Tegucigalpa
- La propiedad del avión de lujo que fue abandonado hace
más de 100 días en el aeropuerto Toncontín
de esta ciudad, sigue en el más absoluto misterio y todo
apunta que este caso pasará a engrosar la larga lista
de oscuros hechos que han quedado en la completa impunidad en
este país.
Mientras la Fiscalía General de la República sigue
sin ofrecer pistas contundentes que conduzcan a resolver la
dudosa aparición de esta millonaria aeronave, nuevos
elementos vinculados al caso han surgido en los últimos
días, los que adecuadamente investigados podrían
llevar a la solución definitiva del asunto en cuestión.
Fuentes que pidieron el anonimato informaron a Proceso
Digital que uno de los dos pilotos mexicanos,
que trajo el lujoso aeroplano a suelo hondureño, llamó
por teléfono e intentó sobornar al director de
Aeronáutica Civil, Guillermo Seaman, para que le permitiera
sacarlo del país sin despertar sospechas y antes que
surgiera el escándalo.
Además,
uno de los tres controladores aéreos que se encontraban
en la torre de control, la medianoche del 24 de febrero
cuando el aparato aterrizó en Toncontín,
pidió que se le autorizaran sus vacaciones, e
inmediatamente viajó a Estados Unidos, junto
con sus parientes más cercanos, informaron las
mismas fuentes.
Esto
aparentemente se dio días después que
las autoridades hondureñas iniciaran formalmente
la investigación por el abandono del jet. Se
desconoce si esa situación está siendo
investigada por el Ministerio Público, dado el
hermetismo con que sus autoridades manejan el caso.
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Leonidas
Rosa Bautista, Fiscal General. |
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El
permiso de vacaciones a Flores fue autorizado por el director
de Aeronáutica Civil, Guillermo Seaman.
En
la documentación en poder de la DGAC el aparato aparece
como propiedad del supuesto empresario mexicano, Mario Alberto
Andrade Mora, cuyo paradero aún no ha podido ser determinado
por los investigadores de la Procuraduría General mexicana
que colaboran con las autoridades hondureñas en las indagaciones
del caso.
Aunque
en la documentación aparece el nombre de Andrade Mora,
hasta ahora nadie ha reclamado formalmente la aeronave. Hace
un par de meses un abogado mexicano que dijo ser representante
de Andrade Mora llegó al país a solicitar la devolución
del lujoso aeroplano, pero sólo se limitó a presentar
fotocopias que no fueron aceptadas como válidas.
Grabación de conversaciones
El jet aterrizó en el Toncontín el 24 de febrero
de 2006 a las 11:13 de la noche, aparentemente con procedencia
de Puebla, México, y, según los registros migratorios,
era piloteado por los mexicanos Federico Rivielo y Carlos Enrique
Messner, quienes un día después salieron del país.
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Aeropuerto
Toncontin. |
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Los
operadores que laboraban el día del aterrizaje
del jet eran: Wilfredo Flores, Ramón Moncada, supervisor
de turno, y otro cuyo nombre no se precisó, pero
que al parecer no participó en la autorización
del descenso porque en ese momento se encontraba con problemas
de salud. |
Asimismo,
una fuente aeroportuaria confió a Proceso
Digital, que hace un par de semanas, el jefe de
navegación de la Dirección General de Aeronáutica
Civil (DGAC) y el subjefe de controladores, Óscar Ramírez,
llegaron a solicitar la grabación de la noche en la que
aterrizó el jet, que supuestamente implica a Wilfredo
Flores en el caso.
La grabación en referencia registra la conversación
sostenida esa noche entre controladores y pilotos y específicamente
una parte en la que los empleados aeroportuarios hablan de hacer
un cobro por autorizar el aterrizaje de la aeronave
Consultado por Proceso Digital, Seaman
confirmó la existencia de la grabación en los
registros de la torre de control, pero indicó que el
cobro del que se hace mención tiene que ver con un acuerdo
entre los controladores y la empresa Tecnologías Unidas
a través del cual se les concede a éstos un plus
por trabajar fuera de horas laborables.
“En
este caso es la empresa Tecnologías Unidas, quien
realizó todas las diligencias del plan de vuelo,
del servicio de recibimiento de la aeronave, o sea, no es
el controlador aéreo”, dijo. |
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Fuentes de la DGAC confiaron que a raíz de ésta
y otras situaciones irregulares varios controladores aéreos
que laboran en los diferentes aeropuertos del país, vienen
siendo investigados, ya que ostentan un nivel de vida altamente
solvente que no concuerda con el salario de 10,000 lempiras
que devengan
Por ejemplo, se indicó que se tiene informes de un controlador
que posee un yate, una lujosa vivienda a orilla de la playa,
que hace viajes periódicos al exterior y tiene a sus
hijos estudiando en Estados Unidos, pero que no se ha podido
actuar contra él por la falta de pruebas.
Más dudas
Sobre este enredado caso, el director de Aeronáutica
Civil señaló que el plan de vuelo establece que
el jet provenía de Puebla, México, pero dijo que
las investigaciones realizadas por la institución a su
cargo establecen fuertes indicios que el mismo venía
con procedencia de Venezuela.
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Probablemente los “propietarios” y los pilotos
planearon dejar la aeronave en el país, mientras
actualizaban los permisos de aeronavegación, seguro
de operación y matrícula que se le vencieron
el día del aterrizaje. |
Los investigadores creen que posiblemente los encargados de
la aeronave pensaron que en Honduras era más fácil
mantener estacionado el jet, mientras se finiquitaban los documentos
de operación.
Lo que nunca pensaron fue que la presencia del lujoso jet sería
denunciada por los periodistas que cubren la terminal aérea,
lo que dio pie para que la Fiscalía iniciara una investigación
de oficio.
Sin embargo, Seaman aseguró, mostrando un memorando,
que él dio parte de la presencia del aparato unos días
después de su aterrizaje y antes de que lo hicieran los
comunicadores
Por otro lado, Seaman detalló que los documentos del
jet establecen como propietario del mismo al empresario mexicano
Mario Alberto Andrade Mora, aunque no descartó que se
trate de un testaferro como mencionó
recientemente el fiscal general, Leonidas Rosa Bautista.
“No ha aparecido ningún propietario, lo que crea
en el ambiente una estela de misterio y parece que ahí
habían peces grandes, no es posible que un avión
quede abandonado, pero como digo esto no compete a Aeronáutica
Civil, sino que al Ministerio Público; nosotros no podemos
esgrimir otros argumentos solamente lo que se sospecha”,
dijo.
Me quisieron sobornar
El director de la DGAC confirmó a Proceso
Digital que uno de los pilotos le hizo una llamada
telefónica insinuándole un arreglo para dejar
salir la aeronave del país.
“Exactamente así es, un piloto me llamó
y me dijo de que si podía arreglar la situación
con su servidor, más o menos yo la entendí como
una insinuación de ofrecerme o sobornarme, entonces inmediatamente
yo le dije que se entendiera con el Ministerio Público
e inmediatamente corté la llamada telefónica”,
reveló.
Señaló que después de eso no ha vuelto
a tener contacto con ninguno de los pilotos, aunque indicó
que los investigadores de la Fiscalía tienen en su poder
las direcciones de ellos en la ciudad de México.
El entrevistado aseguró que las investigaciones preliminares
determinan indicios de actos ilícitos, pero no hay pruebas.
“no podemos decir qué, pero es una actividad que
no es acorde a la legislación hondureña”.
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German
Espinal . |
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Proceso
Digital intentó conocer la versión
de los fiscales que investigan el caso y del mismo fiscal
general Leonidas Rosa Bautista, pero no fue posible debido
a las reservas con que es manejado. Incluso, Rosa Bautista,
fue invitado al foro PROCESO-DEBATES
para hablar sobre el tema, pero no aceptó.
Al respecto, el director de Migración, German Espinal,
dijo que la presencia deja muchas dudas y es un hecho que
vulnera la seguridad del país. |
Indicó que el caso aconteció antes de que asumiera
el cargo, por lo que dejó al Ministerio Público
la investigación del mismo para determinar si hay responsabilidad
de los agentes migratorios en la salida de los pilotos.