Martínez,
ahora dedicado a actividades en el Club Rotario Sur, del cual
es presidente, accedió a hablar con el equipo de Proceso
Digital sobre este y otros temas de interés nacional.
¿Cómo analiza el gabinete del presidente
Manuel Zelaya?
Es un gabinete heterogéneo integrado por algunas individualidades,
entre ellas, algunos muy destacados, otros de escaso brillo y
algunos, incluso, ya sin brillo.
En términos de resultados, los que han dado mejores resultados
para mi es la ministra de Trabajo, porque ha logrado con una habilidad
extraordinaria concertar acuerdos, establecer consensos que nunca
antes habíamos visto en los gobiernos recientes. Primero
logró poner de acuerdo a la empresa privada, en lo que
se refiere al salario mínimo y en otros conflictos, donde
ella ha participado resalta su capacidad negociadora.
Yo diría que es la figura que más llama la atención
por la calidad de sus resultados entre el gabinete.
Hay otros relativamente destacados como Marlon Lara en el FHIS,
lo mismo que Hugo Noé Pino en Finanzas, incluso, hay que
señalar que está haciendo un gran esfuerzo Rosario
Bonano en Soptravi.
Entre los peores miembros del gabinete creo que el primer lugar
lo ocupa el ministro de Salud, ya que no solo ha dividido los
esfuerzos del gobierno y la sociedad para enfrentar los problemas
de la salud, sino que ha creado muchísimas suspicacias
en lo que se refiere a la honestidad como se manejan los fondos
de esa secretaria de Estado. Aparentemente su vocación
napoleónica, que de repente tiene que ver con su estatura,
influye para no llevarse bien con sus subordinados y a mi juicio
es el hombre menos valorado en el gabinete del presidente Zelaya.
¿Cómo interpreta que sea un gabinete integrado por
muchos aspirantes a la presidencia?
Bueno, eso se explica por la vocación del presidente Zelaya
para calmar a sus amigos y para echarlos a pelear entre si, porque
él cree que en la medida que ellos se ocupan en disputar
entre si, él tiene más espacio para tomar decisiones
y, además, más oportunidades para figurar como la
persona que indiscutiblemente tiene el mando en el país.
Adicionalmente, yo no descartaría que este hecho de verlos
peleando entre si, cosa que todavía no ha ocurrido, eso
le va permitir elevar su prestigio ante la opinión pública.
El problema que este tienes es que el prestigio o desprestigio
de sus secretarios, al final a quien se le cobra u otorga es al
presidente de la República.
¿Afecta al gobierno que haya tanto aspirantes a presidente
en los principales cargos de poder?
Lo perjudicial no es que hayan aspirantes, al fin al cabo, las
aspiraciones, además de humanas son constitucionales.
Aquí para ser presidente no se necesita ni siquiera saber
leer o escribir, en consecuencia aspirar a ser presidente es una
cosa común, normal, corriente que no debe sorprender a
nadie.
El problema es que algunos de los miembros del gabinete van a
continuar en sus aspiraciones presidenciales, y posiblemente,
no quiero anticipar juicios porque no tengo pruebas de lo que
voy a decir a continuación, es la tentación mayor
que para lograr esas aspiraciones tengan que echar mano de los
recursos públicos o a los beneficios del cargo para favorecer
sus candidaturas, con lo cual incurrirían en un acto de
inmoralidad y en abiertas acciones de corrupción que los
ciudadanos estamos obligados a rechazar.
¿Para usted quienes se perfilan como los más fuertes
aspirantes a la Presidencia?
Ninguno se perfila, todavía no se pueden hacer apuestas,
los caballos están flacos todavía, no están
alineados y yo no le veo a ninguno de ellos mayor pasión,
mayor entusiasmo y mayor carisma. Yo diría que ninguno
saca la cabeza con respecto al otro.
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Todos
están en la misma línea e incluso hay algunos
precandidatos o aspirantes que francamente están
echados, que yo no les veo ánimo y voluntad de librar
una carrera que requiere muchísimos esfuerzos.
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¿Es
perjudicial para el país que se hable de actividad política
a esta altura del gobierno?
Bueno no veo problemas que se organicen, nadie porque se levante
más temprano logre que el sol salga primero. En política
trabajos de cuatro años es difícil sostenerlos,
requiere muchos esfuerzos, de manera que con tal que no utilicen
los recursos y las posiciones del gobierno, ellos tienen derecho
de reunirse con sus amigos e ir organizando sus cuadros. Yo no
lo veo como peligro.
¿Usted cree que hay islas de poder en el gobierno
con tanto aspirante a la presidencia?
Eso lo dijimos desde el principio que esto no iba a facilitar
la unidad de acción del gobierno, pero como le estoy diciendo
el presidente Zelaya tiene una visión de ejecutivo que
no corresponde con las consideraciones lógicas con las
que se desempeñan los demás mortales mucho más
organizados mentalmente.
Por ejemplo él no tiene interés en la unidad del
equipo, él lo que quiere es la dispersión, que se
peleen entre si, par de esta manera mejorar su imagen. Él
cree que echándolos a pelear se debilitan y él va
tener la opción, para en el momento dado, como han pretendido
todos los gobernantes, imponer su sucesor.
¿Cómo interpreta las decisiones del gobierno
en estos primeros meses?
Yo creo que es un balance desfavorable para Honduras, yo creo
que la mayoría de las decisiones que ha tomado el presidente
Zelaya son negativas para el país y todavía no nos
hemos dado cuenta, pero en el cercano futuro lo vamos a pagar.
Voy a mencionar dos de esas medidas que en términos electorales
son buenas, pero en términos económicas son negativas
para el pueblo hondureño. La primera es la matrícula
gratis en las escuelas y colegios y otra el subsidio a las gasolinas.
Otra medida muy mala es el manejo de las relaciones con EE UU,
me parecen poco profesionales y serias, lo que ha llevado al embajador
a que irrespete al presidente, al gobierno y al pueblo hondureño.
¿Hay un rumbo definido en este gobierno?
No, no lo hay, estamos funcionando como la mayoría de los
gobiernos del pasado, en función de las coyunturas que
se van produciendo, de tal manera que los gobiernos son un cuerpo
de bomberos que están apagando incendios y de ahí
se sientan a esperar que se produzca el siguiente incendio. El
país no tiene una visión clara hacia donde quiere
ir y la sociedad no tiene decidido que es lo que quiere que haga
el gobierno a su servicios, en consecuencia el gobierno se considera
absoluto y sin jefe y hace lo que le da la gana.
¿Cree que este gobierno marque el principio del
fin de los partidos tradicionales?
Todavía no es el principio del fin, pero estamos cerca