El
Gobierno de EEUU pretende aprovechar la muerte de Al Zarqaui
y la formación del nuevo gabinete de gobierno en Bagdad
para evaluar su estrategia en Irak.
"Hablamos sobre el camino hacia adelante"
en Irak, dijo hoy Bush en un momento del encuentro en el que
se permitió la entrada a las cámaras de televisión.
La reunión se prolongará toda la jornada.
En un diálogo con sus generales en Bagdad
por videoconferencia, el presidente definió la victoria
en el país mesopotámico como "lograr un Irak
que pueda gobernarse, mantenerse y defenderse a sí mismo".
Para que los miembros del gabinete se concentren
en la situación en Irak y no se distraigan con otros
asuntos, el encuentro, de dos días, tiene lugar en la
residencia presidencial de Camp David, en el estado de Maryland,
explicó el propio Bush la semana pasada.
En la reunión participan el vicepresidente,
Dick Cheney; la secretaria de Estado, Condoleezza Rice; el secretario
de Defensa, Donald Rumsfeld; el Director Nacional de Inteligencia,
John Negroponte; el director de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA), Michael Hayden, y el consejero Nacional de Seguridad,
Stephen Hadley, entre otros.
El presidente reiteró que la muerte de
Al Zarqaui "no pondrá fin a la guerra", pero
enfatizó que "ha sido un golpe importante contra
(la red terrorista) Al Qaeda y los asesinos y terroristas que
intentan extender la violencia e impedir la creación
de una nueva democracia".
Al Qaeda anunció hoy por medio de Internet
que Abu Hamza al Mohayer será el nuevo jefe de sus operaciones
en Irak, y Bush señaló a la prensa: "Creo
que el sucesor de Al Zarqaui estará en la lista de personas
a las que haremos rendir cuentas".
Con un público cansado de la guerra,
según las encuestas, y unas elecciones legislativas en
noviembre, la gran pregunta que pende sobre la reunión
es cuándo se retirarán las tropas de EEUU.
Bush no quiso entrar en detalles sobre el tema
ante los periodistas. "Lo que hagamos estará basado
en las condiciones en el terreno", explicó.
No obstante, el comandante de las fuerzas estadounidenses
en Irak, George Casey, dijo el domingo que espera que el contingente
actual de unos 130.000 soldados baje de forma gradual en los
próximos meses si hay avances en la formación
de las fuerzas de seguridad y funciona bien el nuevo Gobierno
de Irak.
Casey informó hoy desde Bagdad al "gabinete
de guerra" de los últimos acontecimientos en Irak
en la videoconferencia.
También participó en la reunión
Zalmay Khalilzad, el embajador de EEUU en Irak, y John Abizaid,
el comandante en jefe del Mando Central. Mañana la conexión
por videoconferencia será con el primer ministro de Irak,
Nouri al Maliki, y sus principales colaboradores.
El consejero de Seguridad Nacional de Irak,
Mowaffak al Rubaie, adelantó el domingo en una entrevista
con la cadena de televisión CNN que en esa reunión
tratarán el futuro nivel de tropas estadounidenses.
Rubaie fue más optimista que Casey y
predijo que para finales de este año el número
de tropas extranjeras "probablemente" no llegará
a 100.000, mientras que para finales de 2007, "la mayoría"
de esos efectivos habrá sido retirada.
El deseo de una retirada está también
presente en Estados Unidos. El legislador demócrata John
Murtha dijo hoy en una entrevista con la cadena de televisión
ABC que éste es "el momento perfecto" para
traer de vuelta a los soldados.
"Queremos
ver un cambio de dirección", señaló
Murtha, que ha criticado repetidamente la política de
Bush en Irak. "Espero que los iraquíes nos pidan
que nos vayamos" del país, añadió.
EFE