20 de julio de 2006
Por Orfa Mejía
Proceso Digital
 

 

  • El 92 por ciento de las muertes violentas fueron con armas de fuego
  • El presidente del Codeh afirma que el crimen se ha institucionalizado
  • Muchos criminales ahora están dirigiendo las instituciones del Estado, denuncia

Tegucigalpa - El crimen en Honduras “se ha institucionalizado”, según el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), Andrés Pavón, quien advierte que esta es una situación que conlleva “altos riesgos” para los defensores de los derechos humanos y los generadores de opinión en el país.

En una entrevista con el equipo de Proceso Digital, Pavón dice que los hondureños “estamos bajo una red de personas que han cometido una serie de actos ilícitos que tienen, no solo influencia en el Estado, sino que controlan las instituciones del Estado…”


¿Cuál es su percepción de derechos humanos frente al actual Gobierno?

Después de un análisis que hemos hecho estamos bastante preocupados porque creemos que el crimen en Honduras ya no es un crimen organizado, sino que es un crimen institucionalizado y pensamos que durante este Gobierno hay que hablar menos y escuchar más por los altos riesgos que podríamos tener los defensores de los derechos humanos, los comunicadores sociales o cualquier otra persona o institución que genere opinión pública en Honduras.

¿Por qué esos temores? ¿De dónde surgen?

Bueno, hemos estado haciendo un seguimiento de la criminalidad en Honduras desde 1990 hasta la fecha y en 16 años podemos ya establecer no solo empíricamente sino con elementos que refuerzan nuestra investigación, que nos indican como los que han ido cometiendo de alguna manera algún grado de criminalidad en el país se han ido enrolando en las instituciones públicas y ahora nosotros estamos bajo una red de personas que han cometido una serie de actos ilícitos, que tienen, no solo influencia en el Estado, sino que controlan las instituciones del Estado que están obligadas, no solo a garantizarnos seguridad sino a cumplir con funciones ejecutivas para garantizar el respeto de los derechos humanos de los ciudadanos hondureños.

¿Se pueden identificar las instituciones, las personas?

Creo que el CODEH en su momento va a tener que decirlo públicamente y poder presentar este documento con nombres y apellidos, por ahora, pues estamos bajo esa situación de temores, que no son temores infundados sino que más bien obedecen a nuestro trabajo de investigación. Alguien dice: pero ¿los han amenazado? No, decimos cuando más bien se nos amenaza. Es que estas personas pretenden causar temor, cuando no se nos amenaza y se guarda una especie de silencio y hay acciones en donde los funcionarios del Estado se miran implicados y que su supuesta estatura moral pudiera derrumbárseles y no amenazan y guardan total silencio son personas altamente peligrosas de aquellos que saben algo de ellos.

¿De qué acciones estamos hablando en estos casos?

Bueno, hay de todo tipo de vinculación, desde lo que aquí en Honduras se le conoció como crimen común y después se le ha conocido como crimen organizado, y ahora lo tienen institucionalizado en el Estado, porque los que deben de estar frente a las instituciones de justicia pagando las deudas que tienen con la sociedad por delitos que han cometido, están ahora dirigiendo las instituciones del Estado.

¿Y quiénes están atrás de todo esto. Narcotráfico, bandas organizadas?

Bueno, creo que de todo esto hay un poco, desde todos esos ángulos que se pueda ver la criminalidad, desde corrupción, desde narcotráfico, digamos el narcotráfico como personas que están ligadas al narcotráfico o quienes están procesando droga; hay varios factores, impunidad desde las autoridades. Este es un país que ha logrado establecer, últimamente, dos instituciones del Estado, las volvieron elitistas, o sea, la Dirección de Investigación Criminal desapareció para atender los intereses de la sociedad en general y ahora atiende los intereses de un grupo muy especifico de la sociedad, de un grupo económico que tiene el control del Estado, y tenemos la Policía Preventiva, que ya no hace su función de prevenir el delito de todos los sectores de la sociedad, se ha limitado a patrullar y a resguardar los sectores de aquellas clases que de alguna manera están contribuyendo para que esta institución se sostenga, sino observe algunos vehículos que tienen distintivos de algunas empresas privadas de este país, pese a que la ley dice que no podrán recibir dádivas de ninguna naturaleza para no parcializar su trabajo. No obstante, ahora lo hacen con tanta evidencia, que ya no tienen vergüenza.

¿Somos una sociedad a la deriva de los delincuentes?

Si, Honduras tiene tres graves problemas: uno es el alto índice de impunidad, en 16 años tenemos 44.000 muertes violentas, la mayoría, en un 92 por ciento con armas de fuego. No obstante, es un país que permite que hayan armas de fuego y que haya aquí tráfico ilegal de armas. Honduras tiene otra gran debilidad y es la falta de control de su territorio.

Andrés Pavón.
El Estado no tiene control de su territorio, solo pretende controlarlo y generar actos de ciudadanía en la ciudad capital (Tegucigalpa), o sea nosotros aquí estamos como en una especie de aldea. Por otro lado, es un Estado que no tiene control de las áreas públicas, y a fin de quererse quitar la obligación de poder brindar trabajo permite que las áreas públicas estén controladas por una especie de mercado informal en donde a diario existe quejas de que las personas son asaltadas.

¿Y cuál es el futuro del país frente a este panorama que usted nos pinta ahora?

Yo pienso que Honduras va hacia una especie de crisis que va a provocar como consecuencia un acto de insurrección de masas

¿Una guerrilla?

No, no, pero si pueden existir acciones de movilización un tanto anarquista porque no van a tener control, porque también tenemos ausencia de liderazgo. Honduras va hacia eso, o sea, una especie de derrumbe del actual sistema democrático que nosotros tenemos, y sobre esas bases habrán otros oportunistas que van a tomar el control del Estado y que van a formar parte de la misma clase histórica y económica que ha gobernado, es lo mismo que ha pasado en América del Sur, lo mismo nos va a pasar a nosotros.

¿Cuándo hablamos de institucionalización de la criminalidad, estamos hablando de que es un fenómeno exclusivo del Partido Liberal?

No, esto no es un asunto de partidos, es un problema de Estado, o sea, el Estado de Honduras ha ido creando no una clase política, se ha construido una casta política que de alguna manera está vinculada a un sector económico muy poderoso del país y que este sector económico poderoso del país no solo quedó controlando a los políticos sino que también ha asumido el rol de participar activamente en las decisiones políticas. Para esto controlan diferentes ministerios, ya no podemos hablar entonces de una clase política roja o una clase política azul, hay que hablar de una casta política y económicamente poderosa que tiene el control del Estado de Honduras, y mientras todo siga gravitando alrededor de los intereses de estas personas, nosotros vamos a seguir registrando la criminalidad a nivel estadístico y para ellos se va a seguir registrando como una oportunidad para poder obtener otros tipos de beneficios, desde un mejor presupuesto en instituciones como la Secretaría de Seguridad y una mayor creación de empresas de seguridad privada