Además,
la aviación volvió a bombardear el país,
con un saldo de al menos cuatros muertos, mientras un proyectil
de artillería caía en un cuartel de la fuerza interina
de la ONU en el sur del país, sin causar víctimas,
dijeron a Efe fuentes de la misión.
Según el Ejército de Israel, el proyectil fue disparado
por la milicia chií.
Fuentes policiales libanesas explicaron que al menos tres personas
murieron y doce más están heridas en Baalbek (este,
en el valle de la Bekaa) por los ataques de esta mañana
en el centro de la ciudad, que quedó reducida a escombros
y en la que se teme que queden bastantes personas bajo los escombros.
También hubo un muerto en Tiro (sur), mientras que en el
barrio del suburbio sur beirutí de Haret Hreik, el municipio
de Baabda -donde está el palacio presidencial- y también
Damur, al sur de la capital, también fueron objeto de ataques
israelíes.
El Ejército israelí ha realizado 3.000 operaciones
aéreas en los diez días de ofensiva en el Líbano,
y causó más de 310 muertos y 1.200 heridos.
Varios médicos que trabajan en hospitales del sur del Líbano
explicaron hoy a Efe que las víctimas que reciben de las
zonas bombardeadas por Israel presentan heridas de un tipo que
nunca antes habían visto y que "no son de armamento
convencional".
El pasado 16, los medios libaneses denunciaron que Israel utilizaba
bombas de fósforo blanco (prohibido en la legislación
internacional) en sus ataques al sur del país, y en particular
en la zona de las Granjas de Cheba.
Por su parte, Hizbulá lanzó dos ataques esta mañana
con cohetes contra Haifa el primero de los cuales causó
15 heridos, dos de ellos de gravedad.
La mayoría de los heridos hacían las compras para
la celebración del "Sabath", el día sagrado
de los judíos, que comienza a la caída de la tarde
de hoy.
Además, el grupo chií libanés Hizbulá
lanzó otro ataque con cohetes "katiusha" en diversas
localidades de la región israelí de Galilea, como
Safed, Kiriat Shmona y Rosh Pina, en la última de las cuales
una persona resultó herida de carácter leve, En
el frente abierto por las operaciones terrestres en el sur libanés,
las autoridades militares israelíes revelaron que ocho
soldados han muerto y otros 16 han resultado heridos en los violentos
combates librados en las últimas 48 horas contra milicianos
de Hizbulá, que han presentado una feroz resistencia.
Hasta ahora, Israel había dicho que las operaciones para
destruir la infraestructura cercana a la frontera de Hizbulá
corrían a cargo de "pequeñas unidades",
pero hoy fuentes militares admitieron que son "miles"
los soldados israelíes que operan en el Líbano meridional.
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Las
acciones por tierra, hasta el momento en una franja de menos
de dos kilómetros, comenzaron hace dos días,
después de que Israel comprobase que, pese a los
intensos bombardeos de la aviación y la artillería,
Hizbulá seguía lanzando sus cohetes.
Sin excluir ni confirmar la posibilidad de que Israel lance
en breve una gran ofensiva terrestre, con la que se especula
desde hace días, el general Benny Gantz, jefe del
Comando del Ejército de Tierra, afirmó que
las operaciones terrestres continuarán a pesar de
las bajas que están sufriendo las tropas israelíes.
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El
líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, se mostró
anoche desafiante en una entrevista con la televisión "Al
Jazira" al afirmar que sólo se logrará la liberación
de los dos soldados israelíes que tiene bajo custodia "a
través de negociaciones indirectas en el marco de un canje"
por prisioneros libaneses y árabes.
Nasralá, que aparecía sereno y mostró sus
manos para que vieran que no fue alcanzado por los bombardeos
israelíes como el Estado hebreo afirma, agregó que
"Hizbulá resiste, soporta los golpes, toma iniciativas
y dará sorpresas en la próxima etapa". EFE