sin embargo, "Garganta Profunda" no fue capaz de recordar
muchos detalles sobre su vida, como por ejemplo dónde se
encontraba cuando Nixon anunció su cese.
Tampoco pudo entrar en detalles sobre las explicaciones que da
en sus memorias de los motivos que le llevaron a hablar: su frustración
ante la lentitud del Gobierno y la preocupación de que
se criticaría al FBI por permitir que Nixon se fuera de
rositas.
Casi tan jugosa como los detalles del escándalo es la revelación
de que su mujer no murió de un ataque al corazón
en 1984, tal y como él contó en su día, sino
que se suicidó con el revolver reglamentario de Felt tras
sufrir depresiones durante varios años en parte motivadas
por el trabajo de su marido.
Las memorias compiten con "The Secret Man", el volumen
que Woodward sacó a la luz en julio pasado y que, al igual
que "A G-Man's Life", contiene piezas que ayudan a recomponer
un puzzle que es, desde hace décadas, un pasatiempo nacional.
El escándalo "Watergate" comenzó en 1972
durante la campaña electoral, cuando la policía
sorprendió a una supuesta banda de ladrones que había
entrado en las oficinas del Partido Demócrata en el complejo
de apartamentos de ese nombre en Washington.
A partir de entonces se produjo la intervención de "Garganta
Profunda" en las investigaciones de Woodward y Bernstein,
a quienes ayudó a relacionar a los que pagaron a los supuestos
ladrones con la financiación del Partido Republicano.
Las pistas de Felt incluyeron revelaciones sobre las maniobras
encubiertas del Gobierno de Nixon para espiar y tomar medidas
de represalia contra sus enemigos políticos.
Finalmente, los periodistas pusieron al descubierto la intervención
personal del presidente para encubrir la implicación de
su Gobierno.
Curiosamente, una de las frases más celebradas de la película
y que después se han repetido hasta la saciedad -el consejo
que "Garganta Profunda" da a los periodistas de "seguir
la pista del dinero"-, no se ajusta a la realidad. "Yo
nunca dije eso", señaló Felt. EFE