El ministro
hondureño de Salud, Orison Velázquez, dijo a los periodistas
que la alerta busca prevenir la proliferación de estas enfermedades,
por la acumulación de las aguas tras las inundaciones
causadas por el caudaloso río Ulúa, en la región
norte del país.
Lo que sucede en Potrerillos "es un desastre desde el punto de
vista sanitario, si no se mantiene una alerta roja sanitaria se corre
el riesgo de una alta contaminación", declaró el
alto funcionario.
"El sistema sanitario instalado en la comunidad está destruido
y el agua potable está contaminada. Debemos estar listos para
prevenir una crisis desde el punto de vista sanitario", advirtió.
Anunció la inmediata ejecución de campañas de vacunación
y de operaciones para el control de zancudo transmisor del dengue, entre
otras actividades preventivas.
Potrerillos es una de las comunidades del departamento de Cortés
más afectadas por las inundaciones causadas la semana pasada
por el caudaloso río Ulúa, que cruza el occidente y norte
de Honduras y
desemboca en el Caribe.
Según cifras oficiales, unas 800 familias fueron evacuadas de
sus hogares y unas 16.000 personas no tienen acceso a agua potable debido
a la contaminación de los pozos subterráneos.
La Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) informó
esta semana de que las lluvias que cayeron en junio en Honduras dejaron
al menos tres muertos y destruyeron unas 4.100 hectáreas de cultivos
agrícolas.