Tegucigalpa - El crimen en Honduras “se
ha institucionalizado”, según el presidente del Comité
para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), Andrés
Pavón, quien advierte que esta es una situación
que conlleva “altos riesgos” para los defensores de
los derechos humanos y los generadores de opinión en el
país.
En una entrevista con el equipo de Proceso Digital,
Pavón dice que los hondureños “estamos bajo
una red de personas que han cometido una serie de actos ilícitos
que tienen, no solo influencia en el Estado, sino que controlan
las instituciones del Estado…”
¿Cuál es su percepción de derechos
humanos frente al actual Gobierno?
Después de un análisis que hemos hecho estamos bastante
preocupados porque creemos que el crimen en Honduras ya no es
un crimen organizado, sino que es un crimen institucionalizado
y pensamos que durante este Gobierno hay que hablar menos y escuchar
más por los altos riesgos que podríamos tener los
defensores de los derechos humanos, los comunicadores sociales
o cualquier otra persona o institución que genere opinión
pública en Honduras.
¿Por qué esos temores? ¿De dónde
surgen?
Bueno, hemos estado haciendo un seguimiento de la criminalidad
en Honduras desde 1990 hasta la fecha y en 16 años podemos
ya establecer no solo empíricamente sino con elementos
que refuerzan nuestra investigación, que nos indican como
los que han ido cometiendo de alguna manera algún grado
de criminalidad en el país se han ido enrolando en las
instituciones públicas y ahora nosotros estamos bajo una
red de personas que han cometido una serie de actos ilícitos,
que tienen, no solo influencia en el Estado, sino que controlan
las instituciones del Estado que están obligadas, no solo
a garantizarnos seguridad sino a cumplir con funciones ejecutivas
para garantizar el respeto de los derechos humanos de los ciudadanos
hondureños.
¿Se pueden identificar las instituciones, las personas?
Creo que el CODEH en su momento va a tener que decirlo públicamente
y poder presentar este documento con nombres y apellidos, por
ahora, pues estamos bajo esa situación de temores, que
no son temores infundados sino que más bien obedecen a
nuestro trabajo de investigación. Alguien dice: pero ¿los
han amenazado? No, decimos cuando más bien se nos amenaza.
Es que estas personas pretenden causar temor, cuando no se nos
amenaza y se guarda una especie de silencio y hay acciones en
donde los funcionarios del Estado se miran implicados y que su
supuesta estatura moral pudiera derrumbárseles y no amenazan
y guardan total silencio son personas altamente peligrosas de
aquellos que saben algo de ellos.
¿De
qué acciones estamos hablando en estos casos?
Bueno, hay de todo tipo de vinculación, desde lo
que aquí en Honduras se le conoció como crimen
común y después se le ha conocido como crimen
organizado, y ahora lo tienen institucionalizado en el Estado,
porque los que deben de estar frente a las instituciones
de justicia pagando las deudas que tienen con la sociedad
por delitos que han cometido, están ahora dirigiendo
las instituciones del Estado. |
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¿Y quiénes están atrás de
todo esto. Narcotráfico, bandas organizadas?
Bueno, creo que de todo esto hay un poco, desde todos esos ángulos
que se pueda ver la criminalidad, desde corrupción, desde
narcotráfico, digamos el narcotráfico como personas
que están ligadas al narcotráfico o quienes están
procesando droga; hay varios factores, impunidad desde las autoridades.
Este es un país que ha logrado establecer, últimamente,
dos instituciones del Estado, las volvieron elitistas, o sea,
la Dirección de Investigación Criminal desapareció
para atender los intereses de la sociedad en general y ahora atiende
los intereses de un grupo muy especifico de la sociedad, de un
grupo económico que tiene el control del Estado, y tenemos
la Policía Preventiva, que ya no hace su función
de prevenir el delito de todos los sectores de la sociedad, se
ha limitado a patrullar y a resguardar los sectores de aquellas
clases que de alguna manera están contribuyendo para que
esta institución se sostenga, sino observe algunos vehículos
que tienen distintivos de algunas empresas privadas de este país,
pese a que la ley dice que no podrán recibir dádivas
de ninguna naturaleza para no parcializar su trabajo. No obstante,
ahora lo hacen con tanta evidencia, que ya no tienen vergüenza.
¿Somos una sociedad a la deriva de los delincuentes?
Si, Honduras tiene tres graves problemas: uno es el alto índice
de impunidad, en 16 años tenemos 44.000 muertes violentas,
la mayoría, en un 92 por ciento con armas de fuego. No
obstante, es un país que permite que hayan armas de fuego
y que haya aquí tráfico ilegal de armas. Honduras
tiene otra gran debilidad y es la falta de control de su territorio.
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Andrés
Pavón. |
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El
Estado no tiene control de su territorio, solo pretende
controlarlo y generar actos de ciudadanía en la ciudad
capital (Tegucigalpa), o sea nosotros aquí estamos
como en una especie de aldea. Por otro lado, es un Estado
que no tiene control de las áreas públicas,
y a fin de quererse quitar la obligación de poder
brindar trabajo permite que las áreas públicas
estén controladas por una especie de mercado informal
en donde a diario existe quejas de que las personas son
asaltadas. |
¿Y cuál es el futuro del país frente
a este panorama que usted nos pinta ahora?
Yo pienso que Honduras va hacia una especie de crisis que va a
provocar como consecuencia un acto de insurrección de masas
¿Una guerrilla?
No, no, pero si pueden existir acciones de movilización
un tanto anarquista porque no van a tener control, porque también
tenemos ausencia de liderazgo. Honduras va hacia eso, o sea, una
especie de derrumbe del actual sistema democrático que
nosotros tenemos, y sobre esas bases habrán otros oportunistas
que van a tomar el control del Estado y que van a formar parte
de la misma clase histórica y económica que ha gobernado,
es lo mismo que ha pasado en América del Sur, lo mismo
nos va a pasar a nosotros.
¿Cuándo hablamos de institucionalización
de la criminalidad, estamos hablando de que es un fenómeno
exclusivo del Partido Liberal?
No, esto no es un asunto de partidos, es un problema de Estado,
o sea, el Estado de Honduras ha ido creando no una clase política,
se ha construido una casta política que de alguna manera
está vinculada a un sector económico muy poderoso
del país y que este sector económico poderoso del
país no solo quedó controlando a los políticos
sino que también ha asumido el rol de participar activamente
en las decisiones políticas. Para esto controlan diferentes
ministerios, ya no podemos hablar entonces de una clase política
roja o una clase política azul, hay que hablar de una casta
política y económicamente poderosa que tiene el
control del Estado de Honduras, y mientras todo siga gravitando
alrededor de los intereses de estas personas, nosotros vamos a
seguir registrando la criminalidad a nivel estadístico
y para ellos se va a seguir registrando como una oportunidad para
poder obtener otros tipos de beneficios, desde un mejor presupuesto
en instituciones como la Secretaría de Seguridad y una
mayor creación de empresas de seguridad privada