La
joven fue interrogada por la INTERPOL y por funcionarios de
la embajada norteamericana, que dieron la voz de alerta sobre
la falsedad del documento oficial.
Unos
días después, el 11 de enero de 1995, otras dos
jóvenes fueron detenidas en el aeropuerto de Tegucigalpa,
portando también pasaportes oficiales.
La
madeja del tráfico de pasaportes comenzó a desenredarse
cuando se descubrió que los mismos se los había
vendido Marielos Paz Aguilar, hermana del Canciller, quien aunque
no trabajaba en la cancillería, pasaba allí buena
parte de su tiempo dedicada a la elaboración y venta
de pasaportes oficiales. Marielos fue detenida y enviada a la
cárcel de mujeres.
A raíz del escándalo y el involucramiento de su
hermana, el canciller Paz Aguilar se ve obligado a renunciar,
sustituyéndolo en el cargo el entonces ministro de Economía
Delmer Urbizo Panting.
Tras su salida, Paz Aguilar acusó a algunos de sus correligionarios
liberales, a la embajada norteamericana y a periodistas mercenarios
de montar una campaña para separarlo de su cargo y señaló
que la embajada de EE UU no le perdonaba su política
exterior, desde la que había buscado acercamientos diplomáticos
con Cuba.
A
mediados de agosto, Paz Aguilar fue citado al juzgado para declarar
sobre el "pasaportazo" y el juez ordenó su
encarcelamiento, acusándolo de falsificación de
documentos públicos, malversación de caudales
públicos, estafa continuada, abuso de autoridad y encubrimiento.
Paz
Aguilar tuvo que permanecer en la cárcel por varios meses
hasta que logró la libertad al comprobarse que no participó
en la extensión de los documentos.