Los
líderes del los ocho países más industrializados
aprobaron una declaración sobre energía que también
recalca las diferentes ideas acerca del cambio climático,
en un documento que intenta afrontar el reto del creciente coste
del petróleo y del fuerte aumento de la demanda energética
mundial en los próximos 25 años.
La declaración sobre seguridad energética
iba a ser uno de los platos fuertes de esta cumbre, sobre todo
tras el corte del suministro de gas ruso a buena parte de Europa
en enero pasado, pero quedó relegada por el agravamiento
de la violencia en Oriente Medio, que ha acaparado el interés
de esta cita.
"Aquellos de nosotros que tenemos o consideramos
planes para el uso y/o desarrollo seguro de energía nuclear
creemos que este desarrollo contribuirá a la seguridad
energética global", señaló la declaración.
Añadió que, simultáneamente,
el desarrollo de esta energía reduce la contaminación
atmosférica y ayuda a afrontar el reto del cambio climático.
"Varios líderes expresaron que la
energía nuclear es más necesaria ahora que antes.
Hay más presión en esa dirección", dijo
el presidente de la Comisión Europea, José Manuel
Durao Barroso.
Sin embargo, el documento destaca también
las diferencias dentro del Grupo de los Ocho países más
industrializados, ya que recalca que los miembros del club tienen
"diferentes formas" de lograr la seguridad energética
y sus objetivos sobre protección de clima.
Por ejemplo, entre los cuatro países de
la UE que forman parte del G8, Francia produce casi toda su electricidad
de centrales atómicas y el Reino Unido prepara la construcción
de más instalaciones, mientras que Alemania se ha comprometido
a abandonar esta energía de forma progresiva y en Italia
el desarrollo nuclear fue rechazado en un referéndum.
La declaración sienta también una
serie de principios sobre los mercados de la energía, a
fin de optimizar su funcionamiento y lograr una mejor interacción
entre países productores, de tránsito y consumidores.
Entre esos principios figuran acceso efectivo
a mercados; inversión en todas las etapas de la cadena
de suministros; diversificación de fuentes de energía,
de países de procedencia y rutas de transporte y promoción
de la transparencia para combatir la corrupción.
Otro principio clave es la puesta en marcha de
marcos legales transparentes, equitativos y estables, que incluyan
la obligación de respetar contratos y de generar suficientes
inversiones internacionales en todos los segmentos de la cadena
de producción y distribución.
"Los mercados libres competitivos y abiertos
son esenciales para el funcionamiento eficaz del sistema energético
mundial", señala el documento.
Barroso destacó que esos principios son básicamente
los mismos de la Carta de la Energía, que Rusia firmó
pero aún no ha ratificado, y recalcó que "ahora
hay que hacerlos realidad" y ponerlos en práctica.
Además, el documento insiste en la promoción
del ahorro y la eficiencia energéticas.
Fuentes de la Unión Europea, que asiste
como observadora a la cumbre, manifestaron su satisfacción
por la declaración, ya que "contiene todos los principios
de seguridad" energética y la apertura de los mercados
a la inversión exterior.
Los países más industrializados también reafirmaron
su compromiso de continuar el desarrollo e implementación
de energías alternativas (eólica, solar, biomasa,
hidroeléctrica o geotérmica), que cada vez "son
más competitivas con los combustibles convencionales".
EFE