Al
cierre de la sesión regular en el New York Mercantile Exchange
(NYMEX), los contratos del petróleo para entrega en septiembre
subieron 62 centavos hasta los 75,05 dólares por barril,
de nuevo por encima de la barrera psicológica de los 75
dólares.
Los
contratos de futuros de la gasolina con vencimiento en agosto
se cotizaron en Nueva York a 2,48 dólares, 2,31 centavos
más que el viernes.
El
gasóleo de calefacción se cruzó, por su parte,
a 1,969 dólares, tres centavos más que el viernes,
en tanto que el gas natural subió 51 centavos hasta los
6,60 dólares por mil pies cúbicos.
Los
operadores de los mercados de materias primas y energía
observan con preocupación como se va extendiendo día
al día los ataques entre el ejercito israelí y las
milicias Hizbulá, sin que se vislumbre un final al conflicto.
Además,
hoy EEUU volvió a hacer patente que no secunda los llamamientos
al alto el fuego que están realizando otras potencias mundiales.
Lo
ha vuelto a decir hoy la secretaria de Estado de EEUU, Condolezza
Rice y también el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow,
quien insistió en que un cese de la violencia en estos
momentos "no se podría hacer cumplir" y en que
no hay razones para creer que ésa sería la solución
para frenar la violencia.
"Seguimos
siendo profundamente escépticos de que Hizbulá vaya
a acatar un acuerdo" en ese sentido, dijo Snow.
Eso
no quiere decir, según el portavoz, que Bush y su Gobierno
no quieran el fin de la violencia, sino que lo que pretenden es
garantizar que no vuelvan a repetirse crisis como la actual en
las próximas semanas o meses.
"Nos
gustaría un alto el fuego mañana. Nos gustaría
un alto el fuego inmediatamente, pero tiene que ser un alto el
fuego que pase la prueba del tiempo", insistió.
La
única forma de conseguirlo es que "no haya más
una amenaza interna como la que hemos visto en las últimas
semanas", dijo el portavoz de la Casa Blanca en alusión
a la milicia libanesa, a la que Washington considera única
responsable de la crisis desatada el día 12 con la captura
de dos soldados israelíes. EFE