Ataque a convoy italiano reabre el debate sobre tropas en Irak
   

27 de abril de 2006

Roma - El atentado perpetrado hoy contra un convoy militar italiano en Irak, que causó cuatro muertos, ha reavivado el debate en Italia sobre la presencia de sus tropas en el país árabe y la posibilidad de acelerar la retirada.


El suceso se produjo a primera hora de hoy, cuando una bomba colocada en mitad de una carretera en la región de Nasiriya (sur de Irak) estalló al paso de un vehículo militar italiano y causó la muerte de tres militares de esta nacionalidad y un soldado rumano.

El ataque tuvo lugar apenas quince días después de los comicios que dieron la victoria al líder del centroizquierda Romano Prodi, que durante la campaña electoral prometió que retiraría "cuanto antes" las tropas de Irak, aunque no estableció una fecha y precisó que sería de forma "consensuada" con el Gobierno de Bagdad.

Lo cierto es que un repliegue "gradual" ya había sido anunciado en enero por el Ejecutivo del aún primer ministro, Silvio Berlusconi, que aseguró que los soldados saldrían de territorio iraquí de forma escalonada para finales de este año.

Desde entonces el contingente italiano ha pasado de 3.000 a 2.600 soldados, que están desplegados en la sureña región iraquí de Nasiriya como parte de la misión "Antigua Babilonia", iniciada en junio de 2003.

Prodi, aún pendiente de recibir el encargo de formar Gobierno -lo que previsiblemente sucederá a mediados de mayo-, mostró hoy su consternación por el ataque, pero evitó hablar de fechas sobre una retirada y entrar en la polémica sobre la presencia militar en Irak.

Más tajante sobre la postura del futuro Ejecutivo fue el líder de la centrista Margarita y aliado de Prodi, Francesco Rutelli, que aseguró que "la agenda de Italia en Irak no ha estado ni estará nunca determinada ni modificada por los gestos criminales de los terroristas".

En la misma línea se pronunció otra de las socias de Prodi, Emma Bonino, de la Rosa en el Puño, que insistió en que el dolor por las víctimas "no debe modificar la postura acordada por (la coalición progresista) la Unión en su programa".

"Cualquier forma de retirada inmediata significaría debilitar aún más el proceso de normalización democrática en Irak", opinó la ex eurodiputada, que se perfila como la futura ministra de Políticas Comunitarias en el Gobierno de Prodi.

El líder de Refundación Comunista -partido de la Unión que reclama una retirada rápida-, Fausto Bertinotti, se limitó a mostrar su consternación y a señalar que "hoy no es un día para polémicas", aunque desde su formación sí se levantaron voces que pidieron la vuelta inmediata de las tropas.

Así, el dirigente de ese partido y presidente de la Región de Puglia, Nichi Vendola, insistió en que el "sacrificio" de los soldados fallecidos debe servir "de advertencia" al Gobierno "para que el deseo de paz de nuestro país se traduzca en el retorno inmediato de las tropas de una guerra de ocupación inútil".

Con la postura de Refundación Comunista coincide a su vez el Partido Comunista italiano, liderado por Oliviero Diliberto, que también forma parte de la coalición la Unión.

La posibilidad de una salida inminente de Irak fue duramente criticada por el partido gobernante, Forza Italia, que a través de su vicecoordinador, Fabrizio Cicchitto, advirtió que ante el terrorismo "hay que reaccionar sin histerismos y con firmeza: el error más grave sería pensar en una retirada inmediata".

El Gobierno de Berlusconi, uno de los más fieles aliados de Washington en Europa, envió en junio de 2003 cerca de 3.000 soldados a la provincia iraquí de Nasiriya como parte de la operación "Antigua Babilonia".

El 12 de noviembre de 2003, apenas cinco meses después del inicio de la misión, el contingente sufrió un atentado en el que murieron 17 militares italianos y dos civiles, además de nueve iraquíes, lo que supuso el mayor número de bajas militares de Italia desde la Segunda Guerra mundial. EFE

 
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