17 de julio de 2006 
  
  • Asegura que durante la aprobación de la Ley de Tarjetas de Crédito se repartieron tres millones entre los diputados proyectistas
  • Se considera un comunista y no le molesta que le digan ñángara o cabeza caliente

Redacción Dagoberto Rodríguez
Proceso Digital
drodriguez@procesodigital.hn
Fotos Luis Elvir

Tegucigalpa - Se declara fiel admirador de Fidel Castro y Hugo Chávez y un comunista por convicción. Ese es Marvin Ponce Sauceda, un joven dirigente del izquierdista Partido Unificación Democrática, que salió de los arrabales de la populosa colonia San Francisco a ocupar una curul como diputado propietario en el Congreso Nacional.

Conocido ampliamente por su irreverencia y lenguaje sin tapujos, Marvin habla a Proceso Digital acerca de las vicisitudes de su infancia, su trayectoria como dirigente popular y su nuevo rol como legislador. Además, destapa algunas interioridades de lo que ocurre a lo interior de la Cámara Legislativa.

Fiel a su carácter y su forma de hablar sin inhibiciones, este joven legislador afirma en esta amplia entrevista exclusiva que el Poder Legislativo está infiltrado por el narcotráfico y el crimen organizado, y que los diputados trafican con las leyes a cambio de jugosas canonjías de los grupos económicos.

Marvin nos recibió en su desaliñada y apretujada oficina del segundo piso del Hemiciclo Legislativo, ahí una fotografía de Fidel Castro y el "Che" Guevara juntos, durante la crisis de los misiles, domina el pequeño cubículo del parlamentario. Ahí recibe todos los días a activistas y amigos que llegan en busca de ayuda.

Marvín ¿Cómo fue su infancia?

Mi infancia la viví en la colonia San Francisco, un barrio populoso de la parte periférica de la capital y ahí mis padres, que son gente muy trabajadora, nos enseñó a trabajar mucho. La San Francisco era una colonia que no tenía servicios públicos y teníamos que halar el agua a cuatro kilómetros y teníamos que halar leña a la parte plana de la colonia a donde ahora es la colonia Ramón Amaya Amador. También nos dedicamos a vender carne de cerdo, nacatamales y enchiladas. Además, vendíamos juguetes en la navidad para poder sobrevivir. Se nos quemó la casa dos veces y tuvimos que reconstruir toda la vivienda, pero eso nos enseñó a ser gente organizada.

¿Sus raíces son muy humildes?

Si, somos de las familias más pobres de los barrios urbanos de la capital. Mi papá es de Duyure, uno de los municipios más pobres de Choluteca; era arriero, él trabajaba jalando quesos y mantequilla al mineral de San Juancito. Ahí conoció a mi mamá y construyeron nuestra familia. Todos mis hermanos nacimos en Tegucigalpa, pero yo he vivido mucho en la zona rural, porque desde muy joven me marché a trabajar a la Empresa Asociativa Campesina de Isletas, una de las empresas campesinas más importante de América Latina, donde los campesinos producían el 30 por ciento del banano hondureño en sus mejores momentos y también una empresa que fue intervenida por las fuerzas represoras del estado encabezadas por el general Gustavo Álvarez Martínez; fuimos severamente reprimidos por apoyar el movimiento campesino.

También hemos trabajado en el complejo de Guaymas, que es la principal empresa asociativa de América Latina que produce aceites, mantecas y biodiesel y que está conformada por 50 cooperativas. Los últimos 20 años trabajamos con la Central General de Trabajadores del Campo y el Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas y ahí fundamos otros movimientos como la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular.

¿Qué lo lleva a unirse al movimiento popular hondureño?

Mi historia de lucha por la tierra comenzó en la colonia San Francisco y la formación política y organizativa, me obligó a ser un hombre organizado siempre. Fui dirigente estudiantil en el Instituto Central y después pasé a ser dirigente sindical en el Instituto Nacional Agrario, en donde trabajé como promotor de la reforma agraria en la zona de Isletas, Guaymas y Guanchías en Colón, Atlántida y Santa Bárbara.

Todo eso me hizo conocer y trabajar con la gente organizada y también ser sindicalista y dirigente estudiantil y dirigente de barrial y ahora dirigente de derechos humanos y diputado. Entonces, hemos transitado toda una cultura de lucha, pero lo que me hizo fue prácticamente la formación que recibí en la colonia San Francisco con don Urbano Osorio, don Andrés Pineda Gutiérrez y con Rigoberto Padilla Rush

¿Cómo se define ideológicamente?

Ahora que las tendencias ideológicas son tan diversas porque hay surgimientos de nuevas izquierdas, en principio yo me considero un comunista. Eso para algunos puede ser chocante porque ahora creen que nadie es comunista. Lenín hablaba que el socialismo es una interpretación infantil del comunismo, entonces yo creo que la idea es que todos tengamos derechos comunes, que las riquezas estén al servicio de los pueblos, que la economía esté centrada en los estados para que puedan servir a los pueblos y también donde no haya ricos ni pobres, sino que haya una clase social que sea equivalente con la capacidad de cada persona.

¿En Honduras se tiende a estereotipar a los comunistas calificándolos de ñángaras, usted se considera un ñángara?

Esa es la forma como la derecha ve a la gente que pensamos distinto, a los que nos resistimos, los que somos rebeldes, los que somos resistentes y los que somos radicalmente opuestos al modelo capitalista. Sin embargo, si me dicen ñángara no me enojo, eso más bien me pone que no soy de la derecha. Si me dicen que soy atrasado o cabeza caliente, como nos han dicho en otro momento, tampoco me molesta. Yo creo que estas alturas, lo importante son los actos, la historia y la cultura de vida que uno tiene.


¿Se considera un campesino superado?

No, yo he sido un intelectual orgánico del movimiento campesino, nunca me he considerado un campesino porque nunca he tenido tierra, nunca he estado organizado en el movimiento. Lo único que por mi trabajo, por más de 25 años en el movimiento campesino y ante la crisis de liderazgo de dirigentes campesinos, la prensa me comenzó a ver como dirigente campesino, porque en algunos momentos me convertí en el vocero del sector y el que abordaba los temas agrarios.

A raíz de eso, alguna gente me ha confundido como dirigente campesino, pero no lo soy. Sin embargo, eso no importa, lo importante es que estemos articulados a una causa: a la que los hombres y mujeres del campo tengan derecho a mejores oportunidades.

¿Soñó en algún momento con ser diputado?

Francamente no lo tenía previsto, tenía la aspiración y la posibilidad, pero no creí realmente que podía lograr ese objetivo, tomando en cuenta la cultura política del país. En segundo lugar por la poca logística y recursos que manejan los partidos emergentes en Honduras, comparados con los partidos tradicionales, que, además, de una onerosa deuda pública, manejan las transferencias que les hacen los grupos económicos para mantener el estatus quo.

Se presume que los partidos tradicionales manejan 3,000 millones cada uno en la campaña, producto de los aportes de las empresas y las deudas políticas y con ese poder es difícil aspirar. Sin embargo, la clase media y popular irrumpieron en la cultura política y optaron por nuevos candidatos y nuevos partidos. Por eso, la Unificación Democrática en las últimas dos elecciones hemos dejado de ser un partido recién construido y de tener un diputado a tener cinco diputados.

¿Atribuye su elección a que los hondureños están cansados de los políticos corruptos y tradicionales?

Quiero decir una cosa muy honesta, no creo que los hondureños nos apoyaron por el hecho de ser comunistas, izquierdistas o socialistas, sino realmente porque estamos luchando contra la corrupción y nos ven realmente como políticos nuevos, distintos a la cultura tradicional.

También, el trabajo de base de mi sector, donde yo nací, en la colonia San Francisco, me respaldó tremendamente, ahí conseguí el 35 por ciento de las marcas, en siete escuelas de esa colonia, de los más de mil centros de votación que habían en Tegucigalpa.

¿En qué ha cambiado su vida el hecho de ser diputado?

Bueno, ehh…yo sigo manteniéndome cotidiano, con el mismo estilo de vida, sigo usando el bus, el taxi colectivo, vivo en un barrio siempre, comparto con mis mismos amigos y comparto con el movimiento popular. Lo único que mucha gente que ahora nos ve en la acción política y que no nos conocía nos reconoce nuestra labor, cree que somos buenos diputados. Yo considero que lo que estamos haciendo como diputados no es gran cosa, pero con solo el hecho de luchar contra la corrupción la gente ya le reconoce su labor.

¿Cuánto gana en su cargo como diputado?

Yo ganó 38,000 (2,000 dólares) lempiras y 9,500 (500 dólares)
de viáticos. De ahí nos deducen el Impuesto Sobre la Renta, una cuota para el Injupemp, una cuota de aporte al partido y un porcentaje que destinamos de forma individual para apoyar las comunidades y algunos grupos sociales.

Neto, ¿cuánto le queda?

Un promedio de 25 mil lempiras (1315 dólares)

¿Qué hace con esa plata?

Ahorita voy a comprar una casa, porque soy uno de los sin techo de Honduras. No he podido tener una casa, ya que por ser dirigente popular los bancos no me prestan. A los diputados tampoco les prestan, pero hay un banco que presta a los diputados por los cuatro años del periodo, le deducen desde la planilla y le permiten llegar a tener una vivienda. Así que voy a tener que aprovechar la diputación para que me deje una vivienda digna, que con mi lucha creo que merezco tener una casa para mi familia, al igual que todos los hondureños.

¿Tiene su propio vehículo?

Tengo un carro ahí, no lo uso porque no puedo manejar; es un carro que lo tenemos con mi esposa, porque ella tiene una pulpería para jalar algunos productos y para hacer turismo local aquí en las comunidades.

¿Ya hizo uso de su dispensa para la introducción de vehículos?


No, el Partido Unificación Democrática en sus estatutos y los acuerdos establece que nosotros debemos renunciar a las dispensas que da el Congreso porque nos consideramos ciudadanos iguales a todos y si somos padres de la patria debemos darle ejemplo a los hijos de la patria; entonces no podemos darnos recetas privilegiadas nosotros los diputados porque tenemos iniciativa de ley para favorecernos individualmente en contra del hambre y pobreza que vive el pueblo hondureño.

¿No le da envidia ver a sus compañeros diputados en costosos carros de lujo?

No, para nada porque lo que nunca he tenido no me hace falta, me dijo mi papá. Yo más bien me siento bien andar con el taxista, platicando, concientizando al pueblo en un taxi o en un bus. Además, me siento más seguro en ese transporte.

¿Qué piensa de Filiberto Isaula?


Filiberto fue un hombre que venía de las corrientes tradicionales de los partidos, que se reveló a su partido y que la UD le dio una acogida en un momento coyuntural. Él fue importante para el partido en su momento, porque nos dio un triunfo emblemático al ganar la alcaldía de La Paz al caudillo Roberto Suazo Córdova.

Entonces en su momento fue un símbolo para el partido, desafortunadamente él no pudo manejar ese liderazgo y retrocedió a la cultura de la corrupción y apoyó los paquetazos del gobierno de Maduro y “Pepe” Lobo a cambio de un carro que le entregaron, aparentemente.

¿Por su experiencia, a quienes verdaderamente responden los diputados?

Aquí (en el Congreso Nacional) hay tres tipos de diputados a mi juicio. Los diputados de cúpula, que son los que manejan las relaciones con los grupos económicos y los partidos tradicionales; los diputados que hacen los grandes acuerdos, que ahí hay diputados del PINU y la Democracia Cristiana que hacen acuerdos políticos supuestamente en función de la gobernabilidad, pero que al final se acomodan al estatus quo y los diputados que nos revelamos al modelo económico y político, ahí estamos los del colectivo de la Unificación Democrática.



¿Se trafica con las leyes en el Congreso Nacional?

Sí, se especula que en la anterior Ley de Tarjetas de Crédito, los bancos tarjeteros le dieron 3 millones de lempiras a los diputados que manejaron esa ley, ahorita hay nuevamente una ley de tarjetas de crédito que está siendo manipulada por los bancos tarjeteros, hay dos diputados peleándose quien se lleva el protagonismo de eso y no se descarta que haya corrupción en ese tipo de ley.

También, en las leyes de la energía térmica están determinadas realmente por pago de regalías a grupos económicos, por beneficios a diputados. Todo mundo aquí se pelea por estar en la Comisión de Telecomunicaciones, en las comisiones de Finanzas de Inversiones, porque todo mundo quiere estar vinculado a los grupos de poder económico, porque aquí hay leyes que significan millones.

Por ejemplo, aquí hay leyes que emitieron los diputados en las que condonaron deudas por más de 9,000 millones de energía eléctrica a los grupos económicos. Entonces puede ser que ahí hubo una movida de un 5 o 10 por ciento que significaba 400 millones de lempiras, y ese dinero le cayó a algunos diputados en su momento histórico.

¿Entonces qué leyes son las que pasan en el Congreso?

Aquí siempre se ha traficado con leyes, pues, por eso usted puede ver que solo pasan tres leyes fácilmente: las leyes que vienen de los organismos internacionales de crédito, las leyes que vienen de los grupos económicos y en tercer lugar las leyes que vienen del gobierno. De ahí, las leyes que presentan los diputados para mejorar carreteras o escuelas pasan a las gavetas, peor cuando son leyes de control del consumidor, leyes para favorecer al pueblo, para incrementos generales de salarios; esas leyes son vistas como leyes groseras por los diputados del estatus quo.

¿Si es así, los diputados realmente no legislan para el pueblo como se ufanan?

No, yo estoy convencido que no; yo inclusive le digo con honestidad yo creo que tenía más poder cuando estaba con el movimiento popular que ahora que estoy con el poder político dado por el pueblo en un gran curul parlamentario. Yo aquí me siento frustrado a veces, cuando veo realmente como diputados nuevos jóvenes levantan la mano para darle paquetazos al pueblo hondureño, para entregarle los aeropuertos y energía a grupos económicos.

Aquí hay diputados que compran la diputación solo para tener un estatus en la sociedad, porque vienen de los grupos económicos y otros diputados que vienen de los pueblos y que su caciquismo local lo trasladan al Congreso, pero no es porque les interesa legislar a favor del pueblo hondureño.

Marvín la siguiente es una pregunta muy delicada ¿hay diputados narcos en la Cámara Legislativa?

Ehh…(duda un poco) el narcotráfico está metido en el Congreso, no sé si hay diputados narcos así con nombre y apellido, es un tema bien delicado porque corre peligro la vida de uno, pero que está metido en el Congreso yo no lo descartaría.

¿Y el crimen organizado?

También. Toda la sociedad hondureña ha sido infiltrada por este tipo de crimen y el Congreso no es la excepción, de hecho en la legislatura anterior un diputado fue asesinado en la Penitenciaría que estaba enjuiciado por narcotráfico, hay otro diputado del Parlamento Centroamericano que está recluido por narcotráfico. Aquí también se dice a voces silenciosas que hay diputados vinculados al narcotráfico.

¿Con esto usted afirma que el crimen organizado y el narcotráfico tiene peones en el Congreso?

Yo creo que sí, porque cuando alguien está metido en ese tipo de crimen difícilmente sale, es como la mara de los jóvenes que cuando se mete no puede salir; entonces creo que el que se mete a ese triste camino de la corrupción y el crimen organizado difícilmente sale. Por eso los abanderados de lucha contra la corrupción también tenemos que tener mucho cuidado porque hay muchas ofertas tentadoras aquí. Yo creo que si hay crimen organizado porque aquí hay muchas ofertas tentadoras para nosotros los que somos honestos.

¿Y a usted lo han querido comprar?

Con cargos públicos, con leyes, con canonjías; antes de ser diputado, inclusive, tenía ofertas. Yo creo que si hay mucho de eso en el país, desgraciadamente este es un país en donde los partidos políticos perdieron sus idearios políticos y se pusieron al servicio del modelo económico y al servicio de los grupos económicos que no andan en la parte legal, lo que llaman el crimen organizado.

¿Qué futuro le depara a la Unificación Democrática? ¿podrá gobernar algún día?

Sí, quizá no es fácil decirlo y podíamos ser aventureros, pero creo que el pueblo se está cansando de los partidos tradicionales, yo creo que puede haber una sorpresa si tenemos la capacidad de articular todas nuestras fuerzas, limar asperezas, definir un verdadero proyecto político, hacer un análisis de la realidad sociopolítica del país e identificar los grupos de poder y las nuevas fuerzas de poder
Pero si, lo que soy claro es que con las siglas no vamos alcanzar el poder, tenemos que aliarnos con las diferentes fuerzas sociales, políticas y romper los sectarismos en el partido. Ningún partido de izquierda en Latinoamérica ha logrado el poder por radicalismos, lo ha logrado porque dio apertura.

¿Está muerto el movimiento popular hondureño?

Está vivo, está vivo y coleando como dicen los hondureños, lo que sucede es que el modelo ha sido avasallador y se la han quitado conquistas salariales, laborales, se ha planteado el trabajo temporal en vez del trabajo permanente; hay un fuerte desempleo que golpea al sector campesino. El sector campesino ha sido abandonado por las políticas de reforma agraria, pero son gigantes dormidos que están ahí.

¿Fidel Castro y Hugo Chávez son líderes democráticos o tiranos?

No, son líderes. El liderazgo de Fidel Castro ya no es ni siquiera discutible por la derecha, la derecha inclusive va a Cuba para ver como están los avances en salud y educación y a pesar del bloqueo que ha sido sometido Cuba, Fidel Castro ha demostrado la capacidad de ser un líder natural y auténtico.

Y Hugo Chávez es un nuevo líder latinoamericano en un nuevo contexto, 40 años después de la Revolución Cubana. Cuando las utopías estaban casi caídas, Hugo Chávez levanta un proyecto revolucionario centrado en el pensamiento de Bolivar de unir América y aprovechar los recursos naturales que tiene Venezuela al ponerlos al servicio del pueblo y destronconar las oligarquías que manejaban el petróleo en Venezuela y que se habían enriquecido en contra de un pueblo hambriento.



¿Manuel Zelaya es un estadista o un presidente del montón?

Es un presidente del montón, porque no ha podido diseñar un plan de gobierno y política de estado. Inclusive, la conformación del Gabinete lo hizo de la forma clientelar e histórica de repartirse entre las facciones de un partido dividido que no controla y que al final le está generando conflictos. Además, es acompañado por un sector que pululó en la izquierda y que quiere convertir al Partido Liberal, que va a ser una utopía, querer hacer progresista a un partido que se convirtió en un partido de derecha.

¿Cuál es el sentir de los sectores populares acerca del gobierno?

Lo cierto es que las cosas están muy complejas en el país, sobre todo porque se está perdiendo la esperanza. El gobierno de Maduro se desgastó en el tercer año y el gobierno de “Mel” Zelaya ya empieza a desgastarse en el primer año. Eso realmente implica que hay preocupación en el pueblo. Si a eso le sumamos, también, la preocupación de algunos grupos económicos, que pueden ser tocados sus intereses por el gobierno errático de “Mel”, que a veces hace planteamientos populistas y luego planteamientos del modelo.
Inclusive, cada vez más circula el rumor que no va a terminar su periodo y eso implicaría romper el sistema democrático, dicen algunos con tristeza y preocupación.

Hay ciertos sectores que no ven futuro al actual gobierno, ¿usted cree que Manuel Zelaya terminará su gestión?

Sí va a terminar el gobierno, porque él le fue a ofrecer bases militares a Estados Unidos a cambio de respaldo político. La ruptura que tenía con el embajador Charles Ford ya fue limada las asperezas al participar el 4 de julio en el aniversario de la independencia de Estados Unidos y también cada vez “Mel” ya empieza a alinearse con los grupos económicos y parece que el hombre está garantizando su gobernabilidad, independientemente que sea un mal gobierno para el pueblo.

PERFIL

Marvin Ponce Sauceda, nació en el barrio El Manchén de Tegucigalpa, tiene 43 años, es perito mercantil graduado en el Instituto Central, es sociólogo rural, licenciado en sociología, de la Universidad de Chapingo, México. Estudió economía agrícola en España e Italia y ha participado en conferencias internacionales sobre el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y en el parlamento Europeo.

Es miembro de Amnistía Internacional y de FHIAN Internacional, organización por derecho a la alimentación., miembro de la cooperativa Sagrada Familia, fundador de la Asociación Cristiana de Jóvenes en Honduras, fundador del Bloque Popular, intelectual orgánico del movimiento popular desde 1979 y Presidente del Consejo Central de Estudiantes del Instituto Central.

 

 
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